Hace 19 años la agente de inteligencia fue torturada, asesinada y descuartizada en un ajuste de cuentas del que se acusa al mayor EP(r) Martin Rivas, exconviviente de la joven y jefe del siniestro Grupo Colina, quien empezó recién a ser procesado en la Base Naval del Callao.
Este escabroso caso se complica porque Mariella Barreto Riofano, no solo era maltratada por su exconviviente sino que, de acuerdo a la acusación fiscal, fue condenada a muerte por Vladimiro Montesinos, en ese entonces todopoderoso jefe del SIN,por haber filtrado a los periodistas información sobre la existencia y planes de ese destacamento militar.
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El asesinato fue aprobado y se puso en marcha el plan de operaciones “Tigre 96”, en un salvaje asesinato perpetrado en 1997, por el que el fiscal Luis Landa demanda 23 años de cárcel para Vladimiro Montesinos y Santiago Martin Rivas ante el colegiado “B” de la Sala Penal Nacional.
También son involucrados los exagentes del SIN, Jesús Sosa Saavedra, Wilmer Yarlequé Ordinola y José Alarcón Gonzáles como cómplices así como Nicolás Hermoza Ríos, Juan Yanqui Cervantes, José Salinas Zuzunaga y Carlos Sánchez Noriega como autores mediatos “del delito contra la vida, el cuerpo y la salud en modalidad de asesinato con gran crueldad y alevosía” en perjuicio de Mariella Barreto.
En marzo de 1997, el cuerpo de la agente del SIE Mariella Barreto fue hallado muerto y descuartizado a un lado de la carretera que lleva de Lima a Canta. Según la acusación, ella fue ultimada por el grupo Colina -al que pertenecía- por haber filtrado a periodistas información sobre la existencia y planes de ese destacamento militar.
Mariella Barreto era una agente operativa del Servicio de Inteligencia del Ejército que, tras varios operativos de secuestros y asesinatos, se rebeló a seguir participando en las matanzas pero, al no poder renunciar al escuadrón de aniquilamiento, habría empezado a filtrar informaciones a periodistas.
De esa manera reveló los pormenores de las matanzas de Barrios Altos y el secuestro y desaparición de un profesor y nueve alumnos de la Universidad La Cantuta, así como la ubicación de los restos óseos de los desaparecidos, lo que puso al descubierto al Grupo Colina , lo que dicho sea de paso fue uno de los factores desencadenantes del autogolpe del ahora encarcelado expresidente, Albertoi Fujimori,
Al enterarse del siniestro plan ‘Bermuda’ para ejecutar a varios periodistas que se pronunciaban en contra del régimen alertó a uno de ellos, lo que le habría costado la vida.
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El Plan Bermudas es un plan conspiratorio gestado durante el gobierno de Alberto Fujimori como una manera de deshacerse de los periodistas opositores a su gobierno, de los que César Hildebrandt era el más destacado.
El texto del documento al que se le atribuye la prueba de la existencia de dicho plan, se encuentra en formato militar y tenía textualmente el objetivo de:
“… detectar filtraciones de informaciones de seguridad que están siendo alcanzadas a los hombres de prensa, publicaciones que desprestigian a las gloriosas fuerzas armadas. Hay que detener ahora esta amenaza latente, detener a como dé lugar. Por todo ello se autoriza la intercepción telefónica, el rastreo, reglaje y todas las acciones tendientes a imponer la autoridad.“
De la fecha atribuida a dicho documento, se deduce que las “informaciones de seguridad” a la que tenían acceso los “hombres de prensa” eran escándalos relacionados a decisiones irregulares de compras de armamento chatarra; denuncias de corrupción que implicaban directamente a los principales funcionarios del régimen fujimorista; acusaciones de vínculos del asesor presidencial, Vladimiro Montesinos Torres, con el narcotráfico; entre otros.
Algunos comentaristas señalan que Mariella Barreto afrontó el peligro para salvar a los periodistas de investigación, entre ellos César Hildebrandt, otro de los pasajes escabrosos que será revelado en toda su dimensión en el proceso judicial.
Ante la filtración de lo sucedido en las matanzas, el SIE ordenó las investigaciones que se realizaron a partir del 2007 y donde Mariella Barresto era la principal sospechosa de filtrar informes a los periodistas, especialmente la existencia del “destacamento Colina” y los planes operativos para silenciar a la prensa independiente.
Excompañeros de trabajo en el SIE relataron en la fiscalía que el 22 de marzo de 1997 Barreto fue secuestrada cerca del Daytona Park, al que acudió para buscar un trabajo extra.
La fiscalía estableció que Mariella Barreto fue interceptada en la calle, a pocas semanas de tener una bebé, y luego trasladada a los calabozos del Servicio de Inteligencia del Ejército, a cargo de José Salinas Zuzunaga y Carlos Sánchez Noriega.
Sus captores la trasladaron a los sótanos del SIE, donde la golpearon y le hicieron cortes superficiales en el cuerpo, que le produjo la pérdida de abundante sangre.
Luego, cuando estaba agonizando, fue descuartizada por una o más personas con conocimientos de anatomía, según determinaron los exámenes forenses.
Otras dos agentes de inteligencia operativa, Leonor La Rosa y Luisa Zanatta, fueron torturadas en esa misma época, se salvaron y ctualmente residen en el extranjero.
Martin Rivas, para quien el fiscal demanda 23 años de prisión, no ha podido probar dónde se encontraba en la época de la desaparición y asesinato de su ex pareja. La misma pena de prisión reclama la fiscalía para los agentes del grupo Colina: Jesús Sosa Saavedra, Wilmer Yarlequé Ordinola y José Alarcón Gonzales.
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Sobre ellos, el fiscal atribuye autoría mediata y también la misma pena para el ex asesor presidencial Vladimiro Montesinos, el ex comandante general de las FF.AA Nicolás Hermoza Ríos y el ex director de inteligencia del Ejército Juan Yanqui Cervantes.
Además, 20 años de cárcel para Carlos Sánchez Noriega, jefe del SIE y José Salinas Zuzunaga, jefe de Contrainteligencia del SIE, en la época que ocurrió este asesinato.
Después de casi 20 años de marchas y contramarchas, el asesinato perpetrado contra la agente Mariella Barreto empieza a ser esclarecido en toda su dimensión en la Base Naval del Callao después de casi dos décadas.