Llega la hora de ser mejores

 

Un amago de buen intento solamente para llegar arropado cuando se requiera afrontar la Liga 1 no es buen augurio por la invasión indeseada de equipos de escasa calidad que llegan a la primera división porque ‘no hay más por escoger

Los  cuatro equipos que participaron en el Cuadrangular de Ascenso reprobaron en el examen para clasificar a la Liga 1 y ello pone en peligro la calidad que se espera ver en el Campeonato 2020.

Atlético Grau, Coopsol, Chavelines y Llacuabamba pese a sus esfuerzos cayeron en el triste papel de la mediocridad por cuanto no hicieron bien el ejercicio de suficiencia requerido.

Así, el cuadrangular de ascenso que involucraban a equipos de la Copa Perú y la Liga 2, dejaron más preocupación que certezas y ello llevará a pensarse que el nivel de la Liga 1 caerá en un vacío de calidad.

Es de pésimo gusto que equipos de escaso poderío lleguen a la división de honor donde la ambición se contrae a una puja destinada a salvar la categoría antes de pensar en un rol protagónico.

Una suerte de superintendencia para evitar que se escabullen clubes con más audacia que aportantes al buen fútbol, los haga declinar. Una serie de requisitos  podrá hacer que los clubes que lleguen tengan que tener los refuerzos necesarios para que no se presencie un campeonato de jarabe insoportable.

De ese modo las sobras de equipos debiluchos no tendrían razón de estar en una competencia donde clasificarán para jugar los diversos torneos internacionales. Esa es razón por lo que nuestros representantes acaben dando pena y avergüencen lo poco que permanece en pie.

No existe un órgano regulador que mida el grado de competitividad de los equipos que llegan a primera y ello se aprecia en la abismal diferencia cuando enfrenten a Universitario, Alianza Lima o Sporting Cristal.

Ello apunta a que el campeonato peruano tenga mejor nivel y corte distancia con  los torneos de Argentina, Brasil. Ecuador y Colombia.

El mejor ejemplo es Independiente del Valle, un equipo modesto del Ecuador que por encima de los tradicionales, Liga Deportiva, Barcelona o Emelec, logra hacerse de títulos al mismo estilo del Cienciano del Cusco que ganó la Copa Sudamericana y la Recopa.

Tiene que ver en efecto trabajo de la directiva, voluntad e imaginación para atrapar adeptos que puedan acompañar desde las gradas o en cualquier ubicación o puesto que ayude a la suma de esfuerzos para lograrse el objetivo.

Una vez que los equipos grandes de Lima dejen de ser intocables, los demás con la insolencia del crecimiento podrán equilibrar la balanza.

En suma, el deseo para el campeonato del 2020 es que sea competitivo en su máxima expresión y sobre el grass ruede el balón con jugadores de nivel, con poco espacio para los que no conocen la redondez de la pelota.

Ya es tiempo que se empiece a mirar que ganar la Copa Libertadores no es un imposible ni sentirse menos que otros aun cuando Flamengo mostró un poderío de brasas candentes.

 

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