Árabes: Cultura y prensa en ALC

 

Apenas iniciado el siglo XXI, los árabes a quienes la cultura popular asociaba al petróleo, al desierto y a las danzas exóticas, los imaginaban vestidos a la usanza típica con sus burkas y túnicas blancas, detrás de sus camellos, recorriendo lejanos arenales sin imaginarnos hacia dónde se dirigían y para qué. De pronto –y dramáticamente– adquirieron un protagonismo en el siglo XXI, sobre todo una visibilidad política e ideológica, en todo el mundo. No es que la cultura árabe sea extraña para los pueblos del mundo, aun cuando haya ignorancia de ella, muchos elementos de la cultura árabe, forman parte de la de otros pueblos, palabras, expresiones, gastronomía, conocimientos, ideas, tecnologías, que no pueden dejarse de lado, están incorporadas, asimiladas a las maneras de decir, pensar, sentir, hacer y vivir de las gentes y pueblos del mundo, en la nuestra, hay quienes sienten que aún están lejos de nosotros y otros, acaso los hay, quienes piensan que es mejor estén lejos, mas lejos.

El cine intentó acercar el mundo árabe a occidente allá por los años 20 del siglo pasado, “El Sheik”, fue el mensaje, una película mal hecha, pero que hizo de su protagonista Valentino, el héroe romántico que llegó para instalarse en el imaginario femenino (y popular) de millones de mujeres del mundo. Otras historias como la de “Lawrence de Arabia”, que Hollywood entregó al mundo en los años 60 y que fue, una de las mejores películas de la historia del cine, que hoy figura en el registro de filmes de la Biblioteca del Congreso de los EE.UU. Es la complicada historia del teniente Lawrence, un militar de carácter rebelde, aventurero, culto y hasta farsante, que luego de una serie de tribulaciones y enredos, se transformó –por convicción– en Al Lawrence, un beduino. Un inglés (que ha pasado por norteamericano) que ahora debe afrontar (y evitar) como árabe, los conflictos sangrientos entre los árabes. Un periodista se encargará de transformarlo en el héroe que necesitaban entonces los norteamericanos. El film, en realidad, está basado en la historia de vida de un militar inglés que llegó a ser un asesor de Churchill.

Según Akmir Abdeluahed, catedrático de historia contemporánea en la Universidad Mohammed V-Agdal de Rabat (Marruecos) y coordinador de la investigación “Los árabes en América Latina. Historia de una emigración” (2009), manifiesta que la presencia de los árabes en ALC, está extendida en todo el continente, la inmigración árabe se dio desde los años 70 del siglo XIX. Vinieron a “hacer la América”, a comerciar, desde un principio fueron los mercaderes ambulantes, por ejemplo, vendían agua de rosas o del rio Jordán, crucifijos, y otros. Llegaron como “mercachifles” no a quedarse o fundar una familia. Aquí, es fundamental destacar un aspecto de su (en apariencia) sencilla posición de mercachifles. Estos mercaderes ambulantes fueron de los primeros en ingresar a lugares donde no había mercado, enfrentaron el trueque y contribuyeron a acabar con él, crean una economía de consumo, allí donde había autarquía económica, emplean la moneda en las transacciones comerciales, en suma, su presencia contribuye al cambio de las condiciones del mercado e inducen una economía moderna en las zonas rurales, en donde tuvieron éxito. Pero se fueron quedando, pocos pero son, ellos que llegaron de Oriente Medio, Siria, Libia y Palestina. Hoy se puede afirmar sin caer en error que hay árabes en todo el territorio latinoamericano. El primer país en acogerlos fue Brasil. Los inmigrantes árabes a América Latina, en su mayoría eran suníes, una minoría considerable de chií y también llegaron en pequeños grupos los drusos.

Con el Imperio Otomano, en la Primera Guerra Mundial, en el siglo XX, frente a él surge el nacionalismo árabe y se produce una segunda ola de migración árabe hacia ALC, en donde se les empieza a conocer, indistintamente como “los turcos”. Una de las primeras manifestaciones de lucha por su identidad y de preservación cultural, los hace fundar una prensa árabe, lo que es muy interesante, pues esta prensa no solo es la primera de los árabes en ALC, también es la primera del mundo árabe. Mientras que el Al-Ahram, era el único diario de mundo árabe, en ALC habían muchos diarios y revistas editados por la comunidades e intelectuales.

Estos inmigrantes, desde finales del S. XIX, apenas llegados a sus destinos, se congregaban en pequeñas comunidades, en su mayoría sirio-libaneses, (grata y sorprendentemente) fueron los que fundaron periódicos, tanto en su idioma nativo como en español, entre 1894 y 1950. Según la investigadora de la Universidad de Granada, Mercedes del Amo, actualmente en Argentina hay al menos 78; en Brasil 140; en Cuba 6, en Chile 16, en México 28, en Uruguay 2 y en Venezuela 3; todos ellos publicados entre 1894 y 1950. El periódico Al-Fayha (La Perfumada), que fue publicado por los libaneses Salim y David Balis en el año 1894 en Campiñas, Brasil, el primero de los diarios árabes que circularon en América del Sur. En Argentina el primer diario árabe publicado en 1899 fue al-Subh (La Aurora), luego el Assalam, fundado en 1902, ambos creados con el propósito de mantener una cierta cohesión cultural de los emigrantes. El periodista árabe más importante fue Emir Arslán, que escribía para el diario El Mundo y para la revista El Hogar, junto a Jorge Luis Borges. En México se fundó al Shark en 1905.

En el Perú, dos destacados intelectuales, que honran su ascendencia árabe como Leyla Bartet y Farid Kahat, recopilan una serie de análisis sobre la influencia morisca en la Lima colonial, que fue muy importante, visible hasta hoy y que se sintetiza en dos características que definen la identidad de la ciudad: los balcones suspendidos sobre las calles con sus celosías que permitían “mirar sin ser visto”, un conducta muy frecuente y considerada una sofisticación del arte mudéjar y las tapadas limeñas cuya presencia se mantuvo hasta comienzos del siglo XIX.

No fueron diferentes las razones y modos de inmigración de los árabes al Perú, pero hay algunas diferencias. Los primeros árabes que llegaron con los primeros barcos españoles a América, fueron, aparentemente, musulmanes conversos, que provocaron una enorme preocupación en la Reina de España que, inmediatamente, ordenó prevenir esta situación a sus funcionarios. Sin embargo, los que llegaron, legaron mucho de su arte a la ciudad colonial y que hoy es orgullo que los peruanos reconocen y exhiben. También llegaron negros musulmanes, a quienes de mil maneras (¡Y habría que saber cuáles fueron esas maneras!). Autoridades y amos, les “apagaron” su fe.

Es algo distinto y actual, son las migraciones que produjeron hacia la región Tacna, al sur peruano, en la frontera con Chile, lugar en el que se creó una suerte de emporio para la importación y comercialización de autos usados. Allí, llegaron comerciantes musulmanes de origen pakistaní, los que en muy poco tiempo alquilaron una casa que convirtieron en una Mezquita, además de establecer varias musallas (lugares de oración) en sus centros de trabajo. Actualmente, en Tacna, se exhibe una bella mezquita, con un diseño que embellece la ciudad, fue terminada hace cerca de 4 años. La comunidad musulmana llegó a tener poco más de 600 miembros, número que ha ido disminuyendo paulatinamente por el cambio de la política económica y que ha motivado la emigración por razones comerciales. Felizmente, aun quedan musulmanes pakistaníes en el Perú, con familias establecidas en Tacna y forman parte activa de la vida económica de la ciudad. Igual que la herencia árabe en nuestra comida, la comida pakistaní se ha hecho popular, gracias a los tres restaurantes que son propiedad de musulmanes pakistaníes, y que –además– proveen de productos halal, es decir, alimentos permitidos por las leyes musulmanas para la comunidad.

La comunidad árabe en el Perú, es pequeña, pero significativa, están plenamente integrados a la vida social, política, económica y cultural del país, son peruanos, sin dejar de cultivar su identidad comunitaria de origen. Viven en paz y trabajan intensamente, sin embargo, no se puede negar que desde hace más de una década, hay un interés particular sobre ellos, que no solo es científico, cultural o periodístico; también es posible hallar experimentados policías que se especializan en entender el origen y naturaleza de algunas de las posiciones extremas en el seno de la cultura árabe.

 

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