La poderosa señora K

 

La última encuesta sobre el poder, elaborado por Ipsos y publicado en la revista Semana Económica, nos muestra quienes son los que tienen más poder en el Perú, y no ha sido una sorpresa, que la hija de Alberto Fujimori, pese a estar en prisión, figure en el tercer lugar y sea la mujer más poderosa en el país.

Es un hecho evidente. En los últimos meses, las visitas de los congresistas de Fuerza Popular al penal de mujeres de Chorrillos, donde se encuentra detenida, han sido indiscutibles reuniones de trabajo. En esas “visitas” se han tomado acuerdos que han permitido al fujimorismo, por ejemplo, formar la mesa directiva y designar a los voceros y presidentes de las comisiones.

Esto demuestra, además, el control férreo de su aparato partidario. Y lo usa para tener jaqueado al presidente Martín Vizcarra, contra quien ha lanzado la orden de atacarlo hasta conseguir la renuncia o la vacancia. Es la manifestación de todo su poder: ha conseguido la renuncia de un presidente y está a punto de lograr la vacancia de otro.

Por supuesto, no es un poder para utilizarlo a favor del país. Keiko Fujimori quiere humillar a quienes ella considera sus “enemigos”, comenzando con el Presidente de la República y los funcionarios de más alto nivel. Y, castigar, asimismo, al pueblo peruano por no haberla elegido. Son sus iras santas, luego de su derrota por un mínimo porcentaje el 2016.

La señora K, gusta disfrutar del placer que genera el poder omnímodo para utilizarlo a su antojo sin rendir cuentas a nadie. Las decisiones que ha tomado en distintos momentos de su vida lo demuestran.

Es bueno recordar, qué con sólo 18 años, dio la espalda a su madre, expulsada por Alberto Fujimori de Palacio de Gobierno, y asumió las funciones de Primera Dama, avalando, además, la humillación a que fue sometida Susana Higuchi.

Si no le dolió el drama de su madre, ni siquiera cuando fue torturada en el SIN, menos se iba a compadecer de su padre, si este era un estorbo para llegar a la presidencia de la república. Por eso se desmarcó del exdictador y de la vieja guardia fujimorista y construyó su propia organización, recogiendo en parte, la escoria que salía de los otros partidos.

Pero eso no era suficiente. No era un secreto que Kenyi Fujimori, ingresó a la política y salió elegido congresistas con un solo argumento: la libertad de Alberto Fujimori. Y, en medio de la crisis generada en el intento de vacar a Pedro Pablo Kuczynski, pactó con el presidente y consiguió el indulto presidencial.

Pero fueron los miembros de su partido, lo sabemos ahora, cumpliendo órdenes de ella, a través de la Botika y la Mototaxi, los que denunciaron que el indulto era un pacto político y no un indulto por razones humanitarias. Si Alberto Fujimori, su padre, retornó a prisión, fue por obra y gracia de Keiko Fujimori. Por supuesto que la renuncia de Kuczynski fue el trofeo y para conseguirlo utilizó las malas artes, esas que el “tío Vladi” fue diestro en enseñarle.

 

Maneja una bancada política que es la más vergonzosa de nuestra historia republicana. Ni en los peores momentos de nuestra vida democrática, incluso en dictaduras con parlamento o congreso, como fue la de Odría y de su mismo padre, hubo un congreso tan nefasto como el actual.

Y por supuesto obediente a la Jefa. Y eso, hay que reconocerlo. Tiene la capacidad de doblegar las voluntades de sus seguidores. ¿Cómo explicar, por ejemplo, la conducta de Luis Galarreta, quien, de enemigo del fujimorismo, hoy es el escudero de la Jefa?

¿Y de Martha Chávez o Luz Salgado, traicionando a Alberto Fujimori para complacer a la hija? Lo único bueno, si algo de bueno se puede sacar de una personalidad tan nefasta, es que nos hemos salvado -por lo menos por ahora- de tener una presidente como Keiko Sofía Fujimori Higuchi. Si a su padre no le tembló la mano para dar órdenes al grupo de Colina, a la hija no le hubiera temblado un dedo para ordenar peores tropelías.

Abimael Guzmán tenía como lema “Salvo el poder, todo es ilusión”. ¿Es el mismo lema de la señora K? Parece que sí.

 

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