Para la policía Patrick Zapata Coletti “no era testigo clave” pero los sicarios no vacilaron en secuestrarlo y asesinarlo por razones misteriosas que enmarañan aùn màs el caso de Gerald Oropeza López, un empresario que derrochaba billetes a manos llenas, convertido ahora en prófugo de la justicia y el crimen organizado.
Los entretelones de este caso semejan una verdadera telaraña donde la bala puede venir de cualquier lado. No se extrañaría un giro inusitado en las investigaciones policiales en un submundo donde, a decir de los mafiosos, “el secreto entre tres se guarda matando a dos”.
La aparición de sicarios motorizados que se promocionan hasta en Internet para matar por unos cuantos soles, es una espeluznante rutina en el mundo del hampa que, sin embargo se vio remecida por la ferocidad de asesinos con fusiles AKM y granadas de guerra, que el 1 de abril atacaron en San Miguel la lujosa camioneta Porsche Cayenne S, de placa D7Q-298 valorizada en 215 mil dólares, donde viajaba Gerald Oropeza con un grupo de amigos, tras regresar del paradisíaco Cancún.
El brutal ataque se registró en la cuadra 7 de la avenida Insurgentes, en San Miguel y, extrañamente los sicarios no “aseguraron” su macabro “trabajo” como estilan, con balazos en la cabeza de sus víctimas, por lo que no se descarta que era un “mensaje” a la mexicana para amedrentar a Gerald Oropeza que esa misma noche decidió desaparecer de circulación.
¿Un amigo que sabía demasiado?
Patrick Zapata Coletti, conocido también ‘Patrick Coletti’ o ‘Patrick Griffin’, fue amenazado por los atacantes de la camioneta Porsche que, incluso le golpearon en la cabeza, pero lo dejaron con vida junto con los otros ocupantes en un caso donde los móviles siguen en el misterio.
El joven de 25 años habría reconocido tener una relación amical con los ocupantes del Porsche que fue atacado con granadas el pasado 1 de abri y afirmó que a la modelo Olenka Cuba (23) , a quien conoce hace tiempo, se la habría presentado a Gerald Oropeza.
Aunque no precisó el grado de amistad con Oropeza, Zapata Coletti admitió que habría conocido hace cuatro meses a Gerald Oropeza en un salsódromo de Barranco, corroborado con las pesquisas policiales.
Lo extraño es que, en ese lapso, recibió la más amplia confianza de Gerald Oropeza quien, pese a ser un hombre de oscuras negociaciones, lo llevó Cancún, donde se hospedó en un lujoso hotel de 5 estrellas. Al regresar a Lima, el joven no regresó en la camioneta Porsche sino en un vehículo que seguía al controvertido empresario.
Lo cierto es que Patrick Zapata, pese a que dijo ser amenazado de muerte, no perdió la calma ni buscó protección con una seguridad. Es más, siguió adelante con su desenfrenado tres de vida.
Emboscada
Rn las cámaras de seguridad de Los Olivos se observa a Patrick Zapata, acompañado de cinco personas, que toman un taxi cerca al bulevar del mencionado distrito, a las 6 de la mañana, a la altura de la cuadra 11 de la avenida Angélica Gamarra. sin que ninguno se sintiera atemorizado.
A pocas cuadras, fueron interceptados por ocho sicarios que se movilizaban en dos automóviles, quienes maltrataron a los acompañantes de Patrick Zapata al momento de secuestrarlo, como señala Ceclia Casas, una de las jóvenes quien, junto con Malena Rodríguez lo acompañaban. “Me golpearon la cabeza, se lo llevaron y no supimos nada más”, declaró Cecila Casas.
Al promediar las 6.30 a.m. de ese día, las amigas del asesinado promotor de eventos fueron atendidas por personal de Emergencia Lima Norte, mientras les relatan lo ocurrido. Luego sentaron la denuncia en la comisaría de Sol de Oro. “Me golpearon la cabeza, se lo llevaron y no supimos nada más”, declaró la mmuchacha.
Cruel venganza
Los asesinos llevaron a Patrck Zapata a la huaca “El Paraíso” de San Martín de Porres, donde lo molieron los labios a puñetazos y lo dejaron ir, para luego acribillarlo de 13 balazos por la espalda.
Era evidente que los presuntos enemigos de Gerald Oropeza organizaron el secuestro ante la confianza o descuido de Patrick Zapata que se sentía seguro, pese a estar inmerso en un caso de sicarios y drogas.
De acuerdo a fuentes de la Dirincri, entre los sicarios que secuestraron y asesinaron a Patrick Zapata Coletti, estarían los que también plagiaron y dieron muerte al serbio Marko Mitic,uno de los cuales sería Renzo Espinoza (a) ‘Renzosky’.
“Se encontraría el delincuente conocido como ‘Renzosky’, quien se habría unido a ‘Los demonios de Saloom’, para evitar cualquier contrariedad con el mafioso conocido como ‘Caracol’, quien habría ordenado la muerte de Zapata Coletti”, explicó un agente.
Lo extraño son las similitudes entre el plagio de Zapata Coletti con el del serbio Marko Mitic que, según informantes de la Policía, habría sido ordenado por Gerald Oropeza, versión no corroborada ni descartada hasta el momento.
“Caracol” quiso asustarlo
De acuerdo a un informe de “Hildebrandt en sus trece”, Gerson Gálvez Calle (a) “Caracol” ordenó “asustar” a Gerald Oropezapara que le cancelara una presunta deuda de 5 millones de dólares, atribuida a un cargamento de 300 kilos de cocaína que habría sido despachado desde el puerto del Callao rumbo a Europa, camuflado en un barco.
Este personaje habría sido quien atacó a Gerald Oropeza el pasado 1 de abril en San Miguel.
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Gálvez Calle es un delincuente ampliamente conocido en el mundo penitenciario como el cabecilla de la organización criminal con más influencia en el Callao. Hace unos años manejaba las mafias de construcción civil y, últimamente, dirige la agenda criminal del puerto, donde el negocio más rentable es el tráfico de drogas.
Gálvez fue detenido en el 2003 y condenado en el 2005 a 15 años de cárcel por tentativa de homicidio. Purgó 11 años en el penal Sarita Colonia y fue liberado el 3 de octubre del 2014. En prisión organizó la entrega de armas a las autoridades en los barrios del Callao en febrero del 2014.
Según “Hildebrandt en sus trece”, la liberación de “Caracol” se realizó en medio de irregularidades, pues se produjo cuando era investigado por narcotráfico. Se presume que ahora domina la entrada y salida de drogas en el terminal portuario del Callao. Es decir…