Huancayo tampoco dio la talla

 

Sport Huancayo se quedó en aspirante trunco de alcanzar los cuartos de final de la Copa Sudamericana al quedar eliminado ante Coquimbo Unido. El último pasajero con vida para dejar un buen recuerdo el 2020, se extravió en medio de las venideras fiestas de fin de año.

La esperanza de cerrar el año con una sonrisa se desvaneció con un equipo huancaíno sin el temple ni la agresividad de algunos días atrás cuando venció 2-0 a Alianza Lima y lo envió a la segunda división.

Lo más entusiastas veían a este equipo de Wilmar Valencia avanzar como lo hizo Cienciano cuando ganó la Copa Sudamericana y la Recopa en un histórico resultado al desplazar a River Plate y Boca Juniors, los grandes del fútbol argentino,

Sport Huancayo no fue más que un fogonazo con luz opaca y se disolvió entre brumas oscuras cuando más se le necesitó en el partido de Lima, con la mesa servida pero le faltó jerarquía para finalmente quedarse varado en la cuneta.

No fue un buen año para el fútbol peruano, con una vergonzosa Copa Libertadores con Alianza Lima y Binacional en lastimera ruta focalizada para el fracaso ruin.

Estamos en la antesala de cerrarse el año de la Liga 1 con Universitario, Sporting Cristal y Ayacucho en puja para alcanzar el título pero los tres clasificados para la Copa Libertadores 2021.

No está demás advertir que clasificar a un torneo internacional es el fruto anhelado de todos los equipos pero a la hora de disputar los putos con equipos de afuera, aparecen las goteras de nuestro techo precario,

No tenemos la suficiente talla para dar batalla y caemos en el mismo sonsonete de siempre de pelear los cupos internacionales para finalmente quedar como furgón de cola.

La selección peruana con un punto de 12 posibles tuvo un mal comienzo en las Eliminatorias para el Mundial de Qatar. Aunque no todo está perdido, queda la ilusión de revertir el oscuro inicio para que el 2021 no sea tan despiadado en su trato a nuestro alicaído fútbol.

Cierto es que hay que mirar el futuro de una mejor manera pero las heridas del pasado duele como la tormenta que azota Matute con el equipo como inquilino obligado en el campeonato de ascenso.

De todo esto queda la interrogante sin respuesta de estar cerca de que un nuevo Cienciano se salga del molde y nos regale aquellas dos copas inolvidables. Como estamos, difícil encomienda para malos mandados.

 

Leave a Reply