Fiscal bajo fuego

 

La alegría del futbol entró en nuestras mentes y corazones y muchos no percibieron el insólito retorno a los años noventa con un fujimorismo prepotente que le ha puesto la puntería a las instituciones que no puede controlar.

El hoy Fiscal de la Nación, Pablo Sánchez está muy lejos de la obsecuencia y el comadrazgo con Montesinos de Blanca Nélida Colán, la favorita que usó su alto cargo para cubrir los abusos y crímenes de esa larga década. Pablo Sánchez fue el coordinador y acusador en investigaciones y juicios a la mafia Fujimori-Montesinos y ahora preside correctamente una Fiscalía que se atreve a investigar a la lideresa de los fujimoristas y nada más y nada menos que a su financista y ex secretario general Joaquín Ramírez.

Todo esto debe ser un paquete inadmisible para los naranjas que se lo quieren cobrar con la denuncia constitucional que acaban de declarar procedente. Han acumulado la presentada por Daniel Salaverry por “grave omisión funcional en la lucha contra la corrupción” con la de Yeny Vilcatoma por supuesta infracción al artículo 159 de la Constitución al haber designado a Hamilton Castro como fiscal encargado del Caso Odebrecht que hasta ahora no ha dispuesto una investigación preliminar para incluir a Odebrecht y a otras empresas consorciadas a las que estaría blindando.

Fuerza Popular apuesta con alto costo a desestabilizar el Ministerio Público. Keiko Fujimori proclama su inocencia y ataca a El Comercio. Su poca serenidad no se condice con la seguridad que pretende. Estamos ante un escándalo que deberá encontrar suficiente resistencia para no avanzar en la pretensión destructiva de una institución clave. Podemos no estar conformes con los fiscales que no siempre son brillantes ni coherentes pero la institución está por encima de las revanchas. Solo queda esperar que las denuncias sean archivadas por la Comisión Permanente.

 

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