La problemática de la lucha por el poder en Venezuela

 

Michel Foucalt nos dice con lucidez que la trama del poder depende en gran medida la convivencia humana, y Nieztche nos habla de la voluntad de poder como designio de la vida.

Los cientistas sociales expresan que “Desde Aristóteles a T.Hobbes, los teóricos políticos se preocuparon principalmente de las relaciones de poder dentro de una comunidad dada. Pero las relaciones externas, más que las internas, conducen la tensión hacia los problemas del poder relativo. La ascensión del moderno Estado nacional obligó, pues, a los teóricos de la política, a reconocer la preeminencia del poder en la política y, particularmente, por supuesto, en la política internacional. (Meineck – 1924).

En un escrito: “Las Refexiones Insanas sobre el Sistema de Poder”, digo lo siguiente: “En este tiempo histórico, es necesario repensar sobre el sistema de poder para captar la dinámica de los acontecimientos del mundo de hoy. Es cada vez más necesario elaborar una nueva teoría de poder”.

El análisis de la problemática de la lucha por el poder que se libra en los diferentes países, va teniendo una nueva marca de fábrica: es parte de la guerra global de 4a. generación diseñada por los EEUU de Norteamérica –el Pentágono y la OTAN–, y que apunta estratégicamente al control y explotación de todos los recursos naturales del planeta, que a su vez exige la manipulación de la población y de todos los medios que favorezcan convertir los bienes y servicios de la sociedad en un proceso interminable de acumulación y concentración de la riqueza, del saber y del poder en pocas manos y en pocos países.

Y Venezuela se coloca en este horizonte, esta en la vía láctea de los ingentes recursos naturales que posee: la reserva de petróleo más grande del mundo, una inmensa riqueza gasífera, minerales abundantes (oro-hierro-bauxita-uranio, etc.).

Produce diariamente 3.000.000 de barriles de petróleo, siempre fue el “proveedor seguro de los EEUU”, los americanos explotaron las minas de hierro a cielo abierto –super abundante–, y varias corporaciones transnacionales se beneficiaron con exclusividad de la explotación de los recursos mineros del país.

Hasta 1973, la ESSO, la SHELL, la TEXACO, etc. (en conjunto las famosas 7 hermanas como eran conocidas las corporaciones petroleras de entonces), se llevaban casi gratis los recursos naturales de Venezuela (por el petróleo pagaban un dólar por el barril de petróleo), y prácticamente no le quedaba nada al país.

Por eso se dio la nacionalización, pero una cláusula especial permitía a las compañías petroleras seguir controlando el proceso comercial del mismo. La creación de la OPEP modificó en parte esta situación, y el acceso al poder de Hugo Chávez Frías cambió sustantivamente las relaciones de poder y el tenor de las políticas públicas.

El acontecimiento marcó al mismo tiempo el fin del siglo XX y el inicio del siglo XXI. Y se inició una nueva etapa en la vida del país.

En el año 1999, el país enfrentaba una crisis profunda.

La pobreza crítica afectaba a casi 80% de la población.

El “caracazo” gestado en 1989, donde murieron más de 3.000 venezolanos, lo sintetizó trágicamente.

Con Chávez, el Estado recupera el control de la industria petrolera, busca frenar el avance de las políticas neoliberales centradas en las privatizaciones y flexibilización de las relaciones laborales, y pone en marcha políticas al servicio de los sectores más carenciados y pobres de la sociedad. Así se inicia el Socialismo Siglo XXI.

Un dato simple lo demuestra: al subir Chávez, había 900.000 estudiantes universitarios, quienes quedaban fuera luchaban por cupos en cada nuevo año. Hoy existen 2.500.000 universitarios en universidades públicas y gratuitas.

La educación primaria es de turno completo, y cada niño-niña, recibe una computadora. El Programa de Vivienda es importante, como el mejoramiento del ingreso y vida de los jubilados y pensionados.

La nueva etapa enfrentó inmediatamente dificultades muy grandes.

La oposición fue radical, se gestó un Golpe de Estado en abril del 2002, el pueblo y las Fuerzas Armadas obligaron el regreso del Presidente Chávez que había sido electo democráticamente con el Tribunal Electoral controlado por el gobierno anterior, y luego se produjo la huelga petrolera que duró 63 días y que paralizó el país.

Estas medidas de la oposición contaron siempre con el apoyo directo de los EEUU. de Norteamérica.

La compleja evolución de los acontecimientos, con un proceso político, económico, social y cultural entrampado en una confrontación sistemática, y que, al mismo tiempo, está acompañado por contradicciones remarcables que afectan a todos los frentes y a todos los protagonistas, como la corrupción, la violación de los derechos humanos por ambos bandos, ya que la lucha de la oposición no es pacífica, y una intransigencia creciente, fue creando las condiciones que hoy caracterizan a la realidad venezolana.

El sector económico-financiero, en complicidad con los tradicionales factores de poder, apuestan al contrabando y a la escasez de los productos, inducen una inflación descontrolada, que el gobierno, con cierta ineficiencia, le resulta difícil controlar.

El escenario actual de Venezuela es objeto de diferentes estudios. La CEPAL ha presentado su informe anual, donde expresa que al 2013, Venezuela y Ecuador son los países donde la pobreza crítica ha disminuido significativamente, y ha mejorado la educación y la salud, y la vivienda.

La situación actual nos indica que la batalla política, económica, social, es esencialmente una lucha por el poder.

Los poderes tradicionales no aceptan un modelo alternativo de desarrollo, no aceptan ser desplazados del poder como clase dirigente de la sociedad, y al gobierno le cuesta implantar un modelo y poder alternativo, con la denominación de Socialismo Siglo XXI.

En todo caso, Venezuela aparece también como abanderada del proceso de Unidad, Integración y Desarrollo de toda América Latina-Caribe, que no es del gusto de las corporaciones transnacionales y de los EEUU. Ellos apuestan a los Tratados de Libre Comercio y a las privatizaciones con flexibilización y precarización laboral.

El proceso de democratización de la sociedad venezolana, está sometido a prueba diariamente, y plantea muchas interrogantes.

Como ya es una costumbre periodística, se califica –es también una manera de descalificar– con facilidad, tanto al Gobierno del ex Presidente Chávez como al actual de Nicolás Maduro como dictadura o como gobierno autoritario, y nada se dice de que la oposición, que siempre alienta una salida golpista para tumbar al gobierno, cuenta con una red importante de medios radiales, televisivos y escritos, que critican con dureza las políticas gubernamentales.

Nos queda por analizar y comentar los comportamientos concretos de los diferentes protagonistas de esta lucha por el poder en Venezuela.

 

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