Con Paolo Guerrero, asegurado el ‘show’ del gol

 

Paolo Guerrero tiene un romance perdurable con el gol, esa esencia instalada en el tratado futbolístico para que el fútbol se mantenga vivo y vigente: El goleador peruano tiene espacio reservado en el área, sin él el juego sería un aburrido espectáculo.

Si Paolo Guerrero no fuera un goleador de raza distinta, Boca Juniors no movería las montañas de dinero con tal de conseguir que el capitán de la selección peruana se ponga la ‘9’ azul y oro del popular equipo argentino.

Hay otros goleadores top en circulación, con igual fama y goles en el ADN de todos ellos pero algo atrae a Boca Juniors y sus dirigentes para que estén decididos a empeñar hasta la camisa con tal de acercarse al goleador del Internacional de Porto Alegre.

No deja de ser un halago que el afamado Boca Juniors se junta en deseos sustanciosos para que Paolo Guerrero los acompañe en la temporada 2020 donde Carlos Tévez y el italiano De Rossi esperan con inocultable ansiedad que el ‘9’ inca llegue a un acuerdo con el equipo ‘colorado’. Otra cosa es que el equipo brasileño muestre generoso gesto para que lo suelten.

Guerrero tiene contrato con el Inter hasta el 2021 y ello ya es un impedimento para que se resuelva el traspaso en términos cordiales. Que no será así porque deshacerse de su goleador es poco menos que rastrear un imposible para encontrar un artillero con un chip en los chimpunes.

Ricardo Gareca es el más feliz con la posible llegada de Paolo Guerrero a Boca Juniors y obedece a que la Superliga de Argentina es el mejor escenario para que gane en competitividad, se mueva en un medio exigente y rivalice con  defensas de molde europeo.

Todo suena bonito.  Gareca se frota las manos para que Paolo una vez instalado en Boca Juniors, llegue a la selección como un cuchillo afilado. Un demonio del gol para afrontar los compromisos de la eliminación sudamericana rumbo a Qatar 2022.

Cierto es que a Paolo Guerrero se le exija la colocación de los goles en las eliminatorias porque un delantero de convicción y fornidas condiciones, es pedir para él las llaves de la ciudad aunque sea en forma adelantada.

De hecho que las eliminatorias que se inicia en marzo del 2020 serán bastante crispadas aunque las aguas las tranquiliza el ‘Tigre’ al decir que llegaremos en mejor condiciones en comparación al inicio del recorrido hacia Rusia 2018.

En tanto las negociaciones continuarán con treguas de poca duración para que el traspaso se haga antes de Navidad aunque no feliz para el Inter que a pesar de tener el contrato firmado, no podrá mantener en su camarín a un jugador inconforme.

Se dirá entonces que si Inter acepta tendrá Boca que pagar la cláusula de rescisión. Si ocurriera, la cifra será bastante elevada pero también depende de Paolo Guerrero quiera dejar el confort de Porto Alegre.

Nomás queda decir que Paolo Guerrero representa un presente sólido pero de muy corto tiempo a juzgar por su edad. Ello supone que Ricardo Gareca tenga alguna responsabilidad de hacer una búsqueda para encontrar el reemplazo del ‘9’.

Hay candidatos que están a la espera pero que no evolucionan, siguen sin explotar y no se diga que el puesto lo tiene ganador Raúl Ruidíaz cuando todos sabemos que el reemplazo de Paolo Guerrero no puede medir 1.70 metros y pesar menos que Maicelo con los bolsillos llenos de piedras.

 

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