El año pasado, a estas alturas del campeonato, Universitario era entrenado y dirigido por el colombiano Luis Fernando Suárez y su gente –dirigentes, jugadores e hinchas- andaba molesta porque estaba entre los últimos, en la tabla, y no faltaban las voces de alerta por una posible baja. Y la “U” se puede jactar de no haber perdido la categoría, desde que la Federación Peruana de Fútbol organizó el primer campeonato de Primera División en 1928. Curiosamente, diez años después, en 1938, Alianza Lima cumplió una campaña desastrosa y perdió la categoría, regresando para la temporada de 1940. El compadre bajó, pero la “U” no.
Tal vez por ello y por la enorme legión de sus hinchas, Universitario, el año que pasó, se vio en la necesidad de cambiar entrenador, para ver si salía del fondo de la tabla. Y Germán Leguía, ya con peso en la actual administración crema, apostó por Roberto Challe y luego de marcado tira y afloje “El Niño Terrible” se hizo cargo del equipo y no solo lo sacó de los temores de la baja, sino que lo clasificó para la Copa Sudamericana de este año.
Roberto Challe siempre tuvo fama de jugador ocurrente, de jugadas impensadas, pero también de carácter chispeante, indisciplinado, bromista, como el pelotazo que le tiró al argentino Rulli, en la “Bombonera” de Boca Juniors, la vez que empatamos con Argentina 2-2, con goles de “Cachito” Ramírez y clasificamos a México 1970. Palomilla, se escapó de la concentración de la “U” en el “Lolo” y luego hizo lo propio en el Defensor Lima, ya con el uruguayo Roque Gastón Máspoli como DT.
Pero su valía como director técnico la puso de manifiesto en las Eliminatorias México 1986, cuando Argentina se corría una fija con Diego Armando Maradona como su mejor exponente. El DT peruano era Moisés Barack y Challe el asistente técnico. Además de Argentina estaban Colombia y Venezuela. Colombia nos ganó en su casa 1-0 y aquí nos igualó 0-0, mientras que Argentina se despuntaba. Los dirigentes cambiaron a Barack y el puesto lo tomó Challe, debutando con un contundente 4-1 con Venezuela en el Estadio Nacional.
Pero su prueba de fuego fue el primer partido con Argentina, jugado en Lima, y donde se las ingenió para mandar marca personal contra Maradona, eligiendo para ello al volante Luis Reyna, quien siguió con marca implacable, por toda la cancha, al “Pelusa”, no dejándolo hacer ni una jugada peligrosa. Y ganamos 1-0 con recordado gol de Juan Carlos Oblitas.
A la semana siguiente, el 30 de junio de 1985, se jugó el partido de vuelta en el estadio Monumental de River Plate y Challe planteó tan bien el partido, con marca pegajosa a Maradona, que estuvimos a punto de ganar, pues íbamos adelante 1-2 con tantos de Velásquez y Barbadillo y hasta Julio César Uribe se perdió un gol que el portero Cejas sacó al córner, con el que hubiésemos ganado 1-3. Los argentinos entraron a la desesperación del pelotazo y el juego al ollazo. En una jugada desafortunada, Pasarella lanzó un centro por la derecha que superó al golero Acasuzo y Gareca convirtió el 2-2 que clasificó a Argentina directamente. El repechaje con Chile, fue para el olvido. Pero quedó demostrado que Challe tenía visión para ser director técnico, tal como lo viene ratificando ahora con la “U”.
Universitario, a falta de cuatro fechas para terminar el torneo Apertura, marcha puntero a cuatro de sus más cercanos perseguidores Cristal, Alianza Lima y Alianza Atlético de Sullana, que tienen 20 puntos cada uno. El siguiente adversario de la “U” (fecha 13) es la Universidad San Martín, que marcha entre los últimos con solo 11 puntos. Puede y debe sumar tres puntos. Y el siguiente rival será Sporting Cristal, en partido que debe jugarse en el Nacional y donde, si gana Universitario, puede dar la vuelta olímpica, aunque lo realmente importante es ganar el título nacional, tal como lo hizo el 2011 con Guastavino de organizador. Y este año, el hábil entreala ha vuelto a la crema formando un trío letal con Ruidíaz y Flores.
Es cierto que los últimos partidos Challe ha estado ausente por una intervención quirúrgica, tomando su lugar su asistente el “Puma” Carranza, pero su vuelta es necesaria para que la “U” se afiance en la tabla y logre el Apertura y siga la racha para obtener el título de 2016, que sería su corona 28, lo que lo califica como el club de mayores coronas en el fútbol peruano… Hasta la próxima.