Crímenes de Hollywood: Las muertes del Kung Fu, Bruce Lee, Brandon Lee y David Carradine

 

Uno podría suponer que las artes marciales son sinónimo de salud y deporte, entre otras enseñanzas, y no es una equivocación. Sin embargo, tres muertes en Hollywood de actores ligados al Kung Fu (la disciplina más representativa de China) califican por su trascendencia, especulación y hasta escándalo a esta serie bimestral que hemos denominado Crímenes de Hollywood. Hablamos del final de una leyenda del cine y el Kung Fu como Bruce Lee, de la triste secuela en el accidente mortal que cortó la joven vida de su hijo Brandon Lee. Y el fallecimiento bastante escandaloso de otro referente como David Carradine (el actor del díptico cinematográfico de Quentin Tarantino, Kill Bill).

El 20 de julio de 1973, todo verdadero fan de las artes marciales y el cine sabe que fue el último día de Bruce Lee, El Pequeño Dragón, en este mundo. En pleno pináculo de su carrera actoral, esta leyenda viva venía de romper taquillas con El Regreso del Dragón (The Way of Dragon) donde peleó contra un novato en cine Chuck Norris en el Coliseo Romano. Había regresado por todo lo alto a su natal Estado Unidos, después de lograr idolatría en el cine chino. Tenía una familia feliz con su esposa Linda y sus hijos Brandon y Shannon. Como cereza de ese pastel, se preparaban dos filmes que tenían el éxito garantizado como Enter The Dragon (Operación Dragón) y Game of Death (Juego de la Muerte, la del traje de motociclista amarillo que recién vería la luz en 1978, con varias escenas montadas que completarían los escasos 20 minutos donde aparecía Bruce).

¿Por qué murió Bruce Lee? La causa oficial, real y convincente fue una inflamación cerebral ocasionada por la toma de un medicamento al que Bruce Lee (sin saberlo) tenía una hiper sensibilidad. Una muerte carente de rareza, bastante común y corriente en tiempos donde automedicarse para un dolor corporal o una jaqueca era más que cotidiano. Por supuesto, los fanáticos del maestro de Kung Fu necesitaban creer en algo más espectacular, y se tejieron tramas tan cinematográficas como sus propias películas. ¿La mafia acabó con Bruce?, ¿a Lee lo asesinaron los mismos guardianes del Kung Fu que ya lo habían desafiado a combate y fueron derrotados por el actor (este último hecho sí es real)?. Hicieron un escándalo por una mínima cantidad de cannabis encontrada en el organismo del Pequeño Dragón que no es garantía de consumo social. Y, hasta creyeron que no estaba muerto, sino escondido esperando un momento oportuno para regresar. Lo mismo se diría años después con Elvis Presley, tras la muerte del Rey del Rock en 1977. El tiempo nos enseñó que las leyendas viven en nuestros corazones y recuerdos, pero no regresan de la muerte física.

Bruce Lee tuvo una premonición en vida, su hijo Brandon Lee moriría violentamente. El propio Brandon también tuvo ese vistazo al futuro, que finalmente se tornó en lamentable realidad el 31 de marzo de 1993. El hijo del Pequeño Dragón murió a una edad muy cercana a la de su padre, Bruce tenía 32 y Brandon 28 años. También fue en tiempo de filmación de una película, El Cuervo (The Crow), que era protagonizada por Lee (ya había compartido créditos estelares con el rival de Rocky IV Dolph Lundgren en el filme Showdown in Little Tokyo). Se suponía que el personaje de Brandon Lee debía morir en las primeras escenas para volver como un justiciero fantasmal, para ello le disparaban a quemarropa. Lo malo fue que se utilizaron por error balas de verdad que segaron la vida del actor. Esta sí pudo ser una muerte que levantara sospechas, aunque luego las investigaciones confirmaron que se trataba de un triste accidente. Por mucho tiempo se creyó que la muerte de Eric (Lee) en el metraje correspondía a la muerte real de Brandon. Los estudios cinematográficos demostraron lo contrario, se uso una escena con dobles, la original se quemó, como una muestra de respeto que no incluyo prescindir de las otras escenas filmadas por el artista que ayudaron a hacer taquilla (algo así como las escenas de Paul Walker en Rápidos y Furiosos 7).

Antes de hablar del fallecimiento de David Carradine quiero contar una anécdota que viene a colación pues tiene que ver con Bruce Lee y el propio Carradine. El motivo que llevó a Lee a dejar los Estados Unidos por China fue su postergación a papeles secundarios en series como el Avispón Verde o Longstreet. Él había elaborado un guion cinematográfico y una propuesta televisiva. La segunda sobre un monje Shaolin que se iba de Oriente repudiado y se refugiaba en el Viejo Oeste Americano fue aceptada por la Warner Brothers. Sin embargo, no sólo le cambiaron el nombre de The Warrior a Kung-Fu, sino que la filial ABC no quería a un chino para hacer de chino, sino que se eligió al norteamericano ligeramente achinado David Carradine. El resto es historia conocida, la serie fue un éxito, y Bruce Lee con toda razón indignado se fue a China.

Después de Kung-Fu, David Carradine se pasó varios años signado como un actor de roles poco trascedentes, incluso fue vapuleado por Chuck Norris en el western de artes marciales Lobo Solitario McQuade. Salía en miniseries como Norte y Sur, en dibujos animados como Las Aventuras de Jackie Chan o comedias adolescentes de Disney. Incluso intento revivir sin éxito la serie Kung-Fu. Fue Quentin Tarantino que le dio un nuevo brío, aunque fuera pasajero, al convocarlo como el villano de su díptico Kill Bill) en 2003 y 2004). Tras ese éxito, Carradine demostró que lo suyo pasaba más por relajarse que otra cosa. Nuevamente fue parte de innumerables proyectos intrascendentes como su rol en una producción de los edulcorados Jonas Brothers, o en Danny Phantom (otro dibujo animado). Sin embargo, murió en Oriente, en Bangkok (3 de junio del 2009). Pero, nada tuvo que ver con las artes marciales sino con un escandalizado juego sexual que lo llevó a ahorcarse. Un triste final que la prensa del espectáculo expuso irresponsablemente.

 

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