Réquiem para Walter Fleming

 

Walter Fleming se hizo de un nombre en el básquetbol peruano, pero su fallecimiento ocurrido el último viernes no trascendió en la prensa porque el deporte de las canastas hace buen tiempo traspuso la bisagra de salida para  instalarse ante un desolado futuro.

Walter Fleming se fue sin tener el reconocimiento de las autoridades del básquetbol porque estas no existen, mejor dicho están en una federación partida sin ningún ánimo de dar un paso al costado y hacerse una sola directiva.

Con ocasión de los Panamericanos Lima 19 se perdió la ocasión de la presencia del básquetbol peruano en el certamen más importante del continente  por el castigo de FIBA Américas con nuestro básquetbol que  hizo del Perú inelegible de toda competencia internacional

Walter Fleming perteneció a una generación del  básquetbol que tuvo su apogeo con figuras de la talla de Bruno Ferraro, Juan Carlos Duarte, Nicolás Vílchez y Lalo Airaldi, entre otros. Verlos jugar era disfrutar de la NBA en frasco chico.

Lo ubicamos a Walter en sus inicios con Salesianos en el Interescolar de Básquetbol (que ya no existe) y fue captado por Defensor Lima. El elenco granate apoyó el básquetbol en la década del 70 tal como ocurriera con Universitario, Alianza Lima, Sporting Cristal, Regatas Lima, Escuela de Aviación e Internacional Revólver.

Todos estos equipos formaban parte de la División Superior y cada fecha atrapaba a  un gentío apasionado que llenaban las instalaciones del Coliseo del Puente del Ejército y el court del Colegio Champagnat en Miraflores.

Ary Vidal, el destacado técnico brasileño contratado por la Federación Peruana de Básquetbol, estando Luis Alberto Sánchez Maquiavelo en la presidencia y Eduardo Dagnino en la vicepresidencia, llegó al Perú y se encontró con jugadores de alta calidad para hacer un trabajo que metiera al Perú en los primeros lugares de Sudamérica.

Ya antes para la Olimpiada de Tokio 64 clasificó Perú con jugadores de la talla de los hermanos Duarte, “Tarzán” Benalcazar, Oscar Sevilla, el “Navajo” Saldarriaga y Simón Paredes. Significaba que el básquetbol peruano estaba en crecida y en la cúspide de su existencia.

Ary Vidal dirigió a Walter Fleming y le tuvo un enorme cariño. De él decía que si tuviera 10 centímetros más de estatura sería el mejor basquetbolista de Sudamérica. En toda su permanencia en Perú Vidal lo tenía entre sus preferidos.

En el anecdotario de su vida deportiva Walter Fleming fue protagonista de una descomunal bronca, que en el básquetbol muy pocas veces se aprecia.

Obras Sanitarias, equipo argentino de renombre, vino al Perú con su constelación de estrellas, Cadillac y Romano, entre sus figuras e integrantes de la selección albiceleste para un amistoso en el Champagnat de Miraflores.

Fleming se trenzó en una pelea con Cadillac y se armó la gresca que avergonzó a un deporte de buen comportamiento en el básquetbol peruano. En esa época no había sanciones que podrían haber descalificado a Fleming con rigor de años de inhabilitación.

Con todo, Walter Fleming se cierra un hermoso capítulo del deporte canastero en el Perú. Hace buen tiempo los clubes se apartaron del mundo competitivo para hacer más penosa la tarea del rescate.

La columna va dirigida a Walter Fleming por su aparte al básquetbol peruano, su entrega y esforzado desempeño con las camisetas del Defensor Lima, Social Lince y Deportivo Field que armó un equipazo con los mejores jugadores del medio. Paz en tu tumba Walter Fleming.

 

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