De lo virtual a lo real

 

Un suceso que pone al revés el mundo tal como funciona ahora, está siendo imitado al menos en tres continentes y los medios lo vienen destacando como un hecho trascendente.

Es el uso de las redes sociales para romper el aislamiento en que vivimos los citadinos, cada vez menos comunicados con quienes viven al lado nuestro.

Una pareja de treintañeros en Bologna, Italia, aburrida de no tener amistades en su nuevo barrio, la Via Fondazza, consiguió un entorno amigable al crear un grupo cerrado en Facebook, e invitar a los vecinos a unirse online.

El medio usado para la convocatoria fue un simple volante pegado en la pared. Tan simple y común como eso.

Pasar del mundo virtual al mundo real (y no al revés) es lo más novedoso de este caso. El fundador del grupo, Federico Bastiani, es el autor de la iniciativa junto con su esposa Laurell Boyers.

Él italiano, ella sudafricana, ambos mudados a Bologna en 2012, un año antes de emprender la aventura de la red. Bastiani describe el suceso como una “ida de lo virtual a lo real y luego a lo virtuoso. Crear relaciones y capital social, crear comunidad”.

La situación de los residentes de la Via Fondazza es que ahora, si alguien necesita un buen fontanero o electricista, se pasan el dato entre ellos; comparten el uso de algunos bienes utilitarios, se prestan lo que haga falta (azúcar, tal vez), los chicos juegan juntos y el aislamiento es cosa del pasado.

Todo esto gracias a que alguien pensó que si la gente podía ser amiga en la red más popular no tendría problemas en seguir siéndolo en la vida real, sobre todo si viven en la misma calle y pueden hacerse favores mutuos.

Esta concepción es revolucionaria porque hasta ahora, las redes sociales habían tendido a aislar a las personas reales en favor de las comunidades virtuales, y en este caso la red fue el instrumento virtual para la interacción real.

Significa que nada sirve hacer juicios de valor sobre las redes sociales o la tecnología. Sobre ningún instrumento en realidad, todo depende del uso que las personas le den.

Por eso este caso ha captado la atención de los medios internacionales. Uno de ellos, The New York Times, le dedicó buen espacio el 24 de agosto.

El diario neoyorkino destacó el éxito con que los vecinos han creado su propia red social “online and off”. En la foto principal, la gente de Via Fondazza aparece charlando, relajada y a nadie se le ve con la cara pegada al celular.

Parecen imágenes de décadas pasadas, siglo XX podría ser.

Jamás soñó la pareja Bastiani-Boyers que en menos de dos años su modelo de red social-vecinal-online tuviese 393 réplicas en Europa, Nueva Zelanda y en Brasil. Puede que haya más, este dato es de la semana pasada.

A todos los que manifestaron interés en replicar el experimento los ha apoyado el sitio web socialstreet.it donde les ofrecen asesoramiento y les enseñan a comenzar y a manejar su propia red.

También se puede ver la historia completa del caso, leer sobre las anécdotas de los vecinos de Via Fondazza y muchos detalles que no caben en estas breves líneas.

En ese sitio web hay un video de la presentación de Federico Bastiani en la Universidad de Pisa, en el cual se explaya sobre las consecuencias insospechadas que su iniciativa aportó a la sociedad: retorno a las costumbres hospitalarias y de apoyo mutuo, a lo mejor de los años idos.

 

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