El éxito de Paolo Guerrero se extiende más allá del plano futbolístico incursionando en un ámbito distinto con su vida llevada a la pantalla grande. Figuras de la talla de Pelé y el ‘Cholo’ Hugo Sotil, en su momento, aparecieron sus nombres en las marquesinas de los cines.
Paolo Guerrero representa a una gran parte de la población futbolera que aprueba el desempeño del jugador y sus logros que lo han llevado a jugar en una plaza tan complicada como el fútbol alemán y ahora en Brasil.
En ambos países le ha ido bien, adecuándose a la música de diferentes entonaciones porque una cosa es el fútbol de la Bundesliga y otro el juego bonito de Brasil.
No tiene el carisma del ‘Nene’ Teófilo Cubillas pero cae bien en la audiencia popular que lo ve como un referente del fútbol peruano. Su timidez lo hace más humano y eso la gente aprecia.
Es más bien silencioso y habla lo necesario pero en él calza bien aquello de que si ‘nació para martillo del cielo le caen los clavos’. En todo acierta. Si hasta en el plano sentimental su unión con Alondra Miro Quesada tiene el respaldo y no solamente el de doña Peta.
Su condición de capitán de la selección peruana lo ha llevado a moderar su fusión entre lo intolerable y la paciencia. Ya no se le ve tan ofuscado aunque no ha perdido la costumbre de reclamar a los árbitros.
Los árbitros deben tener con él una piedra en el zapato por su postura de criticar sus decisiones, buenas o malas. Pero lo hace en provecho del equipo para advertir que árbitros abusivos puede haber en cualquier esquina.
Tiene como aval su condición de efectivo goleador con una producción cercana a la de todo goleador universal. Pelé no entra a este recuento porque mil goles es una locura de efectividad.
Sin embargo Paolo Guerrero ha hecho goles importantes, tal vez el que anotó en el Mundial de Clubes con la camiseta del Corinthians, sigue siendo el gol tan amado que todo futbolista debe soñar a diario.
Otra cualidad de Paolo Guerrero es haberse convertido en vocero del técnico Ricardo Gareca dentro de la parroquia bicolor. Lo hemos visto levantar el ánimo a jugadores que podrían aplastarse como el caso de Renato Tapia a quien le dio confianza luego de su error en la marca frente a los paraguayos.
Ese detalle hace de Paolo Guerrero una tuerca que ajusta las clavijas del equipo cuando hay algo que resolver y Gareca no lo puede realizar por estar lejos de las acciones.
Paolo Guerrero es un futbolista de enorme arraigo, querido y admirado. Tanto que en Brasil una pareja de esposos le pusieron a su hijo el nombre del ‘Depredador’. Digo, es un goleador de película.