Clan del Golfo: Plan Pistola para matar policías

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La siniestra modalidad de contratar a sicarios para que ataquen a la policía  activó las alarmas, tras interceptarse comunicaciones telefónicas sobre este siniestro plan del Clan del Golfo, encabezado por Dairo Antonio Úsuga (a) “Otoniel”, la nueva amenaza continental del narcotráfico.

Las represalias criminales contra los agentes del orden se remontan a la época de Pablo Escobar, quien ofrecía pagar recompensas por cada policía asesinato, hasta que el 3 de diciembre de 1993 fue acorralado y acribillado a balazos, aunque la modalidad mafiosa ahora es contratando sicarios,

Esta nueva amenaza se confirmó poco antes de la media noche del pasado viernes 19 de mayo cuando las comunicaciones internas de las autoridades colombianas aumentaron la alarma sobre el plan de asesinatos de policías desatado desde hace tres semanas por el Clan del Golfo.

En los audios difundidos por Semana.com se evidencia el siniestro plan  que desató preocupación en los organismos de seguridad y el gobierno, por cuanto en una de las grabaciones un oficial les comunica a sus compañeros que detuvieron esta noche a un delincuente al que le encontraron fotos, direcciones y datos personales de los uniformados que enfrentan a esos narcos. “La vuelta grande ya está lista, no es sino ejecutarla” era el mensaje mafioso.

En la comunicación les cuenta a sus compañeros que los “blancos” son aquellos que han perseguido y capturado a los sicarios y lugartenientes de esa organización criminal.

Un segundo audio corresponde a un ataque en Bogotá en la noche del viernes. “Yo me tire al suelo. Las balas le impactaron al carro. Estaba en un procedimiento y se me acercó como a diez metros y  me disparó. Pero apenas que yo vi que me estaba disparando emprendí la persecución informándole a la central por la Cali por la 66 y lo perdí…estaba sola. Había inmovilizado una motocicleta, le había entregado el comparendo y me retiré…”.

En uno de los audios se escucha claramente la “recompensa” que ofrece el Clan del Golfo: 2.6 millones de pesos por matar un policía”.

El que ocurrieran en forma casi simultánea en las dos principales ciudades del país, Bogotá y Medellín, evidencia que la ofensiva mafiosa del Clan busca llegar lugares en donde estos asesinatos a sangre fría puede tener mayor impacto mediático.

El Plan Pistola

El pasado miércoles se capturó  en un centro comercial de Medellín al sicario  Luis Valdez Paternina (a)  ‘Lucho’, quien asesinó al policía,  Carlos Armando López Gómez, quien confesó que fue contratado por Dairo Antonio Úsuga (a)  ‘Otoniel’ para atentar contra la Fuerza Pública en Bogotá y Medellín dentro del “Plan pistola” que proclaman y que a la fecha ha cobrado la vida de 10 uniformados y dos civiles.

https://www.youtube.com/watch?v=ZB7fAtJnRok

“Lucho” reveló  que fue contactado en el área de Tumaco por miembros del Clan quienes les ofrecieron dos millones seiscientos mil pesos por viajar a la capital y asesinar policías y que,  una vez asesinara al uniformado, podría recibir “un bono”.

Este hecho evidenciaría que, como parte de la ofensiva de banda de narcotraficantes comandada por alias Otoniel y Gavilán, también están acudiendo al outsorcing de la muerte buscando asesinos en cualquier lugar.

El  ministro de Defensa de Colombia, Luis Carlos Villegas, confirmó  desde el Congreso la captura del sicario  y la perversa estrategia del Clan del Golfo, tras señalar ue la operación Agamenón se intensificará contra Otoniel.

En los exterritorios de las FARC

La amenaza del Clan del Golfo, antes conocido como Los Urabeños o Clan Úsuga, se acrecienta debido a que  ha logrado expandirse a municipios que dominaban las desactivadas guerrillas de las FARC , los conocidos “territorios liberados” que la mafia intenta convertir en “tierra de nadie” para la producción industrial de toneladas de cocaína.

El diario colombiano “El Siglo” señala que, de acuerdo con un estudio que adelanta el Centro de Recursos de Análisis para el Conflicto, Cerac, son 27 los poblados de los que las Farc salieron con destino a las zonas veredales a los que llegó esta que antes era considerada una banda criminal.

Además se expandieron a 54 zonas en las que históricamente no se registraba presencia de guerrilla, aunque en esos departamentos sí es fuerte el Clan del Golfo y en los que se dedica a la explotación del narcotráfico, la minería ilegal, minería criminal o la extorsión.

Según el investigador del Cerac, David Fernando Correal, se ha hecho un seguimiento a los periodos hasta antes de la firma del pacto con las Farc y después del mismo y ello permitió determinar cómo ha sido la expansión del Clan del Golfo.

Además, este grupo señalado de liderar un ‘Plan pistola’ que ha cobrado la vida de siete policías, no ha desarrollado todavía acciones violentas como atentados de envergadura pero figura en sus planes.

La guerra a Otoniel

Un informe reciente del Ministerio de Defensa c0munica que desde el inicio de la Operación Armagedón han sido neutralizados 1.300 integrantes de la estructura al mando de Dairo Antonio Úsuga, alias Otoniel, es decir que se ha reducido, en palabras del titular de esa cartera, Luis Carlos Villegas, en cerca del 50%.

Sin embargo el reclutamiento de disidentes y sicarios ha permitido que Otoniel llegue con su banda a municipios como Carepa, Chigorodó, Ituango, Murindó, Nechí y Peque, en Antioquia, dejados por las FARC tras su salida hacia las zonas veredales.

También llegaron a Puerto Rondón, en Arauca; Montecristo, en Bolívar; Riosucio, en Caldas; San José de la Fragua, en Caquetá y, llama la atención que estén en Padilla,    Patía, Sucre o Toribío, en el Cauca, así como en Chocó, Huila, Norte de Santander o en Cajamarca, Tolima.

En cuanto a los municipios a los que llegaron y en lo que no había presencia de las Farc, sobresalen Arboletes, Buriticá, Concordia, Frontino, Marinilla o Necoclí en Antioquia; Palmar de Varela, en Atlántico; Villa Rica, Cauca; Belén de Bajirá, poblado que está en disputa entre Antioquia y Chocó; Istmina o Nuquí; Canalete en Córdoba; Plato, Magdalena; Puerto Santander, en Norte de Santander o Pijao en el Quindío.

Con el correr de los días aumenta la presencia del Clan del Golfo en zonas que antes eran dominio de las Farc

“En realidad no observamos que haya realizado una escalada violenta o que el ‘Plan pistola’ sea a nivel nacional, sino que lo hace de manera regional, focalizada, en los municipios donde han tenido presencia históricamente”, señaló el investigador del Cerac, David Fernando Correal.

Añadió que “en los municipios de expansión observamos que están ubicados en departamentos donde siempre han tenido presencia como Antioquia”.

Al ser preguntado el investigador del Cerac sobre cómo se explica si los golpes de la Fuerza Pública han minado en el 50% a este grupo, logra expandirse, indicó que “sí, la Fuerza Pública ha propinado unos duros golpes en contra del Clan del Golfo y este grupo al expandirse, ha habido denuncias de reclutamiento”.

Unido a ello, recientemente se denunció que este grupo armado estaba ofreciendo sueldos de un millón 800 mil pesos a disidentes de las Farc para que se les unieran.

Con anterioridad al estudio que adelanta el Cerac y que da cuenta de la presencia en 25 municipios que antes eran dominio de las Farc, en su visita a Caucasia el fiscal Néstor Humberto Martínez denunció que la estructura criminal se estaba expandiendo por el Sur de Córdoba, el Bajo Cauca y Nordeste de Antioquia, zonas que fueron desocupadas por la guerrilla al comenzar su preagrupamiento y movilización a  las zonas veredales.

“Una expansión inusitada del Clan del Golfo en esta zona, como resultado de la movilización de las Farc a sus zonas de concentración, zonas veredales y en este momento en las de preagrupamiento. Eso ha generado un conflicto en el territorio”, explicó el jefe del ente investigador.

La siniestra modalidad de contratar sicarios para asesinar policías es la nueva estrategia  del Plan Pistola del Clan del Golfo que ha extendido sus ramificaciones en los llamados países productores, como Perú, Ecuador y Bolivia, por lo que la alerta rebasa las fronteras de Colombia en una pesadilla continental que puede tener consecuencias impredecibles.

 

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