Las paradojas del destino

 

Un programa que siempre llamó la atención se denominaba “Aunque usted no lo crea, lo dijo Ripley”. Hoy reaparece en el panorama mundial con alertas insólitas, y lo formula un poderoso empresario-inversionista.

Llarry Fink, considerado como el inversionista más poderoso del planeta, presidente y consejero delegado de Black Rock, con activos que superan los 5.7 billones de dólares, habla a los líderes y a los empresarios del mundo, en términos muy sensatos que llama la atención en este tiempo de locura y de apetitos desmedidos de los gobiernos neoliberales y empresarios disfrazados de CEO.

Pareciera que Larry Fink se está dirigiendo a Macri, Temer, Cartes, Peña Nieto, Santos, PPK… y a la próxima reunión de DAVOS, cuando como empresario expresa con cierta alarma:

“Para millones de personas, las perspectivas de disfrutar de una jubilación segura, se aleja a pasos agigantados, especialmente en el caso de los trabajadores con menor nivel educativo, cuya seguridad laboral resulta cada vez más endeble. Tengo la convicción de que estas tendencias supone una de las fuentes principales del nerviosismo y de la polarización que observamos hoy en día en el mundo”.

Los acontecimientos recientes del Brasil, de la Argentina, México, Paraguay, Perú, como de otros países que nos atormenta con sus desvaríos neoliberales, indica que el hombre no está descaminado.

En esa lógica de llamada de atención, en otra parte expresa algo no común en el campo empresarial, casi toda una paradoja:

“Las empresas deben beneficiar a todas las partes interesadas, lo que incluye a los accionistas, a los empleados, a los clientes, y a las comunidades en que opera”.

Justamente las políticas públicas en marcha en los países mencionados, estan decididamente sacrificando el ingreso de los trabajadores con sentido de exclusión.

Y casi en forma fulminante agrega:

“Percibimos como numerosos gobiernos se muestran incapaces de abordar determinados retos de cara al futuro… Desde la crisis financiera –2008– las personas más ricas han cosechado ingentes beneficios… mientras que otros tienen que hacer frente a una combinación de tipos reducidos, escaso crecimiento salarial y sistemas de pensiones inadecuados”.

La cuestión es todavía más grave, ya que se aplican políticas públicas para debilitar al Estado, fortalecer el “libre mercado”, enriquecer más a los ricos y empobrecer más a los pobres.

Con las reformas que se ponen en marcha, se busca deliberadamente bajar los salarios, bajar la presión tributaria y destruir los sindicatos.

El hombre tiene una visión clara del panorama actual y del contrasentido de las políticas neoliberales que agudiza la crisis, la desigualdad y conflictividad del mundo de hoy, y por eso hace un llamado a los empresarios en los siguientes términos:

“La estrategia de su empresa debe trazar un camino para generar rentabilidad financiera. Sin embargo, para mantener esa rentabilidad, también debe entender la repercusión social de su negocio, al igual que la medida en que las amplias tendencias estructurales – escaso crecimiento salarial, incremento de la automatización, cambio climático… afectan a su potencial crecimiento”.

Este principal financista del planeta tierra, está alertando sobre los riesgos máximos de la ilógica que entrampa a las políticas neoliberales, ya que el desempleo, el empobrecimiento, la condena de los jubilados-pensionados, el debilitamiento del papel del Estado como de los sindicatos, y la creciente desmejora de los ingresos del consumidor final, que implica desigualdad–inequidad–descarte, pone en riesgo el “potencial crecimiento” de la empresa y la supervivencia del modelo capitalista.

Nos preguntamos: ¿Será por eso que el Papa Francisco reitera con frecuencia y energía ciertos lineamientos claves para el sistema hegemónico dominante en el mundo de hoy al afirmar:

– “No a una economía de exclusion”
– “No a la nueva idolatría del dinero”
– “No a la injusticia y a la inequidad social”
– “Necesitamos una transformación de estructuras ya”.

Es un alerta para los Macri y los CEO.

 

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