La decencia se fue de “vaca”

 

Dejando a Baratta al córner y tan solo haciendo una apretada síntesis de cualquier mañanero noticioso, -no sé ustedes- pero por lo que a mí respecta, debo entender que aquello que alguna vez conocimos como “Decencia”, sencillamente se fue de “vaca” quién sabe dónde, quedando a los Nostradamus chicha- con las bolas de vidrio entre las gambas-, alucinar cuándo volverá, digo, si acaso tal posibilidad existe.

Todos los personajes políticos de alguna relevancia, para no hablar de liderazgo, están bajo sospecha de haber “empalmado” la “mermelada” de “Odebretch”, y digo “bajo sospecha”, pues la vulgar” coima” no deja factura y probarla, sería tarea para una policía, Poder Judicial” o “Parlamento” instituciones de cuya probidad, equilibrio y profesionalismo, hoy, sencillamente solo creen los caídos del treca.

-No hace mucho, vimos por la” tele” a un sujeto que alegando:”¿Tú sabes quién es mi papá? Alguien que puede botarlos a todos ustedes”- procedía a arrastrar tirando de los cabellos -mismo cavernícola- a una desventurada chica que alguna vez lo amó. ¿Y qué pasó con él? – Nada. Un team judicial encabezado precisamente por una dama, lo absolvió nomás. Y …a otra cosa, mariposa.

Más cerca en el escenario del escándalo, una ilustre Fiscal, acaba de “sentenciar”-es un chamullo- a una lírica “prisión”, desde luego inexistente, al cómplice del asesinato y descuartizamiento subsiguiente de un colega periodista, en tanto, al supuesto autor directo del asesinato, se le impone 18 años de cana, ”por homicidio simple”, que según los bogas consultados, facilitará su “desembarco”, en unos –digamos- cinco almanaques, que resultan agua de malvas, dada la magnitud del delito cometido.

A este par de “cositas”, debemos añadir los dos o tres asesinatos que diariamente suceden en el Llauca, la normal violación que “adorna” las paginas policiales, el feminicidio de cada día, los dos o tres asaltos bancarios y uno que oro escandalete protagonizado por comisarios que disputan “a combo y parada” el amor de una joven subalterna. Y como postre a tan indigna torta, cae preso un suboficial que como quien disfruta vacaciones, se dedicaba al asalto y robo usando su arma de reglamento. Y claro, sus colegas detallan que tenía gruesos antecedentes por las mismas “gracias”, pero, oiga usted, seguía en el servicio, para cautelar la vida e intereses de todos los ciudadanos, guárdame esa flor. Y no olvidemos, la ya revista impunidad para la no tan misteriosa muerte de la voleybolista Chocano, para no hablar más de la cuenta.

Nadie sabe, nadie supo, nadie sabrá… según decía “El Monje Loco”, en sus tiempos de esplendor radial, cómo es que llegan hasta nuestro Primer Puerto, las toneladas de coca, luego “preñadas” en los “containers” que navegan rumbo a Europa.

Curioso, oiga. Porque entre el VRAEM y el Callao, hay docenas de puestos policiales, mi estimado. Dígame usted, cómo se paga ese viaje.

En fin, ya nadie duda de que nuestro amado country, está enfermo… grave, compadrito. Y lo que es peor, nadie-q ue yo sepa-, tiene a mano la necesaria terapia de shock para salvarlo.

Y esto me hace recordar, la escena de un narco que entró al tribunal sin “marrocas” y pasando tremendo billetaje de un drilo a otro, al tiempo que hacía una “mordida de ojo”, tasando al tribunal.

Y entonces, un docto magistrado proclamó: “Vamos a ver de qué viles calumnias acusan a este buen hombre… ¡Aunque YA VOY VIENDO… que es Inocente!

¡VER, PARA NO CREER, MIS ESTIMADOS CUCHI – CUCHIS!

 

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