Mucho que aprender en el fútbol peruano

 

El riesgo de Universitario podría tener un desagradable desenlace si es que el técnico Pedro Troglio no toma atajos para darle madurez temprana al actual equipo que dirige con muchos novatos en un torneo en que no se puede experimentar sin pagar la cuenta.

Universitario en el actual Torneo de Verano se convierte en un equipo vulnerable a los rivales por errores del pasado debido a las deudas que arrastra por dirigentes que no hicieron lo que debían para que los deudores susurren al oído que tienen cuentas pendientes de pagar.

Este año Universitario no puede hacer contratos hasta el 30 de junio por la sanción del Tribunal de Concesión de Licencias de la FPF debido a faltas de pago del IGV, obligaciones legales-tributarias y cuotas de refinanciamiento a la propia entidad rectora del fútbol peruano.

Además, también por el no cumplimiento de la presentación del estado de ejecución presupuestal mensual. La sanción para empeorar las cosas, es inapelable.

Ante esta situación Pedro Troglio tiene que hacer parchados para aliviar la situación aunque el reciente triunfo ante Comerciantes Unidos por 2-1 en Guadalupe, sirviera como un bálsamo para curar las heridas.

El Torneo de Verano causará una insolación a sus propios hinchas que están desguarnecidos por una situación atípica en que uno de los equipos de mayor hinchada en el Perú tenga el comportamiento de un equipo barrial.

La situación de Universitario refleja la inconsistencia de económica de los clubes, no todos, pero hay hermanos siameses que pasan por el mismo calvario de no tener las arcas suficientemente llenas para dejar de pasar angustias en la parte contable.

La clasificación al Mundial de Rusia 2018 es ajeno a una realidad que desnaturaliza lo bueno de la presencia mundialista a una convivencia de clubes en desastrosas penurias económicas.

Sucede que ha habido renovación bamba, los clubes subsisten con manejos caducos y no innovan para crear los recursos que otras instituciones manejan con renovados perfiles como el de convertirse sociedades anónimas.

El mejor ejemplo es que en el mundo actual ya no dependen los clubes de aportaciones de socios, se suman cada vez equipos manejados por dueños o propietarios que apuestan por logros para llegar al éxito.

En el Perú será todavía difícil que se entienda que Alianza Lima no dejará de ser el mismo por el hecho de que reciba dinero de alguna empresa que lo maneje.

 

 

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