Hay que seguir a André Carrillo

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Los reflectores apuntan a Paolo Guerrero como la carta de gol soluble en el área rival para la algarabía de la hinchada que espera una muy buena actuación peruana en la Copa del Mundo en Rusia 2018.

La presencia del ‘9’ peruano es garantía de los goles que habrán de venir en un mundial que encaja en un escenario donde los grandes no arrugan y hay pequeños que quieren crecer.

Perú es una selección de talla mediana con ambición de ser grata sorpresa con el respaldo de su fútbol rescatado del baúl de los recuerdos, resucitado por un técnico como Ricardo Gareca que supo darle una bocanada de aire fresco.

El equipo peruano es un colectivo férreo pero tiene también piezas que en el álbum de Panini son de difícil adquisición pero de fácil identificación para el deleite del espectáculo convertido en show.

Christian Cueva es un talento que resuelve en espacios reducidos y actúa como la puntada mortal para la asistencia del fogonazo previo al recodo del esperado gol.

Joshimar Yotún y ‘Orejas’ Flores son fogoneros y Renato Tapia un infalible muro de contención. En medio de todos aparece André Carrillo. No tiene un puesto definido, tiene esa libertad para copar espacios como una gacela que se desplaza libre de molestosas presencias.

No juega con un libreto aprendido. Mal haría Ricardo Gareca en decirle que haga esto o lo otro. Es el que más y mejor improvisa, se inventa una jugada para la limpiar la cancha y enfocarse en una genialidad, como el pase aquel a Paolo en el segundo gol a Arabia Saudita.

Si no está en el laboratorio combinado las sustancias de los condimentos de su fútbol, se las arregla para meter el pistoletazo y llegar a la red. Lo hace sin invadir parcela ajena. No es estorbo de Paolo y de nadie. Se llena de gol desde fuera del área para convertirse en otra arma ofensiva en este rompecabezas que arma el ‘Tigre’.

Carrillo en el partido contra Paraguay en la Copa América de Chile, hizo una genial gambeta para ser el generador de la primera puntada para el gol de Paolo y celebrar el tercer lugar.

Esa es su función, de hacer algo distinto en la antesala de la jugada colectiva que sorprende al adversario con inesperados giros que dejará desarmado y sin reacción ante esas jugadas sacadas de la chistera.

La selección peruana está llamada a ser el equipo mimado del Mundial. Llega reforzada con una serie de buenos resultados y solamente tendrá que darle puntadas a la fina costura de su fútbol.

André Carrillo es el llamado a ser sacado del planteamiento rígido del planteamiento elaborado para que se meta a la cocina como el mejor chef de un equipo peruano preparado para ofrecer su mejor sazón.

 

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