Incertidumbre que mata

 

La selección peruana de fútbol apuesta a jugar mejor pero en su búsqueda de engarzarse con los resultados encuentra trabas en el camino que cascabelea nuestras ganas de pensar si es o no confiable en estas duras eliminatorias.

Perú en sus altas y bajas nos tiene entre dos zanjas que se abren y de tanto hacer equilibrio podemos caer al profundo abismo pero también cabe la posibilidad de mantener la postura.

Es decir, eso de lograr un buen resultado ante Paraguay y caer en casa ante Brasil no conjuga con la fertilidad de un equipo que avanza y no retrocede en sus propósitos.

Estuvimos a un paso de meternos en zona de clasificación pero otra vez el retroceso que nos pone en la cornisa con esta derrota ante los brasileños. Y ahora otra vez hacer cálculos y pensar que en estas últimas seis fechas sacar la mejor tajada posible.

Se puede decir que se ha avanzado, cierto ante la pobreza de anteriores participaciones, Hay un buen muestrario de jugadores jóvenes que pueden ser los que afronten los siguientes procesos.

Se puede confiar en Cueva, Loyola, Aquino, Carrillo y Corzo como abanderados de la nueva savia del fútbol peruano. Es lo más rescatable del trabajo de Ricardo Gareca.

Con un equipo tan pobre como el nuestro y estar en boca de todos como si el poderío perdido se hubiera recuperado, da que pensar. Ser habla de nuestro fútbol como señal de recuperación.

Cerramos el año en las eliminatorias con una incertidumbre enorme. De no saber con certeza cuál será nuestro destino final, Es posible que tengamos que hacer un aterrizaje forzoso. También llegar a buen puerto.

De esa incertidumbre es la que hablamos, como las puertas de doble hoja que te dice si es que sales o entras.

 

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