¿Existen los “extraterrestres”?

 

*Y en tal caso: ¿Quiénes Son?

¿Dónde están? y… ¿deberíamos temerles?

En realidad y apelando a la comunidad científica -como es del caso- debemos empezar aceptando que dicha gaseosa entidad, está profundamente dividida, en cuanto a los planteamientos que dan  inicio a la presente crónica. Uno -felices e inocentes- sostienen que somos únicos, irrepetibles y estrambóticos, además, pues al parecer, ningún supersabio de cualquier  -Jardiel Poncela, dixitentender porque somos como somos y a que insospechadas metas nos llevará nuestra variada colección de modelos intelectuales.

Otra equipo de poseedores de ilustrada mente, sostienen –jugando a la bamba- encuesta de esas que nos hacen unos señores hispano-peruanos que esquilman con sus cuentos a los propietarios de periódicos, que “es de suponer” que dada la amplitud  del cosmos, que hasta ahorita nadie mide con exactitud, “lo más probable”, es que la abigarrada colección de cuerpos celestes, cuente con algunos -desde luego- semejantes en condiciones de habitabilidad a nuestra conflictiva Tierra que, mejorando lo presente, estén habitados desde hace siglos, por civilizaciones tan inteligentes, que sabiendo de nosotros, han hecho al respecto, lo que (Jardiel Poncela dixit), hizo Dios con el Diablo y yo, con cierto pariente más terco que una roca, es decir: “nos han dejado por imposibles”.

Otros sabios -cómo no- dijeron en su momento que “es difícil que haya  en el universo, una especie pensante capaz de cometer las burradas en las que nosotros somos -por decir alguito nomás- tremendamente pródigos. Pero, hay otros eruditos pensantes que sostienen algo que tiene más swing, que ese “engrepido de Don Martín que cobró casi doscientos mil soles al Ministerio de Cultura, por enseñar a sus representantes: “El Arte del Vacilón”, o cosa parecida. Los cráneos que cito, proclaman con toque misterioso, que “los extraterrestres existen y han existido siempre entre nosotros, aunque se barajan -caleta nomás- maquillados como esos empresarios ultra pragmáticos, que cuando atisban un desbalance económico, despiden a los periodistas. Claro, pues ¿Qué otra medida más inteligente podría ocurrírsele ni siquiera al Dr. Frankestein, si acaso existiera en nuestra pandémica realidad? No pues. Después de “Toso” -según ellos me lo han dicho con frecuencia— “cualquiera es periodista”, por  eso, suelen contratar para que les escriban los discursos, a abogados, economistas y hasta militares en retiro, que como es fácil suponer, piensan y escriben de acuerdo a lo que han aprendido en sus respectivas “academias”. No faltaba más.

Otros, no tan sabios, pero sí más fabuladores como el expresi gringo Bill Clinton que siempre se jactó de haber visto “varios OVNIS, o como mi brother ex “Chibolín”, hoy triunfal figura de la TV, que no sólo ha visto los citados artefactos, sino que se trata de “tú y vos”, con  visitantes de otros mundos, los mimos que le han profetizado que él mismito, será el próximo Presidente del Perú, lo cual sería muy divertido, pero nada absolutamente nuevo en estas playas del Señor.

Al margen de estos chistes, -que usted es libre de modificar como más le guste- están los que se la jugaron en serio como el genial Julio Verne y el no menos talentoso Brad Bradbury, cuyo estilacho escribidor, ya querríamos muchos para un día de fiesta.

O sea –como dicen las “huachafis” de nuestro “Choliwood”-, que hay opiniones para todos los gustos.

Y entonces, pues, no hay que arañarse criticando lo que éste o el otro creen acerca de los “extraterrestres”. Sobre todo, en nuestro gracioso country, en cuyas alborotadas filas  milita la más estrafalaria colección, no de filósofos de café, como se decía en el viejo París “de los intelectuales”, ya que lo que nosotros, orgullosamente poseemos, podría definirse como “pensadores de cantina, graduados en “chupología”,  ciencia infua si las hubo alguna vez.

Yo, personalmente, prefiero no opinar al respecto, ya que existan o no los sujetos “de otros mundos”, mi opinión, seguramente les resultaría “inverosímil”, como decía cierto oficial policial, cuando trataba de expresar: “indiferente”. Y si pues, a lo peor,ambos términos resultan sinónimos, la voy a preguntar a mi brother “Piolín” que se las sabe todas con respecto al idioma, la gramática y la sintaxis. Aunque quizás ignora la “hermenéutica”, en la cual, yo soy un trome de la picaresca consecuente.

Y no es extraño, oiga usted. En el Perú, hemos tenido un líder “revolucionario”, experto e impartir “la contraorden”, en momentos cruciales para huestes impulsadas por él, que luego marcharían a la prisión o al desengaño, sin comprender nunca jamás, que había pasado con tal líder. También tuvimos,-y no hace mucho- un político que ganó las elecciones presidenciales, cantando un vals de Polo Campos a dúo con “El Zambo” Cavero y sin formular programa de gobierno o cosa parecida. Y también: ¿Quién no lo recuerda? Diosito que es tan grande, nos prodigó allá por los cincuentas, un emperador de los ejércitos, de aire, mar, tierra y profundidad, que –curiosamente- nunca llegó a Palacio. Nuestro recordado “Cordero y Velarde”, a quienes unos periodistas picaruelos, embobinaron con la política, sustrayéndolo así de su prometedora carrera de inspirado músico y compositor de óperas incaicas, nada menos. También hubo un “izquierdista pituco” que se inventó su leyenda de “perseguido político” auto bautizándose con un “alias” misterioso, desplazándose sólo en la noche y entrando a la medio lujosa casucha de sus viejos, por la puerta falsa, pues se alucinaba “clandestino”, mientras vivía de las propinas de su generoso viejo y las “comiditas” que su amorosa madre le guardaba en la “refri”, para calentárselas a media noche… es decir,compadre: ¡Madre hay una sola!… Aquí y en cualquier astro de la más ignorada constelación del universo. Y porsiaca, Vizcarra, no cree en los marcianos y ya se desengañó del consabido asesor gaucho, que tanto gusta a nuestros más recientes mandatarios. Es decir, Alan, Humala y Nadine, por supuesto.

 

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