Joel Sánchez despunta virtuoso, con un semblante de crack consumado, se oxigena para este segundo aire de su carrera futbolística, tomarse en serio su misión de convertirse en la manija de FBC Melgar que apunta con desenfado su participación en la Copa Libertadores 2019.
Sánchez es un ‘10’ talentoso, muy claro en su fútbol, conductor inteligente, no es un mozuelo en pañales, se trata de un jugador con recorrido que le falta la explosión necesaria para consolidarse plenamente.
Tiene una vida paralela con Paolo Guerrero en ese negro capítulo con el dopaje que sin ser ambos consumidores cayeron en el hoyo de un castigo infame por una maloliente FIFA que no da opciones de defensa.
Joel Sánchez estaba en la selección peruana y le tocó jugar en Paz frente a los bolivianos. Estaba Sergio Markarián en el mando del equipo en una campaña empapada en mediocridad, hecho una rémora para pensar en algún atisbo de clasificación para el Mundial de Brasil 2014.
En el examen antidoping Joel Sánchez fue culpado de ingerir una sustancia prohibida que devino en un prolongado castigo de dos años. Tomarse un té de coca para aplacar los efectos de la altura, le pasó factura. Nada se ha hecho desde entonces para que el futbolista que beba esta infusión no pase como si fuera un cocainómano.
Sánchez como no era en ese entonces una gran figura, no tuvo defensa y abandonado a su suerte tuvo que cumplir con la sanción. El mal estaba hecho. Se proclamó inocente pero la WADA que no cree en nadie, lo sacó de circulación.
Joel Sánchez jugó en Alianza Lima antes del castigo de La Paz y fue la Universidad San Martín la que le dio la ocasión de meterse al fútbol nuevamente. En el equipo santo pasó por la cadenciosa etapa de agarrar nuevo ritmo de competencia.
Le fue bien y desde México fue contratado por los Tigres de la Universidad Autónoma de Nuevo León en 2017. Ese mismo año fue prestado a Sporting Cristal y en el 2018 Querétaro FC lo acogió.
Joel Sánchez ahora juega en Melgar y se llena de entusiasmo para ser un jugador de selección aunque pocos recuerdan que bajo la conducción del Tigre Gareca, jugó las fechas 7 y 8 en pleno proceso para Rusia 2018.
Sánchez estuvo también en la Copa América 2015 que organizó Chile pero no tuvo ocasión de mostrarse porque delante de él está Cristian Cueva, un jugador que es inamovible en el esquema del ‘Tigre’.
Aun así, Joel Sánchez no piensa en jubilarse. Tiene 29 años y está para ofrecer mucho más. Ya lo hace con los mistianos. Los de la Universidad de Chile y Caracas FC no tuvieron armas para frenarlo.
Si alguna vez Ricardo Gareca se quejó de tener un plantel muy corto, ahí está Joel Sánchez para aumentar el listado de jugadores convocables. Por lo demás, este jugador nacido en la provincia arequipeña de Siguas, está para aportar con los recursos que aún le sobra para regalar su fútbol talentoso y pureza indiscutible.