El VAR no es tan malo después de todo

 

La Copa América Brasil 2019 consume sus días entre goles y la justicia electrónica del VAR como protagonista en la toma de decisiones para disipar las jugadas dudosas y confusas en esa lucha eterna para que nadie se quiera pasar de vivo.

Su puesta en escena pone otro ingrediente en su camino cuando te quitan la sonrisa del gol. Se celebra pero el VAR se encarga de apagar la euforia desatada y luego aparecen las caras largas mientras que los beneficiados miran al cielo en agradecimiento al santo de la tecnología.

Malo o bueno el VAR es bien recibido y también reprimido. Un amor y odio para un árbitro apantallado que está por encima del réferi que con todas sus equivocaciones le daba sabor a los partidos con sus polémicas decisiones.

Si ya no hay margen de error el fútbol se vuelve mecánico, una especie de imágenes justicieras que socorre al árbitro cuando éste no vio nada o se equivocó en una jugada confusa.

Los románticos del fútbol prefieren un fútbol sin VAR con el argumento de que el juego se paraliza y se pierde emoción. Generalmente cinco minutos se toma el árbitro para ponerse frente a la pantalla para analizar la jugada. Después ordena la continuidad pero con un tiempo muerto que ni siquiera se recupera porque los minutos de reposición son escasos.

Aparte, es un recorte de emoción cuando el delantero anota pero se contiene en el festejo. No sabe si el gol será validado o no. Recién cuando el árbitro señala el centro del campo el anotador puede celebrar.

El fútbol como en todas las actividades humanas no se puede apartar de la tecnología y la modernidad que aparece en todos lados, para hacer que la vida sea menos complicada.

No obstante, el VAR te complica la existencia cuando juega en contra. Entonces renegamos y solamente quieres que el bar de la esquina llene tu vida pero también el bendito VAR nos dio la ocasión de un gol ante Dinamarca en el debut peruano en el Mundial de Rusia 2018.

Christian Cueva mandó la pelota a las nubes pero para eso ya no funciona el VAR para una repetición por invasión de suspiros reprimidos. En ese caso fuimos agradecidos con el VAR pero ‘Aladino’ fue menos mago que nunca para dejarnos más fríos que estar en el Huascarán en ropa de baño.

No sabemos con exactitud si el VAR pueda sobrevivir en el tiempo. Recién empieza su reinado y aun cuando es muy criticado, deberá convencer a todos antes de que FIFA tome alguna decisión.

La misma FIFA puso el gol de oro en los partidos en que había suplementarios y este consistía en dar por ganador al equipo que anotaba y el partido acababa ahí mismo. Con el tiempo el gol de oro salió del reglamento porque no era muy equitativo.

El VAR es otra cosa, coloca su mano de justicia para que nadie se perjudique aunque la actuación del árbitro ya no es tan esencial y con el paso de los años tendremos réferis con chicharra electrónica en vez de silbato.

 

Leave a Reply