Donald Trump: bocón, racista y quiere ser presidente

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Hasta esta semana mi concepto del magnate norteamericano Donald Trump era el de un “bocazas”, algo así como un elefante en una cristalería, es decir un tipo que no tiene el menor reparo en soltar comentarios hirientes, dar declaraciones controversiales y lesionar honras. En fin, gracias a su dinero se jura el “rey del mundo”.

Pero, a pesar de todo aquello suponía que era un sagaz empresario, ahora hasta de eso tengo dudas. Trump es dueño de los derechos televisivos del certamen de belleza Miss Universo, y negoció los derechos de transmisión de dicha gala con la cadena punta de televisión hispanoamericana en los Estados Unidos: Univisión.

Sin embargo, cuando relanzó su postulación para ser el candidato de los Republícanos a la presidencia de los Estados Unidos, Donald Trump arremetió contra la comunidad mexicana del “país del Tío Sam”, prácticamente los trató como parias cimentando su plataforma política. No es una novedad en las lides electorales norteamericanas tocar el tema de los inmigrantes.

Se conoce que la situación de los “ilegales” en Estados Unidos es un problema real que agrava la crisis laboral, así como la delincuencia. Aunque siempre sea más sencillo recurrir a un sesgo racista para ganarse simpatías en la contienda electoral. Mi tema no es ahondar en un lío que lleva décadas en el candelero.

Pero sí es oportuno dejar claros algunos aspectos, las ofensas del multimillonario son para la comunidad latina en los EEUU, no sólo deben molestarse los mexicanos, pues por añadidura también nos “mete en el saco”, por ejemplo, a los peruanos. Así que cuidadito con los que endiosan a Trump por estos lares.

Remitiéndome al inicio de esta columna, y al conflicto entre Donald Trump y Univisión. Me parece inexplicable que un hombre de negocios no entienda que tras sus desatinadas declaraciones hace imposible que una cadena televisiva que representa a los latinos en Estados Unidos decida cumplir con pasar uno de sus eventos.

Primero, es lógico suponer que tendría un rating bajísimo, pues la mayoría de la comunidad latina le haría un justo boicot al Miss Universo. Además, Univisión sería tachado por seguir respaldando a un sujeto que agravia de tal manera a su público mayoritario. No es viable transmitir su certamen, y es ridícula la pretensión de demandar por 15 millones de dólares a la televisora.

También, se entiende que el Partido Republicano nunca cometería la tontería de poner a un bravucón como Donald Trump de candidato a la Casa Blanca. Se imaginan las relaciones colaterales de todos los otros gobiernos al que este sujeto considere “pestes”. Vamos, le hacen caso por sus aportes monetarios y nada más.

Para liderar un país como EEUU se necesita por lo menos a un hombre con clase, y ese atributo no lo compra ninguna de las tarjetas doradas de Donald Trump. Él puede desayunar caviar, y un peruano cualquiera puede preferir un pan con chicharrón, y sin embargo seguro que tiene más “clase” que el magnate. Yo le diría: “Despedido” como solía retirar a los participantes de su show El Aprendiz.

 

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