La corrupción y las amistades

 

Los casos de corrupción que se producen en el mundo tienen dos aspectos básicos. El primero, que una persona no nace corrupta sino que aprende y lo hace frecuentemente en su grupo más cercano: En el hogar o en el grupo de amigos.

En el hogar, los padres son quienes orientan las normas morales de sus hijos. Si un niño llega a casa llevando cosas que no le pertenecen, los padres deben llamarle la atención de inmediato y comprobar que los devuelvan a sus dueños. Si lo toman como algo gracioso le están enseñando a su hijo que su conducta puede repetirse. Por supuesto que por más cuidados que se tomen en casa a veces aparecen ovejas negras en una familia.

Cuando llega la adolescencia las personas quieren tomar decisiones por sí mismas y una de ellas es la selección de sus amistades. Como escuchaba decir, es recomendable que los padres sepan quiénes son los amigos de sus hijos, que los alienten a traerlos a casa para conocerlos. Así gracias a su mayor conocimiento de la vida pueden darse cuenta que los hijos tienen de pronto amigos que no les convienen, pues tiene conductas inapropiadas

Lo peor que puede hacerse es prohibirle tal o cual amistad, pues esto puede causar rebeldía y al final la seguirán frecuentando en otro lugar. Si se integra en un grupo de personas que creen que la corrupción es normal tal vez aprenderá de ellos, pues tal como dice el antiguo refrán ”Quien con lobos anda a aullar aprende”.

Los padres no pueden pasar por alto que el hijo empiece a mostrar conductas de corrupción. A veces un mal entendido cariño lleva a pensar que las cosas ya pasarán o a echarle la culpa a los otros. Al toro hay que tomarlo por las astas desde el comienzo, no cuando las cosas se agraven. Todos ustedes quieren hijos sanos que contribuyan al bienestar de su sociedad. Es fundamental actuar a tiempo, antes que sea demasiado tarde. ¿No les parece?.

 

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