Los cowboys de la cocaína y la pesadilla en Miami

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Desde mayo próximo el cubano Gustavo Falcón, considerado el “último cowboy de la cocaína” será procesado en un tribunal federal de Florida, reabriendo de esta manera un convulso capítulo de violencia y crueldad que se vivió en Miami en 1980.

En ese entonces el paraíso de los  jubilados millonarios, se convirtió en un verdadero infierno con las toneladas de drogas que llegaban desde Colombia, movilizando millones de dólares, prostitución y ajustes de cuentas callejeros a balazos.

En esos turbulentos años aparecen como traficantes de perfil bajo Pablo Escobar (a) “El Padrino” y Carlos Lehder, el mafioso que fungía de guerrillero y admiraba a Hitler , y la temible Griselda Blanco de Trujillo, conocida como la Viuda Negra por su costumbre de despachar a sus esposos y amantes con ráfagas de metralleta.

La cocaína provenía de Colombia, donde era cargada en lanchas de alta velocidad. De allí pasaba por el Caribe para seguir su ruta hasta Miami. En el sur de la Florida, el tráfico lo manejaba la banda de los “Cowboys de la Cocaína”: se trataba de los hermanos Falcón, Willy y Gustavo, y  su amigo Salvador Magluta, los tres de origen cubano y quienes dominaron el negocio en Miami a sangre y fuego entre 1978 y 1991.

La droga era transportada a través del río Miami con el fin de evitar ser atrapados por la policía aunque el peor enemigo eran los sicarios colombianos que dejaron como pistoleros demasiados blandos a  Al Capone y los gangsters de Chicago.,

Con el ingreso de la droga, hubo un incremento de la criminalidad, que también generaba crecimiento en la ciudad por millonarias inversiones.

Era un lugar para los ciudadanos no muy problemático, pero para quienes estaban involucrados en el narco era una época peligrosa… Los homicidios eran a diario”, recordó Nelson Abreu, jefe de la  Policía de West Miami.

Xavier Suárez, actualmente  comisionado de Miami Dade, fue alcalde de Miami en esos años, recuerda que la ciudad tenía entonces muchos homicidios, la mitad eran relacionados con ventas y compras de droga.

“Corría mucho dinero en las calles… la construcción de Brickell, muchos de los grandes edificios de esa zona fueron producto de este dinero”, recordó Abreu.

De aquellos tiempos casi todos los cowboys de la cocaína habían caído. Magluta y Willy Falcón cumplen condenas y ahora el arresto de Gustavo Falcón cierra ese capítulo.

Dadeland

La violencia infernal de los sicarios cubanos y colombianos empezó en julio de 1979, tal como señalan los periodistas Guy Gugliotta y Jeff Len en su libro “Los reyes de la cocaína”, en un ajuste de cuentas que daría inicio a la guerra de las drogas, tal como reproducimos en parte, para contar con mayores elementos de juicio sobre este tema que se pondrá al tapete en mayo.

“En un caluroso día del mes de julio en 1979, un camión Ford blanco de repartó entró en el aparcamiento de Dade-land Mall, el centro comercial más grande del sur de Florida. El observador atento habría notado que no se correspondían los letreros que llevaba de uno y otro lado… El de la izquierda rezaba “Happy Time Complete Party Supply” y el derecho “Happy Time Complete  Supply Party”. Las letras se habían trazado toscamente con una pintura encarnada. A pie de ella figuraba un número de teléfono; pero quien lo hubiera utilizado no habría tenido información  sobre el suministro de artículos para fiestas”.

El camión se deslizó hacia el rincón sudoccidental del aparcamiento, donde una tienda  de la Crown Liquors se hallaba entre un Deli de la firma Crown Liquors y Mr. John´s, salón de belleza. Dadeland venía a ser una especie de vitrina suburbana subtropical. Cubría una superficie de alrededor de 20 hectáreas, junto a un pequeño canal, en Kendall, vasta comunidad residencial que despachaba a diario un ejército de oficinistas al centro de Miami, situada a unos 17 kilómetros al norte. Kendall se caracterizaba por sus céspedes cuidados con mimo y sus casas al estilo ranchero que, si no sostenían la comparación con la lujosa arquitectura española de Coral Gable, eran, como todo lo del condado Dade, buena muestra de  la prosperidad estadounidense típica.

El vehículo blanco había llegado a Dadeland, porque tenía una cita con Germán Jiménez Panesso, el cual efectuaría una compra en la Crown Liquors. Jiménez ocupaba lugar destacado entre los traficantes de cocaína de Miami; los hombres se dedicaban a la misma actividad. Como Jiménez eran colombianos. El transporte se detuvo junto al bordillo, cerca del establecimiento de licores, como si fuera a hacer una entrega. Su motor siguió ronroneando.

https://www.youtube.com/watch?v=Z8YgjVCnUD0

Hacia las 2.20 de la tarde , Jiménez y Juan Carlo Hernàndez, su guardaespaldas, de 22 años de edad, aparecieron en  el aparcamiento de Dadeland en un sedàn Mercedes Benz, nuevo y blanco. Dejaron una automática Browning del calibre 9 cardada en el suelo de la parte posterior y entraron desarmados en la Crown Liquors.

Pidieron una botella de Chivas Regal al dependiente Thomas Capozzi, el cual señaló a un estante de la derecha. Hernández fue en busca de la bebida. Precisamente entonces, dos hombres se aperaron del camión y avanzaron por el establecimiento. Uno asestó una Beretta 380, provista de silenciador, contra Jiménez y abrió fuego. El otro le apoyó con una pistola ametralladora Ingram MAC 10. Los tiradores rociaron de balas a Jiménez y  Hernández, ,haciendo añicos las botellas de los anaqueles. Hernández murió donde estaba; cayò de espaldas y el Chivas Regal quedó intacto en el pavimento, junto a su codo izquierdo.

Jiménez se desplomó de bruces, cuando quiso escapar hacia la entrada, con parte de la cabeza destrozada por 4 ò 5 proyectiles del calibre 45 de la MAC-10. Capozzi herido por una bala perdida, que le dio en el hombro derecho y le desgarrò el tórax, salió trastabillando del establecimiento. Los disparos se estrellaron contra cajas de licor y vino y el techo. El hombre de la MAC-10 gastó las 30 municiones del cargador y puso uno nuevo…

Había empezado la guerra de la cocaína que regaría de cadáveres Miami y el condado circundante de Dase.

El último Cowboy de la cocaína

Un accidente de tránsito fue la pista decisiva para que las autoridades dieran con el paradero de Gustavo Falcón, uno de los protagonistas de los años en los que Miami era conocida como la “capital mundial de las drogas” y que logró evadir a los agentes de la DEA durante 26 años.

Su juicio debía comenzar a mediados de 1991, cuando fue acusado en un tribunal del sur de Florida por conspirar, importar y distribuir sustancias controladas obteniendo ganancias millonarias y decenas de propiedades pero “Taby”, quien ahora tiene 55 años, literalmente desapareció y se le bautizó entonces como “El Fantasma”.

Las autoridades sospechaban que se encontraba en México, Colombia, o de vuelta en su Cuba natal, pero todo este tiempo estuvo mucho más cerca de lo que creyeron utilizando identificación y documentos falsos.

No se supo nada de él por más de un cuarto de siglo, hasta que fue arrestado hace tres semanas en la localidad de Kissimmee, muy cerca de Orlando, Florida. Ahora duerme en un Centro de Detención Federal ubicado en el centro de Miami, la ciudad que los “ cowboys (o vaqueros) de la cocaína” cambiaron para siempre hace más de 30 años .

La primera audiencia de Taby Falcón fue el juez federal del Distrito Sur de Florida, Jonathan Goodman

La captura se produjo e pasado l 12 de abril, cuando el antiguo “vaquero” salió a dar un paseo en bicicleta con su esposa.

El inspector Barry Golden, portavoz del Cuerpo de Alguaciles del Sur de Florida, que rastreó y capturó a Falcón, relató a BBC Mundo cómo fue el momento de la captura de Taby.

“Inicialmente nos dio el nombre falso que estuvo usando y mantuvo esa postura por 10 minutos. Los alguaciles que lo pusieron en custodia le dijeron que sólo era cuestión de tiempo para probar exactamente quién era él. Por ello admitió su verdadera identidad: Gustavo Falcón”, recordó Golden.

Taby utilizaba documentación falsa bajo el nombre de Luis André Reiss. Su esposa y dos hijos también poseían identificaciones falsas.

El Cuerpo de Alguaciles del Sur de Florida detectó a Falcón unas semanas antes de su captura, pero la pista que los llevó hacia él surgió hace más de tres años  debido a que un accidente de tráfico en 2013 protagonizado por Taby y en el que usó su licencia de conducir falsa lo puso de nuevo en la mira.

“La identificación fraudulenta que usaba Falcón tenía la dirección de una casa en Hialeah, en Miami, vinculada a él. Después de más investigaciones descubrimos que se vio involucrado en un choque de auto en 2013 en Kissimmee, Florida, y usó la misma identificación. Por eso nos concentramos en esa área”, explicó Golden.

” Lo hizo bien estando por debajo del radar tanto tiempo, pero no puedes ser un fugitivo para siempre . Tu día llega tarde o temprano”, señaló el alguacil.

La persecución a Falcón no paró nunca. En 2004 se solicitó su rastreo a autoridades mexicanas y desde 2008 se encontraba en la lista de los más buscados de Estados Unidos.

 

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