Los ídolos de “las pelotas”

 

La idolatría o la adoración a los ídolos, siempre ha sido un gran negocio para “los listos”, que supieron crear esos ídolos, que presentados a las masas, como “seres superiores o incluso divinos”; los rodearon de un misterio o halo superior a los pobres “monos humanos”, los que como enormes manadas, rebaños o masas de “adoradores o creyentes”; no regatearon ni adoraciones, ni dinero, para mantener a “sus ídolos”, en las alturas de “semi dioses”, que es y fue el gran negocio de “esos listos”, que existen desde que “el mono humano se conformó en la primera tribu”; puesto que paralelamente, aquella tribu, necesitó, “jefe y chamán, que se conectaran con los dioses, puesto que necesitaban las fuerzas del cielo, para dominar y vivir a costa de los hombres”.

El último ídolo desaparecido, ha sido un jugador de pelota, “con las manos” (donde abunda la idolatría pelotal), al que le han dedicado bastantes días de primeras noticias, en todos los medios de información del mundo mundial; y como si en realidad, este jugador de “pelota al cesto”; representara algo imprescindible o necesario, para la sociedad; cosa que a mí, aparte de ocasionarme una gran risa, me llena de estupor ante tanta… “adoración, lágrimas, llantos y lamentaciones por tan gran pérdida para infinidad de monos humanos”; no es que sea el primer caso, pero éste, para mí, ha sido excesivo.

Por el contrario en esas mismas fechas y como viene ocurriendo ya hace muchos años; “niños, mujeres, viejos o ancianos y en general personas anónimas de la sociedad civil”, mueren masacrados, en algunas partes de ese atormentado país que hoy es Siria; y donde una mujer nativa, médico de profesión, y teniendo que atender a esa gran cantidad de inocentes, víctimas de las ambiciones de otros, “ídolos” que permanecen bien resguardados en sus lujosas residencias, viven su abundantes “necesidades”, sin importarles nada en absoluto, que por su culpa, esas víctimas que atiende ésta “médico o médica” (como tantos otros a lo largo y ancho de esta mierda de mundo planetario) apenas si tienen, vendajes para cortar las hemorragias de las heridas que producen, “las modernas guerras”; y menos instrumental y anestesias, para paliar los horribles dolores, que por ejemplo; deben sufrir esos niños, a los que los explosivos que “caen del cielo”, les han cortado una mano, brazo, pierna o las dos piernas, amén de las demás horribles heridas en sus cuerpos, que llegan incluso a dejarlos, “mudos de dolor”; según cuenta esta doctora, cuyo hospital lo tiene en un sótano, donde apenas si se alumbran con rudimentarias luminarias… ¡Y eso está ocurriendo hoy mismo cuando escribo! La noticia la he leído en una revista española, “XL SEMANAL”.

Pero es claro que, de estos “ídolos”, apenas hablan nadie, salvo algunos medios que con la dignidad suficiente, nos cuentan, con pelos y señales, lo que ocurre en el mundo; pero de lo que los que quieren presentarnos “el mundo feliz de los idiotas”; no les interesa, que se sepan estas tragedias, que producen los que en realidad sólo padecen la enfermedad más terrible de la Tierra; o sea la ambición y la avaricia del dinero y el poder sin responsabilidades. Olvidan, pobreticos, que “mientras más alto es el cargo, más alta debe ser su responsabilidad”; pero ya lo vemos cuando salen “los grandes ídolos acompañados siempre de su gran boato”; para ellos es el mundo feliz; y cierto, según las apariencias, viven sumidos en el mismo, “no sabiendo por mi parte si de verdad podrán dormir tranquilos en sus comodísimos aposentos, dotados de todos los adelantos y comodidades que ha inventado el mono humano hasta el momento”. Amén de sus vigilantes o “modernas guardias pretorianas”; que los protegen al máximo.

Seguro estoy que ni aunque lo supieran, las masas; harían manifestaciones parecidas, a las que hacen cuando ocurren “estas otras desgracias idolátricas”, o asesinatos delimitados, a los intereses, que “el poder establecido”, ha dispuesto que sean difundidos cuanto más mejor, puesto que de ello se benefician.

En fin, “este es el progreso que presenta “el mono humano”; después de aquel Cristo, que se nos dice que lo último que dijo fue… “perdónalos Señor, que no saben lo que hacen”… Amén.

www.jaen-ciudad.es (aquí mucho más) y

https://www.bubok.es/autores/GarciaFuentes

Fuente: https://www.ideasclaras.org/

 

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