¿Qué tan lejos o tan cerca estamos del Mundial de Rusia 2018? Las dudas podrán ser aclaradas el próximo 5 de octubre en la Bombonera en un partido de descarte a falta de dos fechas para que acabe las Eliminatorias.
El botín es la clasificación para uno y la derrota el alejamiento de las posibilidades para el otro en una cancha elegida por los argentinos pero que en el Perú es escenario de su propia tumba.
La empresa es difícil, complicada, al tener enfrente un equipo lleno de estrellas, cada uno con una lámpara mágica y que si todos se ponen de acuerdo y la frotan, quedamos convertidos en cenizas.
Para nuestro pesar el Aladino de nuestra selección, Christian Cueva, no juega por estar suspendido. Le toca a Ricardo Gareca poner un sustituto que haga las veces del trujillano.
La esperanza es que los de Jorge Sampaoli sigan tan confundidos y no aparezca la solidez de un equipo que la embarra en cada actuación y se dan porrazos de vergüenza como el deslucido empate con Venezuela en Buenos Aires.
En buena medida si Argentina se muestra vulnerable como se le vio ante la vinotinto, crecerá nuestra chance pero no es de fiar que los argentinos tropiecen dos veces con la misma piedra.
Ello lleva a pensar que los errores no son repetitivos y es de esperar que Jorge Sampaoli algo debe tener en su resbalosa cabeza para no acabar en el cadalso y hasta podría lamentar de por vida haber aceptado una selección que a simple vista aparenta ser una máquina trituradora pero que parece no estar aceitada.
Si desmenuzamos la chance peruana esta se fortalece porque tenemos un equipo trabajado y muy comprometido frente a un adversario cargado de figuras estelares pero que adolece de juego en conjunto.
Parece tan insustancial la propuesta peruana pero juega este detalle con la misma apasionada forma de alcanzar un asiento en la platea de la Bombonera para estar en la escena del inquietante momento para la selección peruana.
Si bien son los jugadores los que están en la cancha, algo debe tener preparado el ‘Tigre’ para desconcertar a sus propios paisanos. El conoce el medio, sabe del comportamiento del hincha en la caldera del Boca Juniors.
No bastará que Oswaldo ‘Cachito’ Ramírez acompañe al equipo. Puede que condicione a los argentinos pero Ricardo Gareca tendrá que descubrir un nuevo verdugo y ponerlo en la cancha. ¿Quién podría ser?