No estoy hablando de Cristiano Ronaldo o Lionel Messi, dos cracks del fútbol mundial que “hacen y deshacen” en el Real Madrid y el Barcelona, perciben sueldos cada vez más astronómicos y son ambicionados por otros clubes de la élite futbolera. Pero, esos mismos clubes han sido sancionados, junto al Atlético de Madrid por cometer irregularidades en las negociaciones y traspasos de jugadores menores de 18 años de edad.
Es cierto que esos “delitos” suelen ser realizados con el beneplácito de los padres de familia y de los propios deportistas, que entendiblemente se desesperan por jugar en el Barcelona o el Real Madrid, pero las reglas existen por un motivo, y ese es proteger a los menores de edad de los “tiburones de terno y corbata”, que quieren hacerse de sus servicios, evitando que la competencia se les vaya a adelantar. La sanción que vivió el club catalán de dos años sin poder contratar futbolistas se sintió poco gracias a la ya poderosa escuadra que había conformado, pero en Madrid las dos instituciones mencionadas podrían sufrir más de la cuenta. El Real siempre compra (con Florentino Pérez al mando) y Atlético es constantemente desarmado al final de cada temporada (por lo que necesita reemplazar nombres).
Otra muestra de ese despotismo con que se trata a los futbolistas se deja ver en las bravatas destempladas de Bruno de Carvalho, presidente del Sporting Lisboa, al referirse al atacante peruano André Carrillo. Es conocido el caso de nuestro compatriota, se quiere ir del club lusitano y estos lo han “secado” dejándolo sin jugar. Carvalho pensó que le rompería los nervios y terminaría firmando una renovación, pero le salió un terco heredero de los incas que lo ha desesperado, pues a medio año se iría gratis a un grande de Europa y el Sporting no tendría más que comerse su pataleta.
Revisemos las insufribles declaraciones de Bruno de Carvalho: “Si no hubiese existido el Sporting (de Lisboa) en su vida, posiblemente no jugaría al fútbol, estaría jugando en una calle cualquiera de Perú y quizá ni siquiera lo conocería nadie”. Vamos a desasnar a este dirigente portugués, André Carrillo jugaba por Alianza Lima, el mismo equipo que vendió a Teófilo Cubillas, César Cueto y varias glorias del balompié peruano. Hace pocos años incluso lo volvió a hacer con un grupo de jugadores que quizás a Carvahlo le suenen ligeramente: Claudio Pizarro, Jefferson Farfán y Paolo Guerrero. No nos vengas a vender que eres un descubridor de talentos, sí solo pintas para racista y esclavista.
Carvalho habla desde la autoridad de ser importante en el fútbol de Portugal. Bueno revisando estadísticas encontraremos que su selección y clubes tienen un nivel similar a Perú en el continente europeo. Van al Mundial porque en sus eliminatorias juegan contra varias selecciones de “cojos” y “ciegos” (sin querer ofender a la población con minusvalías). Nunca están ni cerca de ganar un Mundial, muy rara vez figuran en una Champions League y en la Eurocopa. Igual que los peruanos, tienen un par de jugadores estelares y paren de contar. Señor Carvalho, ahora entiendo la razón de André Carrillo por querer desvincularse del Sporting de Lisboa, tiene a un presidente intragable.