“¡Hay golpes en la vida…!”

 

Según proclamaba el viejo Catilina -experto en la cueca- “hay un solo golpe de estado, que ningún gobierno puede resistir: El paro general”. –Realmente pues, dos o tres días, sin agua, luz, pan ni nada de nada, aún en tiempos greco-romanos, cuando se inventó la democracia, no los aguantaba ni Nerón, Calígula y otros “mataores” de ese calibre y solo hizo la finta, el bravo Julio César, que terminó entregando el equipo, tras una vergonzosa conspiración del Senado, capitaneada por su engreído Bruto.

En nuestra graciosa Latinoamérica, hubo un tiempo en que los “golpes de estado”-me refiero a los cuartelarios- eran una verdadera plaga y solían durar una década o más, para luego ser sustituidos, por los tradicionales cuentos “nacionalistas”, que por lo general, terminaban de arruinar el embadurne dejado por los generales.

En nuestro amado country, la Historia no hubiera tenido porque ser distinta y así hemos vivido -a saltos de mata- entre gobiernos entreguistas, corruptos, cleptómanos y -lo que usted ya va tasando- y tancazos “renovadores”, ”restauradores”, “revolucionarios” y otros versos, a cargo del “partido político más viejo del Perú” (Basadre dixit), cuyos militantes, gracias a Tata Lindo que es nuestro pata y hasta se manya que es peruano, se han convencido ya, de que es mejor, continuar haciendo lo ¿Qué hacen? Que arriesgarse a repetir la polka, después de sus últimas desbarrancadas históricas, entronizamiento de un “capitán traidor a la patria”, causa de un japonés, –nada menos- del cual, por ahora, tutti li mundi, finge no acordarse.

Bueno, pues. Y ahorita mismo -y en una- haciendo un “arqueo de caja”, como se diría en argot bancario, podríamos ir alucinando “qué nos hacemos con el muerto “Pinochinsky”, cuando termine de estirar la andante”.

Porque aquí entre nos, solo nos queda esperar que Vizcarra no se chupe y ya se sabe que Mechita no entra al cuento… Y el asunto es cambiar pichi por dos… y nada más… o menos.

Después de eso, partidos políticos, solo queda -y partida en dos-la fujiyakuza con su payasín Kenji y tu truquera Keiko, entre los cuales, habrá de elegir el “electarado”, cuando el momento llegue. Y se acabó el chongo, mi estimado.

Y es que cuando un país enferma -gravemente, además- ya solo va quedando encomendarse a Santa Cachucha, esperado lo que caiga del techo. Y es que ni siquiera queda algo que pudiera prometer cualquier empecinado, iluso candidato, ya que una vez muerto Cordero y Velarde, quedó agotado el repertorio de promesas. Y ya, hasta los “pulpines” se engorilan cuando los quieren agarrar de lornas, con el “esclavismo Bartra”.

-Y esto me hace recordar lo que sucedió en cierta resi ficha, cuando la Natacha amenazó macharse, alegando que le habían mentido -prometiéndole falsas promesas- como dicen las huachafis de la tele, que gritan: “salir al exterior”, “los cadáveres de las personas fallecidas” y “El Museo efímero del eterno Cusco”-guárdenme esa flor.

Bueno, pues, a lo que íbamos. La patrona, se horrorizó ante la amenaza de lavar los platos, y quiso saber el “porqué de ese adiós” (Vals de mi compadre Alex Lara).

Y entonces, la Natacha engañada, explicó: “Siñora, cuando yo vine para aquí, me hicieron leyer un lebro qui deciba: “Il señor, siempre estará contigo… Y ya han pasado saise mises y el siñor, dos veces nomás mi ha intrao… y borracho entuavía”….
-Y no pues, no hay derecho de engañar a la paisanada. Nos vemos.

 

Leave a Reply