La selección no es negociable

 

Todavía habrá mucha tela que cortar con la decisión tomada por Paolo Guerrero de excluirse de la selección peruana para los amistosos ante Ecuador y Brasil dentro de la fecha FIFA.

La decisión de Paolo ha desestabilizado la tranquilidad interna del grupo que tan férreamente se comportaba  pero ante el pedido del capitán todo no volverá a ser como antes.

Puede que no aparezca en ningún escrito pero el capitán, el conductor, la voz del entrenador en la cancha, no puede bajarse de la embarcación en plena marcha. No es un buen propósito, no lo puede hacer. Es el menos indicado.

La eliminación del ‘colorado’ en cuartos de final de la Copa Libertadores a manos del Flamengo dejó evidencias que Inter carece de pocas reservas futbolísticas para tocar las puertas de un título al que aspira.

Inter ante Flamengo tuvo un comportamiento deplorable, escasos de ideas, flojo, pólvora mojada, incienso sin aroma, apático y puesto en alta voz con pregones de calificación desaprobatoria.

Digamos que no hay razón para Paolo Guerrero haya pedido excluirse si él con todo lo que pueda aportar, no será suficiente para que intente destrabar lo mal que juega su equipo que se sostiene en escasas figuras como Andrés D’ Alessandro, Rodrigo Lindoso, Edenilson  y Rafael Sobis.

Todos queremos lo mejor para la selección que, según se escucha hasta la saciedad, es de todos. Entonces en el análisis sereno podemos decir que Paolo Guerrero no debió dejar la impecable trayectoria de lado.

Sin duda debió pensarlo pero la propia dirigencia del Inter arrojó maíz al suelo para que el peruano calce en la idea de que le dieron apoyo cuando todavía estaba vigente la sanción por aquel doloroso episodio del dóping.

La exclusión está y no hay vuelta que darle, lo preocupante será más adelante. Cuando Paolo intente reparar el daño y cuál será la reacción de Ricardo Gareca cuando tenga que hacer una nueva convocatoria.

Luego de la gira a Estados Unidos vendrá otra fecha FIFA en noviembre donde los rivales serán Colombia y Chile. Y ante ello, cabe la sencilla pregunta de si Paolo Guerrero podría ser convocado.

Y si nos ponemos en un terreno supuesto podría ser que Kevin Quevedo, Gabriel Costa y Raúl Ruidíaz aceiten bien la máquina y se hagan necesarios como para tenerlos en cuenta.

En ese caso, la cancha puede inclinarse para que aparezcan algunas otras opciones para que Ricardo Gareca se entusiasme con aquello de tener un remanente en su abanico de jugadores seleccionables.

Menudo problema para una parroquia como la nuestra tan pequeña que desliza la aventurada propuesta de que la selección no es negociable. En el sentido de que la ocurrencia dada por Paolo Guerrero sirva para que en adelante nadie pueda excluirse.

Salvo una salida de emergencia comprobada que puede ocurrir. Pero sin duda con la selección no se negocia. Paolo Guerrero después del aventón al vacío debe estar pensando que su movida de ficha dejó a la reina expuesta en el ajedrez de la selección bicolor.

 

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