Cada día sabemos más y entendemos menos

 

Las palabras tienen el prodigio de comunicarnos e incomunicarnos al mismo tiempo. Y no siempre desciframos sus secretos. La mentira pareciera tener la viveza de distorsionarla caprichosamente. Los periodistas conocen más que nadie los artilugios que se utilizan para jugar con la opinión pública, o simplemente, la opinión publicada.

Por eso tiene profundidad el pensamiento del genio del siglo XX: Albert Einstein.
La verdad es que cada día al parecer sabemos más, pero indudablemente, entendemos menos. Este pensamiento señero del genio del siglo XX, nos pinta con certeza el mundo que hoy nos toca vivir.

Durante la reciente visita del presidente Maurico Macri a Gran Bretaña, oportunidad en que David Cameron expresó que el tema Malvinas no estaba en discusión Macri no reaccionó defendiendo la causa argentina-latinoamericana. El otro tema está referido a toda la tensión que se genera alrededor del papel que está jugando Rusia en el mundo. Nos parece prudente recordar un artículo sobre Las Malvinas y Ucrania.

Y para ello, reflexionamos primero sobre la revolución científica y tecnológica que nos va apabullando y que es preciso tener una visión acertada sobre toda su significación.

En efecto, todo el avance de la revolución científica y tecnológica, nos permite a diario acceder a toda la información de lo que acontece en el mundo, y obtener conocimientos de toda índole, de tal suerte que se cumple lo que afirma A. Einstein: Cada día sabemos más…

Pero al mismo tiempo, la desinformación que aviesamente practica los medios de comunicación monopólicos y oligopólicos, nos dificulta entender lo que pasa en el mundo.

Por ejemplo, los grandes intereses y lo centros de poder manejan un lenguaje difuso y utilizan el doble trasero para interpretar los acontecimientos según cómo estén afectados sus intereses.

El ejemplo lo tenemos con la Gran Bretaña, que lo de gran ya le queda grande. En el caso de Las Malvinas, que arrebató a la Argentina en 1833, organizó un referéndum en la Isla cuya población está conformada casi exclusivamente por personas incorporadas al lugar siguiendo los rigores del proceso colonial, en este caso los Kelpers, y supuestamente manifestaron su voluntad de ser parte del ex imperio inglés, -y no de la Argentina-, utilizando el “referéndum” mencionado como dato decisorio para negarse a discutir con la Argentina la necesaria descolonización de la Isla a través de un diálogo establecido por la ONU.

La Argentina desconoció la legitimidad y legalidad del referéndum, y siguió insistiendo en el diálogo, ya que LAS MALVINAS SON ARGENTINAS.

Pero los ingleses, los pícaros de siempre, por eso la llaman “LA PERFIDA ALBION”, insisten en dar absoluta validez a la maniobra del referéndum montado por ellos mismos.

Y al mismo tiempo, dicen desconocer el referéndum que se realizó en Crimea, -Mar Negro–Asia- donde la población, con el 96.77% de los votos decidió integrarse a Rusia, ante la crisis provocada en Ucrania con intensa participación de los EE.UU. de Norteamérica, de Inglaterra y de la OTAN.

Esta actitud, en su momento, la denunció la entonces presidenta de la Argentina Cristina Fernández de Kirchner.

Y Mauricio Macri guardó silencio en Londres.

Este doble trasero nos indica claramente que es difícil creer a los actuales gobernantes del mundo instalados en los países centrales y a quienes buscan seguir las mismas huellas. Los países coloniales siempre nos trataron como pueblos bárbaros, y utilizaron todos los medios a su alcance para apoderarse de nuestros territorios, colonizarnos para civilizarnos supuestamente, y desde luego, apoderarse de nuestros recursos naturales, depredando y saqueando todo para hacerse de los recursos del que esos países carecen. Y sabemos que hoy la batalla es por el petróleo, el gas, el agua, los alimentos, etc.

Y EE.UU. de Norteamérica, con la hipocresía de siempre, también dice desconocer el referéndum, ya que es parte del “GOLPE BLANDO-GOLPE DURO” cocinado en Ucrania, y en consecuencia, amenaza a Rusia por aceptar y aprobar la incorporación de Crimea a su territorio y política global.

Es bueno mencionar que Crimea, con 60% de rusos, históricamente ha pertenecido a Rusia, y después de la revolución rusa de 1917, a partir del cual se conformó la URSS, en 1954 se dio una coyuntura que gracias a negociaciones inteligentes, permitió incorporar a Crimea a Ucrania.

Pero la península de Crimea es un punto estratégico del Mar Negro, como lo es Sicilia en el Mediterráneo y Cuba – Rca.Dominicana – Jamaica – Puerto Rico en el Caribe.

Además, allí se encuentra la Base Militar de Rusia, incluyendo a Sebastopol.

Para Inglaterra Las Islas Malvinas tiene el mismo valor estratégico, tanto por lo que significa el Estrecho de Magallanes y los valiosos recursos energéticos que posee.

Y actualmente, todo el clima de violencia, terrorismo, intervencionismo, guerra, no hace sino confirmar y reiterar la sinrazón de las políticas coloniales e imperiales.

Todo esto nos indica que no es la legitimidad ni la legalidad lo que está en juego, sino los intereses y la relación de poder que está en disputa en el mundo de hoy. La nueva geopolítica del imperio y centros de poder, buscan rediseñar el mundo para garantizar un poder hegemónico en el planeta y controlar los recursos naturales, en especial los energéticos, alimenticios y minerales.

Mientras, los latinoamericanos–caribeños, y en especial el gobierno y pueblo argentino, debemos todos saber y entender, que Las Malvinas son argentinas y latinoamericana-caribeñas.

Con o sin referéndum, con defensa clara o silencio cobarde, será definitivamente nuestra.

Francisco nos alienta: “No nos dejemos robar la esperanza”.

 

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