Narcosatánico: El origen de la pesadilla (III)

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En la historia más siniestra del narcotráfico y las fuerzas oscuras, el precursor de fue Adolfo de Jesús Constanzo (a) “Narcosatánico, quien se presentaba como “sacerdote santero” de de una religión africana, ofreciendo “protección” mediante el sacrificio de personas y brebajes que superaban el horror de todo lo conocido.

Entre sus esbirros y colaboradores, por cierto, se encontraban nombres relacionados con la Policía mexicana e incluso políticos locales, concitando la atención de los sicarios y prófugos de la justicia, uniéndose a esta “comunidad” de espanto, creyendo ciegamente en Adolfo quien les aseguraba que no tendrían que preocuparse más del dinero, ni de la moral.

Les prometía que se convertirían en seres invulnerables, invisibles y poderosos, siempre y cuando siguieran sus  indicaciones, para lo cual debían consumir “la ganga”, un brebaje que debían beber caliente, y que estaba compuesto por diversos ingredientes “secretos” como llamaba a los restos humanos

Entre ellos, el cerebro de una persona (mejor de un asesino o un loco, decían), varias extremidades amputadas, sangre humana, alcohol y otras substancias.

https://www.youtube.com/watch?v=66p9Le0X6is

Sus seguidores no dudaban en secuestrar a turistas, vecinos de ambas partes de la frontera y ejecutarlos en asesinatos rituales por sus ansias de poder sobre las víctimas o cualquier otro motivo, como venganzas entre narcotraficantes rivales.

De la santería al satanismo.

Este siniestro personaje  nació el 1 de noviembre de 1962 en Miami, Florida, cuando su madre tenía quince años, y tuvo dos hermanos de distintos padres,  Ella emigró a San Juan, Puerto Rico, después de que su primer esposo muriera, y volvió a casarse allí.

Fue bautizado como católico y sirvió como monaguillo, fue influenciado por su madre en el culto denominado Palo Mayombe. La familia regresó a Miami en 1972, y su padrastro murió al poco tiempo dejando a la familia con algo de dinero.

https://www.youtube.com/watch?v=1RT-0eDeY6c

Su madre pronto volvió a casarse, y su nuevo padrastro se vio involucrado en el ocultismo y el tráfico de drogas.

Adolfo y su madre, fueron arrestados numerosas veces por crímenes menores como robo, vandalismo, y “farderismo”(robo a comercios, ocultando mercancías entre sus vestimentas). Se graduó en la secundaria, pero fue expulsado del bachillerato.

Su madre creía que él tenía habilidades psíquicas por, supuestamente, haber predicho el intento de asesinato del ex presidente de Estados Unidos Ronald Reagan en 1981.

En su adolescencia  se hizo amigo de un sacerdote del rito Palo Mayombe, quien le enseñó las habilidades necesarias para ser un narcotraficante y estafador para una carrera “encaminada hacia la maldad”.

La  amante diabólica

Adolfo de Jesús Constanzo contó con la perversa ayuda de la joven estadounidense, Sara Villarreal Aldrete,hermosa, activa y con unas grandes dotes para convencer a los incautos, Sara Villarreal Aldrete se convirtió en su amante y confidente, en su mano derecha

Entre sus esbirros y colaboradores se encontraban nombres relacionados con la Policía mexicana e incluso políticos locales obsesionados por convertirse en seres invulnerables, invisibles y poderosos.

https://www.youtube.com/watch?v=LUC5N61z1Vo

En ocasiones, era Sara la que ejecutaba personalmente al incauto. Le colgaban de una soga, de manera que pudiera agarrarse con las manos, luchando para sobrevivir.

Mientras se afanaba por respirar, bajaban la soga hasta un caldero con agua hirviendo, y por el camino, Sara le cortaba el miembro viril y los pezones con unas tijeras.

La agonía duraba varias horas, e incluso en alguna ocasión, le abría el pecho con un gran cuchillo y todavía vivo, le arrancaba parte del corazón de un mordisco, mientras el pobre infeliz, todavía consciente y forzado a verlo todo, gritaba de puro dolor.

El caso Mark Kilroy

En 1989 los asesinatos se hicieron más frecuentes pero el temor a las represalias y la colaboración de las autoridades corruptas, cuyo silencio era compensado con miles de dólares, parecía tender la invulnerabilidad que el Narcosatánico pregonaba entre sus seguidores.

https://www.youtube.com/watch?v=T-QJx4DD2oo

En 1989 el estudiante de la Universidad de Texas en vacaciones de primavera, Mark J. Kilroy fue secuestrado y asesinado cruelmente, Ante la presión de Estados Unidos, el gobierno señaló que los restos del joven habían sido ubicados con otras doce víctimas.

En su autosuficiencia Adolfo utilizó parte de la columna vertebral de su víctima y se confeccionó un alfiler de corbata.

El narcosatánico  y sus seguidores huyeron cuando los detectives descubrieron su “santuario” donde se encontraron cabello humano, cerebros, dientes y cráneos en el sitio de los asesinatos.

Caída del Narcosatánico

El 6 de mayo de 1989 la policía mexicana arrinconó a Adolfo, Sara y otros miembros de la banda y comienza un intenso tiroteo. El también llamado “ Padrino satánico” había intentado negociar con las autoridades: si no les apresaban, daría todos los nombres de sus “clientes”, para que pudieran detenerlos.

Pero los doce asesinatos probados , entre los que figuraba el universitario estadounidense, pesaban más que esta propuesta y los conminó a entregarse.

Ante la inminente incursión, Adolfo que ya no se sentía “invulnerable” se escondió en un armario y pidió a uno de sus secuaces que acribillara el mueble con él dentro. Quintana, su lugarteniente también se disparó y sólo tres personas quedaron vivas para ser detenidas.

Sara Aldrete sobrevivió y ofreció  su testimonio para esclarecer las circunstancias de la tétrica historia, declarándose inocente y víctima de la congregación. Fue condenada de asociación delictuosa en 1990 y encarcelada durante seis años.

En un segundo juicio, se le procesó por varios de los asesinatos en la sede de la secta, y sentenciada a 62 años de prisión

De esa manera  terminó una época de terror y muertes atroces en México, que sirvió para que el productor Álex de la Iglesia creara una película basada en las correrías satánicas de esta pareja criminal, con el título de Perdita Durango.

Según el director, en la cinta suavizó los hechos porque sino, “nadie los habría creído”.

 

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