De turismo en Primera División

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Los conocen como equipos “ascensoristas”, pues suben a la división de honor del fútbol peruano y la mayoría de veces, ese mismo año, terminan bajando a segunda. El caso más reciente es el de Sport Loreto que no sobrevivió a las exigencias de Primera División. Muy bien puede ser la realidad de Comerciantes Unidos (de Cajamarca) y Defensor La Bocana (de Piura). Basta dar una mirada a sus fichajes, que suenan insuficientes y tardíos. ¿Es, como diría Gabriel García Márquez, las crónicas de muertes anunciadas?.

Comerciantes Unidos se arma con un buen arquero Juan Pretell (ex Real Garcilaso), un portero que incluso tiene experiencia de Copa Libertadores. Más allá de ese fichaje, se han llenado de los retazos del Sport Loreto (Angelo Cruzado, Ángel Pérez, Anthony Rosell), juveniles del Alianza Atlético como Yoshiro Salazar o Iván Camarino. Y cuatro jales paraguayos, que son como toda inversión en futbolistas extranjeros una apuesta arriesgada y muchas veces frustrante. En la banca tendrán a Freddy “Petróleo” García, un técnico peruano que fue voceado para la Selección Nacional, gracias a su brillante campaña con otro club recién ascendido: el Real Garcilaso (el mejor desempeño de un “recién llegado” en años, dos veces subcampeón, dos campañas regulares en Libertadores).

Lo de Defensor La Bocana es aún más alarmante. Muchos de sus “jales” son veteranos como Jean Tragadora, Sidney Faiffer, Saulo Aponte, Roberto Jiménez (que aún anota goles) y Willian Chiroque (muy lejos del nivel exhibido en la Copa América de Sergio Markarián). Para redondear el “asilo” se estaría trayendo a Rainer Torres, todos buenos jugadores que pueden aportar, pero no se puede competir con tanto veterano. El desempeño físico no siempre va de acorde con el entusiasmo. Se mantiene al DT que los guió al ascenso, Javier Atoche.

Los últimos años se han distinguido por tener estos equipos “ascensoristas”. Un breve repaso nos remite a Deportivo Cobresol (de Moquegua), creado en el 2009, ascendió en el 2011, descendió el 2012 y a la fecha ya desapareció. El Pacífico F.C., de Lima, llegó a la Primera División el 2013 con un destacado debut a manos de Juan Carlos Bazalar, pero tras conseguir varios puntos de arranque y ser el último club en perder el invicto (no perdía), terminó el año regresando a segunda, este 2016 juega la Copa Perú. Ese mismo 2013, lo acompañaba al descenso José Gálvez de Chimbote (un club que es recurrente en los ascensos). En esta cuarta aventura en el “fútbol de élite” peruano, subió el 2012 y bajó un año después.

El 2014 no pudo ser peor para los “ascendidos”. Los Caimanes (de Chiclayo) y San Simón (de Moquegua) sólo permanecieron un año. Le quitaron todo el misterio al descenso y puso en serio entredicho la fiabilidad de los equipos provenientes de Segunda División y Copa Perú. Ya lo hemos dicho, el 2015 incrementó esta funesta estadística con Sport Loreto. Los defensores de nuestro sistema futbolístico se refugian en el caso auspicioso de Deportivo Municipal, queriendo desoír ese viejo refrán de “una golondrina no hace verano”.

Falta planificación, los torneos de segunda acaban muy justos con el fin de calendario de la Primera División. Recién con los contratos firmados y los derechos autorizados estos clubes salen a un mercado saturado que les oferta los restos de otros equipos, muchas veces los remanentes de planteles que descendieron. Así no se puede.

Foto: NetJoven

 

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