Como Perico no hubo otro…

 

Falleció Perico León, leyenda de Alianza Lima | Perú | Liga 1 ...

‘Perico Leon’ fue el delantero más completo que vi desde que un día acudí al Estadio Nacional a un partido de Alianza Lima contra Deportivo Municipal. Completo porque cabeceaba como Valeriano López y remataba como Lolo Fernández, todo desde una estampa parecida a la de Paolo Guerrero, solo que en su siglo.
Que yo sepa no se le recuerda un gol feo. Era el delantero técnico que además de efectividad poseía plasticidad y cierto guiño artístico que hacia del gol casi siempre un golazo. Allí está el tanto con que le ganamos (1-0) a la Argentina en el Nacional en 1969 cuando Héctor Chumpitaz pegado en la tribuna de Oriente y casi desde 40 metros lanzó un pase bombeado que ‘Perico’ ‘mató’ con el pecho y entre Basile y Perfumo batió con la ¡izquierda! a Mario Agustín Cejas. ‘Perico’, además de portento físico, era un ambidiestro, lo que le facilitaba perfilarse al gol.
Fans tuvo muchos y pases frustrados uno que le pudo cambiar la vida. A fines de los años 60, el socio de Pelé en la delantera del Santos FC, Coutinho comenzó a engordar y ya no era el mismo de antes. Entonces la directiva santista se fijó en el Perú, en Alianza Lima y pidió referencias de un ‘9′ de ese corte, “a la brasileña”.
El entrenador aliancista Maurinho, no tuvo problemas en recomendar a ‘Perico’. Pero fue su presidente Alfonso de Souza Ferreira el que se opuso a esa transferencia. De Souza Ferreira no solo lo tenía como futbolista sino que trabajaba en su casa.
Una lástima porque hubiera sido una locura haber visto a ‘Perico’ con Pelé. También fue una lástima porque quizá habría, con ese pase, asegurado un futuro que le hubiera dado comodidad como ex y no la vida dura de obrero en Nueva York.
Como sea, con su partida física -mi memoria no olvidará nunca- se va una parte gran del fútbol peruano que fue baile y recreo, placer virtuoso más que rigor profesional. Ese fútbol setentero que hablaba de Perú como un hermano menor de Brasil y que tenía en Perico a nuestro mejor hombre.

 

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