El debut peruano en Rusia 2018 ante Dinamarca no tuvo el espumoso resultado obtenido en México 70 y Argentina 78. La derrota ante los daneses recortó ese estigma del buen inicio aunque en España 82 tampoco fue buen resultado con el empate a un gol con Camerún.
En México 70 Teófilo Cubillas fue vital y César Cueto fue relevante en el 3-1 ante Escocia en el Mundial del 78 y para España 82 el evidente descenso fraccionó el buen deseo de arrancar con amplia sonrisa una nueva aventura mundialista. De ahí para adelante se hizo espacioso el retorno: 36 años de una espera insufrible.
La labor de Ricardo Gareca en la conducción para que la bicolor clasifique al Mundial de Rusia no tiene rendijas por donde pueda escaparse alguna duda del estupendo logro.
Sin embargo, para el Mundial de Rusia no tuvo el ‘Tigre’ un ‘Nene’ Cubillas emergente o un Poeta de la Zurda de versos inolvidables como el gol que abrió el camino al triunfo ante los escoceses.
Ricardo Gareca hubiera querido un mejor resultado pero estuvo cerca, el pulso del partido se salió de control porque ‘Aladino’ en su peor versión con su defectuoso penal desvió el curso del empate. Christian Cueva regaló actuaciones memorables en la Eliminatoria pero en el Moravia Arena apuntó lejos del objetivo.
No se puede evitar que en el repaso de los mundiales, de los cuatro que estuvimos por mérito logrado, la mejor actuación se inclina hacia la actuación de México 70 donde Perú quedó sétimo y si no fuera encontrar a Brasil en el camino, la trocha que faltaba para meternos entre los cuatro mejores, pudo ser posible. El Scratch que con Pelé no permitió que avanzáramos más y aunque todavía duela que la jabonosa suerte fuera desleal, el Mundial azteca dejó profunda huella en el pueblo futbolero.
Lo que falta es que se suba al bus de la selección un jugador de molde distinto y se ponga cerca del Poeta o del puentepedrino que activan el recuerdo cada vez que vemos a los costados que no hay prodigios.
No es menospreciar a los actuales futbolistas que han puesto todo su esfuerzo para que al fútbol peruano le vuelvan a hacer los retoques de elogios de esa enjundia y sabrosura que está de regreso.
El asunto de todo es que la presencia peruana no se interrumpa. La frutilla permanente es estar en todos los mundiales aun cuando a sabiendas de nuestras limitaciones, poner el control automático en esos logros.
Ricardo Gareca, es bueno saberlo, tiene la intención de la nueva clasificación a Qatar 2022. Un camino que a la dificultad misma de pasar a los rivales, aparece una pandemia con requisitoria y avezada para pretender detener nuestro absoluto derecho de llevar a los estadios de Qatar a la mejor hinchada del mundo.