Muchos ven continuidad en la contratación del técnico argentino Mariano Soso para con el proceso iniciado por su compatriota Daniel Ahmed en Sporting Cristal. Pero, la realidad no es tanto así. Se trata de dos visiones estratégicas distintas. El ex entrenador rímense apuntaba a un juego netamente ofensivo, descuidando sus espaldas. Mientras el ex DT del Real Garcilaso elaboraba un esquema más regular en todas sus líneas, con mayor equilibrio. El cambio se ve desde las contrataciones, que por cierto son menos que otros años, pero con bastante atractivo.
Sporting Cristal, versión Daniel Ahmed, siempre tuvo un menú de delanteros variados, ya sea le dieran resultados o no. Hubieron fichajes como el argentino Leandro Leguizamón, que debe haber sido la peor compra de Cristal en los últimos años (tuvieron que pagarle un semestre en que no pudo jugar, por un error en su inscripción, y luego nunca aportó ni un solo gol), o su paisano César Pereyra que inició explosivo en un partido de Copa Libertadores y poco a poco se fue borrando de la cancha hasta pasar totalmente desapercibido.
Otros delanteros que vistieron la “celeste” con Ahmed fueron el uruguayo Sergio Blanco (de mejor 2014 que 2015) y el argentino Maximiliano Núñez con cuotas de buen juego, pero llevando más una posición de volante mixto. A estos nombres que ya no están en Sporting Cristal habría que sumar a Joazinho Arroé, de paso bastante irregular, y a la última joya cervecera, Luis Da Silva, que se fue a Holanda dejando un muy mal sabor de boca en la dirigencia bajopontina. El ariete uruguayo Santiago Silva viene a reemplazar por lo menos cuatro de los nombres ya mencionados (Pereyra, Blanco, Arroé y Da Silva). El ex San Martín fue goleador en 2014, pero el año pasado estuvo apagado en el torneo charrúa (donde militó sin éxito en Peñarol y Cerro).
El Sporting Cristal de Mariano Soso no ha pensado en la delantera, donde sólo se ve otras dos opciones: Irven Ávila y Jairsinho Gonzales, que no es exactamente un goleador. Para un club que debe jugar en dos frentes, el campeonato local y la Copa Libertadores, parece poco. Pero los rímenses han invertido en el mediocampo, donde Ahmed se contentaba con Horacio Calcaterra, Renzo Sheput y Carlos Lobatón. Hoy se sumaron Gabriel Costa (el mejor jugador que ha tenido Alianza Lima en los últimos tiempos) y Alfredo Ramúa (figura del Real Garcilaso que dirigió Soso). Aquí una interrogante, Costa encontrará en sus compañeros la velocidad que lo potencializaba en tienda íntima, donde el mediocampo se prodigaba (Sheput y Lobatón son preciosistas, no vertiginosos), el propio Ramúa es remolón, y siempre fue más eficaz en la altura cusqueña que en el llano.
Igual, se trata de jugadores muy hábiles, que con buena mano pueden ofrecer una volante demoledora y con el plus del gol. La otra adquisición “celeste” Jair Céspedes es un buen lateral con vocación ofensiva. Los puntos preocupantes en este plantel son el arco. Una lesión de Diego Penny obligaría a recurrir a arqueros sin experiencia, el propio suplente de las últimas dos temporadas Alexander Araujo migró al Unión Comercio. Volvemos a insistir en lo mismo: son dos torneos. Quizás no era el momento ideal para ser tan económicos, quizás la empresa que auspicia a Sporting Cristal está reclamando por el campeonato perdido el año pasado y la salida de Luis Da Silva. Quizás Cristal tiene demasiada gente inmiscuida en los destinos de la Federación Peruana de Fútbol, donde oficialmente no gobiernan, y descuidada la propia casa. Los meses responderán esas preguntas.