La formalidad en el fútbol exige mano dura

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El fútbol peruano crecerá cuando se entienda que la informalidad es el peor enemigo del crecimiento. En esta tarea están involucrados los clubes, dirigentes, entrenadores y todos quienes encajen en el aparato futbolístico.

La dejadez, la desidia y falta de voluntad juegan en contra ante la exigencia de adecuarse a la modernidad que involucra desde el más humilde equipo de barrio hasta la institución mejor implementada.

El profesionalismo exige tener en cuenta firmeza en sus actos para no repetir la conducta de antaño en que todo se hacía a la criolla, la viveza y la sacada de vuelta a las normas.

En pleno goce post mundial de Rusia 2018 tras 36 años de ausencia no ha hecho ningún efecto de formalidad en algunos equipos de la órbita profesional. Damos cuenta de la vergüenza que pasaron los futbolistas del Binacional al ser echados del hotel porque se había cumplido el tiempo de hospedaje.

Desde el mediodía hasta poco antes del partido ante Universitario a jugarse a las 8 de la noche, los jugadores arequipeños esperaron en una plaza cercana la hora del partido que por la fecha 8 del Torneo Apertura perdiera 1-0 ante los de Ate.

Es apenas una muestra de lo que sucede con los equipos de primera profesión que en ocasiones ocultan los dirigentes para que nadie conozca las limitaciones e infracciones que se repiten con frecuencia.

La FPF ha elegido al fin el camino de la formalidad con la creación de la Comisión de Licencias cuya labor es exigir que los equipos cumplan con ciertos tópicos como el de tener sostén económico para que equipos como Sport Rosario no sean sancionados con la pérdida de puntos.

Al equipo ‘canalla de los Andes’ les fue restado cuatro puntos y eso les afectará ante el óptimo rendimiento del once en la cancha a punto de haber ganado sus dos últimos partidos en el Torneo Apertura.

De hecho esta Comisión de Licencias deberá actuar con la misma rigurosidad para que los clubes cumplan con los pagos a los futbolistas, una situación muy socorrida por ciertos clubes que no han manejado sus finanzas en forma acertada.

Si pretendemos la clasificación al Mundial de Qatar 2020 habrá que desterrar viejas actitudes con precarias solvencias económicas de clubes que no merecen estar en la órbita profesional.

El fútbol peruano tiene que adecuarse a las exigencias de un campeonato que enfrenta la diversidad de una geografía difícil, climas variados y traslados molestos lo que hace del torneo nuestro muy peculiar.

Es lo que tenemos y habrá que hacer muchos esfuerzos para una formalización que debe hacerse y no perderse tiempo innecesario.

 

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