Cosas del fútbol, dos directores técnicos de estilos diametralmente diferentes como son José Mourinho y Josep Guardiola más de una vez han vivido momentos paralelos. Desde que se enfrentaban en los clásicos españoles uno con el Real Madrid y el otro con Barcelona. A pesar que la rivalidad de ambos ya había iniciado tiempo atrás con el portugués viendo sus sueños frustrados más de una vez ante la habilidad de Lionel Messi (la primera etapa de Mou en el Chelsea) y tomando la venganza con Inter de Milán y una derrota impensada para el Pep.
Cada uno desde su trinchera en España, pelearon por ser el mejor y terminó ganando Guardiola. Mourinho, fiel a su estilo, no se guardó nada, ni las bravatas, ni los agravios, ni las acusaciones: un tremendo picón. La fotografía del lusitano metiéndole el dedo al ojo al hoy fallecido Tito Vilanova dio la vuelta al mundo, y quedará para la vergüenza. Pero, eso no le quita al malcriado DT su capacidad para ser uno de los mejores entrenadores del planeta, como tampoco lo hace su reciente mal momento con el Chelsea, que derivó en una salida por la puerta trasera.
Recuerdo el regreso de José Mourinho al Chelsea, tras haberle perdido la paciencia a las gollerías del vestuario de Real Madrid, coincidía con la vuelta al fútbol de Josep Guardiola esta vez en la banca del poderoso de Alemania: Bayern Münich. Un amistoso los enfrentaba y este columnista veía el partido desde la barra de un restaurante. El resultado se me escapa, pero lo que realmente importaba era volver a estar en un reto entre Mou y Pep, esta vez lejos de España.
Paralelismos, ese es el tema de esta columna. Con la salida de Mourinho de Chelsea se escuchaba en las redacciones deportivas de todo el mundo otra gran novedad, Josep Guardiola también se alistaba a cerrar el capítulo del Bayern Münich. A mediados del 2016, o probablemente antes, el español iría a la Premier League a reemplazar al chileno Manuel Pellegrini en el Manchester City. Y, curiosidades de la vida, el futuro de Mou podría estar en otro gran club de esa ciudad: el Manchester United. Estarían más cerca que nunca, y las portadas británicas los tendrían de habituales protagonistas.
Juzgar cómo les fue en esta última etapa es complicado. José Mourinho campeonó con el Chelsea en una liga inglesa que es mucho más complicada que la Bundesliga. El éxito de Josep Guardiola en Alemania es también campeonar, pero para el Bayern Münich es como coser y cantar, una obligación. Lo difícil es hacerlo en la Champions League, y ahí fracasó dos veces Guardiola. Para colmo de males, el antecesor del Pep en el banquillo bávaro fue Jupp Heynckes, quien sí alzó la “Orejona”. En suma, ni uno ni el otro pueden jactarse de campañas completas, y ahora la vida los devolverá a la lucha en Manchester: Cosas del fútbol.
Foto: BBC