Es rentable invertir en menores

 

La bolsa de minutos entró en luz ámbar direccionado a desaparecerlo aunque también hay quienes lo defienden. En esa puja, al parecer, pasará bastante tiempo antes de ser llevado al cementerio del olvido.

Mucho apoyan la bolsa de minutos y en la otra vereda están en desacuerdo con su vigencia aunque son los menos porque mal que bien, funciona. Con la bolsa de minutos podemos apreciar un desfile de nuevos valores en la Liga 1.

Sin embargo, en las últimas semanas esta norma del fútbol ingresa al terreno de la discusión alevosa y desmesurada. Los que critican sostienen que es innecesario y la otra corriente valora su presencia.  Defiende su sustentabilidad porque permite dar cabida a jóvenes valores que de no existir no tendrían ocasión de mostrarse.

Los que están en desacuerdo presumiblemente son los clubes apilados en economías de miseria sin programas que puedan optimizar el trabajo con menores. Cuesta mantener y acaso la salida más conveniente es su disolución.

Supone inversión de considerables cifras de dinero para sostener esta clase de programas que incluye formación, alimentación, vigilancia del comportamiento educativo y seguimiento médico.

En todo caso se puede sacar cuenta que la formación de estos jóvenes para ponerlos a disposición del entrenador del primer equipo establece, en el rigor de los hechos, una formación cabal previa que se inicia con aspirantes a futbolistas a muy corta edad.

Ahora bien, con la norma de la bolsa de minutos permite el desfile de bisoños jugadores que son apreciados en los partidos de la Liga 1. El más claro ejemplo es el de Alianza Lima que ha permitido que Miguel Cornejo entre otros, puedan mostrarse con una presumible cosecha cuando los contratos del exterior lleguen como salvavidas para que en tesorería las cifras permita amplias sonrisas.

El técnico de la selección peruana, Ricardo Gareca, se ha quejado de tener un plantel corto y muy pocas posibilidades de ampliar el número debido a que la cosecha de jóvenes valores se ven afectadas por el trabajo informal con menores.

Los clubes deberían apostar por el trabajo con menores. Es la mejor forma de embolsicarse cuantiosos dólares para mejoras de estructura, potenciar instituciones que puedan ofrecer escenarios recreativos. En el Perú casi nada ofrecen los clubes a sus asociados.

Es también un mal precedente que ciertas instituciones o clubes esquivan el trabajo con menores para driblear el compromiso de invertir porque están más preocupados en el cumplimiento de las quincenas.

Es muy pobre la preocupación de los dirigentes porque apuntan a una clasificación en Copa Sudamericana para saldar un buen año. Pero después viene lo peor. No hay suficientes jugadores para jugar los certámenes internacionales.

Es de siempre, hay poca ambición para progresar, crecer y ser solventes. El conformismo se apodera de mentes mediocres y esta es una parte por lo que el fútbol peruano da vergüenza en la Copa Libertadores.

 

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