Cuevita: Muy querido ¿pero hasta cuándo?

 

Christian Cueva vive sus días encadenado a problemas con los equipos a donde llega pero nada de lo que se diga y haga apaga su buena estrella para mantenerse  en el escaparate de ser elegido y no quedarse sin equipo.

Su suerte en el Yeni Malatyspor de Turquía está  a un fogonazo de ser echado por su apego a pelearse con sus propios demonios y quedarse desempleado aunque, muy lejos de ser por mucho tiempo.

Resulta que Malatyspor ya tiene firmada su salida y mientras discute las condiciones del contrato sin retroceso, aparecen clubes turcos y de Arabia Saudita interesados en darle cobija.

Aladino tiene un potencial futbolístico que nadie discute pero eso de quedar confinado al desprecio de clubes como el Sao Paulo y Santos, no habla mucho de su persona.

Dicho de otro modo, Cuevita es amado y odiado. Lo quieren y se zurra en las mejores condiciones que le ofrecen. Tal vez confía en que es un crack y todo se lo merece.

Ricardo Gareca tiene una paciencia enorme para soportarlo y tenerlo bajo su protección, de padre y amigo. Con el Tigre se lleva bien, algo que no puede decir Jorge Sampaoli cuando lo tuvo en el Peixe.

Si Cuevita tiene todavía un techo de solvencia futbolística, no parece ser que le vaya mal este 2021. Está todavía en edad de ser top entre los preferidos por los clubes, pese a su pasado que lo condena.

Siempre hay jugadores con la mochila cargada de problemas. El desfile es largo desde Sucre Flores, aquel jugador de características de ‘10’ apetecible en Alianza Lima y que muriera en una confusa pelea en Uruguay, muchos otros han tenido un destino cruel.

En la actualidad Jean Deza es el mejor ejemplo de un mal comportamiento. Díscolo, de poco apego a las reglas de buena conducta, no termina por consolidarse.

Lo peor que le puede ocurrir a un futbolista es que sus propios colegas hagan un pliego de reclamos para que no sea admitido por su indisciplina en aumento. Puede ocurrir, ya se está viendo.

Ello quiere decir que los tiempos cambian. Antes se perdonaba a los talentosos con exabruptos pero ahora el cierrapuertas se impone para de alguna manera dictar una ley de protección para los de buen comportamiento.

Cuevita todavía tiene todavía alguien que le extienda un contrato pero su mejor momento futbolístico está cerca de expirar. En ese caso, tendrá que evitar romper filas para que todavía continúe en la brega.

Se le quiere y se le necesita, Aladino es pieza importante en el once de Gareca. Lo peor que le pueda suceder es que aparezca un mediocampista de sus mismas características. ¿Te anotas Sergio Peña?

 

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