Paolo Guerrero no encuentra sosiego ni tranquilidad ante el castigo que arrastra por la sanción FIFA tras el control antidopaje en el partido ante Argentina el 5 de octubre pasado por las Eliminatorias al Mundial de Rusia 2018.
FIFA rebajó a seis meses el castigo de un año que inicialmente le fue impuesto de acuerdo al positivo por el metabolito de la cocaína benzoilecgonina, una sustancia prohibida incluida en la lista de prohibiciones de la Agencia Mundial Antidopaje (WADA).
Paolo Guerrero con la rebaja de sanción se sintió con derecho a que la rebaja fuera ‘cero’ la sanción por su reiterado clamor de no haber hecho nada ilegal y por lo tanto consideraba que se le había castigado sin cometer delito.
El TAS (Tribunal Arbitral del Deporte) fue la instancia donde Paolo Guerrero apeló con la esperanza de que le rebajaran el castigo de seis meses la misma que ordena que recién en mayo podría reinsertarse a sus actividades en Flamengo y en renglón seguido a la selección peruana.
Sin embargo la WADA como tercer implicado en asuntos de dopaje, pide que la sanción sea de dos años y con ello, adiós mundial para Paolo Guerrero.
WADA está haciendo su tarea. Le corresponde meter las narices pero solamente es un pedido pero no es definitivo hasta que Paolo Guerrero y sus abogados comparezcan ante el TAS y elaboren su defensa.
Es curioso también que la audiencia en el TAS se programe a fines de abril a pocos días de que se cumpla el castigo de seis meses. Una burla parece, una mofa que no causa gracia. Especialmente al capitán de la selección peruana que vio esfumarse tempranamente su deseo de limpiar su nombre de la acusación de dopaje.
La preocupación latente es que WADA insista en que la sanción de dos años se cumpla con Paolo Guerrero, algo injusto porque le creemos al ‘Depredador’ que no se metió al cuerpo nada que lo perjudique.
Todo depende que la defensa de Paolo Guerrero haga su labor, sea lo suficientemente convincente para que la selección peruana no se quede sin su capitán en la justa mundialista.
Por lo demás, es bueno decirlo, es inexistente el temor de que todo salga en contra de Paolo. Más bien se respira un ambiente favorable para que el capitán de la selección pueda quedar habilitado y olvidarse del sabor amargo de una acusación injusta.
Una participación mundialista sin Paolo dejará mutilada al combinado peruano que no se acomoda en la cancha sin su presencia por más que la ‘Foquita’ Farfán se esmere en ser el ‘9’ de Ricardo Gareca.