El Azul: Un fantasma en el Cartel de Sinaloa

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El secreto mejor guardado en la cúpula del cartel de Sinaloa es la existencia de Juan José Esparragoza Moreno (a) “El Azul”, conocido como el capo discreto y cuya muerte se  especula en todos los idiomas sin ninguna confirmación por lo que su presencia sigue rondando como un fantasma.

Tras la caída de Joaquín “Chapo” Guzmán las riendas del cartel de Sinaloa “oficialmente” quedaron en manos de Ismael “Mayo” Zambada, otro narcotraficante de perfil bajo que sin embargo estaría actuando en tándem con “El Azul” para evitar una nueva narcoguerra en el norte azteca.

Su hijo, Juan José Esparragoza Monzón, fugó de la  cárcel de Aguaruto de Culiacán,cuando se encontraba en pleno proceso de la extradición solicitada por Estados Unidos, al estilo de su misterioso padre: sin disparar un tiro y sobornando a medio penal.

“El Azul” fundó el Cartel de Sinaloa con “Chapo” Guzmán e Ismael  “Mayo” Zambada, y cuyo misteriosa existencia tuvo el “final” que deseaba cuando empezó a circular la versión de su aparente  muerte el 7 de junio del  2014, por un ataque cardíaco.

De acuerdo a esa versión, falleció  mientras se recuperaba de las heridas sufridas durante un accidente automovilístico. Sin embargo, los capos de los carteles mexicanos muchas veces aparentan su propia muerte, para escapar de la persecución de las autoridades.

En ese momento las autoridades mexicanas afirmaron que no tenían elementos para confirmar el fallecimiento y, de hecho, el capo aún permanece en la lista de los delincuentes más buscados del país.

Un policía en la narcomafia

Esparragoza fue un detective de la policía que se convirtió en un narcotraficante que prefirió solucionar los enfrentamientos con la policía mediante un sistema de corrupción que llegó a todos los niveles, antes que enfrentarse a balazos.

Estuvo en prisión durante siete años y liberado en 1992. Luego se unió al Cartel de Juárez y trabajó bajo el mando de Amado Carrillo Fuentes (a) “El Señor de los Cielos”  hasta la muerte del mafioso en 1997.

Mientras el Chapo Guzmán estuvo en la cárcel, Esparragoza lo ayudó a mantener su negocio. Y, una vez que  Guzmán se escapó de prisión en 2001, pasó a ser uno de los líderes del Cartel de Sinaloa, con el “Mayo Zambada” .

https://www.youtube.com/watch?v=9bcJJRkDcJo

Al igual que en las monarquÍas europeas, “El  Azul”  se convirtió en el eslabón central en los lazos familiares entre los grupos y a menudo fue elegido como mediador en sus conflictos, como señala investigaciones de InSight Crime.

Se casó con la cuñada del “Chapo”  Guzmán y fue el padrino del hijo de Amado Carrillo Fuentes y del un nieto de Ismael Zambada. Asimismo  de sus hijos contrajo nupcias  con una de las descendientes  de los Beltrán Leyva.

El consejo de El Azul

Durante una fiesta Juan José Esparragoza Moreno,se acercó al jefe de una banda de narcotráfico y le pidió hablar unos minutos, en una actitud que lo pinta de entero como otro apacible “don” o “padrino”.

https://www.youtube.com/watch?v=2QxfGbKsSLk

“Ya no le jale mucho al dedo, los negocios éstos no se llevan con las muertes y se echan a perder ” le recomendó para frenar los enfrentamientos entre sicarios rivales.

Para que no queden dudas la conversación quedó consignada en el expediente del juicio contra el general Francisco Quiroz Hermosillo, acusado de delitos contra la salud y lavado de dinero.

El tono conciliador que tuvo con ese sicario –que luego se convirtió en testigo protegido- es un rasgo de la personalidad de El Azul, uno de los fundadores del Cartel de Sinaloa y a quien se considera un negociador en las batallas entre las organizaciones dedicadas al tráfico de drogas en México.

Policías que lo investigaron, periodistas y académicos coinciden en que el actual mapa del tráfico de drogas en el país no sería posible sin la participación de este personaje, cuya filosofía parece contrastar con la violencia de esta actividad: las balas y el narcotráfico, decía, no se llevan.

¿Prófugo o en el cementerio?

No es posible confirmar si El Azul sigue vivo y en funciones de mediador: el semanario “Río Doce” de Sinaloa fue el primero que publicó que Esparragoza Moreno murió por un infarto tras convalecer de un accidente automovilístico.

Sin embargo la  Fiscalía o Procuraduría General de la República (PGR) señalan no tener pruebas  suficientes para convalidar los datos del fallecimiento.

Otros  medios, como el semanario “Proceso”, publicaron  que la Agencia Antidrogas de Estados Unidos,  DEA, se inclinan a  considera que el capo efectivamente está muerto, y algunas versiones apuntan incluso a que su cuerpo fue incinerado.

https://www.youtube.com/watch?v=xFO93XQ_nms

 “Ha sido el encargado de las negociaciones de paz, de mantener los equilibrios entre las fuerzas del crimen organizado y, sobre todo, el puente con los políticos, que fue su labor durante más de 30 años”, declaró a  BBC Mundo el reportero Juan Veledíaz, autor del libro “El general sin memoria”.

“Es el prototipo del viejo narco que aprendió de los años 60 y 70 cuando el negocio no se explicaba sin la conveniencia con las autoridades políticas y de seguridad. Era el negociador”, acotó.

Para cumplir con este papel durante varias décadas El Azul mantuvo un perfil discreto, e incluso prohibió que se le escribieran corridos (canciones populares) o que su familia o colaboradores cercanos tuvieran una vida ostentosa. Tampoco permitió que le tomaran fotografías, según han contado policías que lo investigaron.

https://www.youtube.com/watch?v=XF14-Zc2SvE

Una actitud muy distinta a la de algunos de sus socios como Ismael Zambada García, El Mayo, el fallecido Amado Carrillo Fuentes, El Señor de los Cielos o Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, quien apareció armado y sonriente en varias fotografías tomadas en las montañas donde se escondía.

Pero la discreción de Esparragoza Moreno contrasta con su papel en la definición de lo que ahora es el negocio del tráfico de drogas en México.

Organizador en silencio

El Azul nació en febrero de 1949 en la comunidad de Huixiopa del municipio montañoso de Badiraguato, Sinaloa, de donde son originarios algunos de los principales líderes del narcotráfico del país, como El Chapo Guzmán o los hermanos Beltrán Leyva.

Su sobrenombre se debe al tono muy moreno de su piel. Atlético, de 1,77 metros de estatura, desde muy joven empezó en la venta de marihuana y goma de amapola para elaborar heroína, y a finales de la década del 60 formó parte de la banda de Pedro Avilés, apodado El León de la Sierra.

En ese cartel también incursionaron narcos de alto calibre como Miguel Félix Gallardo -el llamado originalmente Jefe de Jefes, el primer gran capo trasnacional de la historia de México que estableció el tráfico de cocaína por el país-, Ernesto Fonseca Carrillo (a) Don Neto y Rafael Caro Quintero.

Años después este grupo se convirtió en una de las organizaciones de tráfico de drogas más poderosas en la historia del país, bautizada como el Cartel de Guadalajara por la DEA.

Pero su influencia empezó a menguar tras el asesinato del agente Enrique Camarena, en 1985, y la captura del Jefe de Jefes cuatro años después.

De acuerdo con el periodista Jesús Blancornelas, fundador del Semanario Zeta, desde la prisión Félix Gallardo ordenó que sus socios se dividieran el territorio que controlaba el Cartel.

El reparto lo hizo Esparragoza Moreno, quien también se encargó después de mediar en los conflictos por la disputa interna por las rutas de tráfico.

También concilió conflictos entre otras organizaciones. Según el periodista Ricardo Ravelo, en 1993 El Azul sentó en la misma mesa a los cabecillas de los grupos de Juárez y El Golfo para negociar un acuerdo que pusiera fin a la batalla que libraban en el norte del país.

La llamada  “La Paz del Norte” se rompió a partir de 2001, tras la fuga de prisión de El Chapo Guzmán quien trató de apoderarse de los sitios de cruce de droga, armas y dinero en la frontera con Estados Unidos.

En la guerra que siguió Esparragoza Moreno mantuvo su perfil discreto, aunque como se esperaba  decidió aliarse con sus primeros socios que formaron el Cartel de Sinaloa.

https://www.youtube.com/watch?v=ibQZRG0hOVQ

Sin embargo estar alejado de los reflectores no impidió que se convirtiera en una de las personas más buscadas en México y Estados Unidos, cuyo gobierno ofreció por su captura una recompensa de US$5 millones.

El Departamento del Tesoro incluyó a El Azul, su familia y socios cercanos en la lista de la Oficina de Control de Activos Extranjeros, donde se incluyen los negocios vinculados con supuestas actividades ilícitas.

Los últimos años los pasó en la clandestinidad aunque, a diferencia de algunos de sus socios del Cartel de Sinaloa como El Mayo Zambada y El Chapo Guzmán, Esparragoza Moreno solía vivir en zonas urbanas donde se dice que le  ocurrió el accidente de automóvil que le provocó un infarto.

Desde entonces su nombre sale a relucir como un fantasma,  cuando suenan tambores de una nueva narcoguerra, especialmente en estos meses con la incursión cada vez más abierta del Cartel de Jalisco Nueva Generación que encabeza “El Mencho”, la otra cara de la medalla.

 

 

 

 

 

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