La felicidad

 

En el auditorio todos aplaudían de pie a la pequeña pianista que acaba de ganar el concurso. El animador le dijo “Te felicito. Fuiste la mejor. Ahora ¿Qué otra cosa quisieras lograr? Ante el auditorio en silencio, la pequeña respondió “Soy feliz porque tengo a Diosito en mi corazón, a unos padres maravillosos, unos hermanos de primera y unos amigos que son parte de mi familia… y he ganado este premio con mi música. Ahora lo único que quisiera es que todos fueran felices”. Un aplauso más intenso fue la respuesta.

El “índice de felicidad” es desarrollado desde 1981 por la asociación inglesa NEF junto con la ONG medioambiental Friends of the Earth, muestra que los altos niveles de consumos de recursos no supone necesariamente altos niveles de bienestar. Los cinco países más felices del mundo son: Vanuatu, Colombia, Costa Rica, República Dominicana y Panamá. El Perú ocupa el puesto 33 y un reciente estudio señala que una de las cosas que caracteriza a los peruanos es responder siempre que les va bien.

Cada uno es feliz a su manera; es decir la felicidad no representa lo mismo para todas las personas. Para la madre que mantiene a su hogar y apenas gana para sobrevivir la felicidad será tener con qué alimentar a los suyos cada día, para el cocinero que un cliente le diga que su comida es la mejor que ha probado en años, para un desempleado será alcanzar un puesto de trabajo y para una pareja de esposos que han luchado por años para tener un hijo que el médico les confirme el embarazo. Un amanecer más es la alegría para un desahuciado y la tristeza para quien se ve obligado a dejar su país porque su vida corre peligro.

Es muy cierto que las mejores personas comunican felicidad pues la llevan desde dentro. Quien vive amargado, resentido y con rencores tiene mayores posibilidades de alteraciones en la presión sanguínea y problemas cardiovasculares porque permanecerá muy tenso. Quien es feliz y disfruta plenamente, sin excesos, gozará de mejor salud.

Los seres humanos necesitamos crecer para ser mejores personas. Lo más importante es disfrutar de los momentos de felicidad que nos da la vida y hacer felices a los demás. Al fin y al cabo, no hay recetas pues cada uno de nosotros es feliz a su manera, en sus propios términos ¿No les parece?.

 

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