Sporting Cristal, uno de los tres grandes del fútbol peruano, goza de buena salud pero con un cambio de propiedad que ha aguijoneado el corazón del hincha cervecero, con apuestas a favor y otros en contra.
La mañana del jueves 19 de setiembre el cielo aplomado de Lima recibió la noticia de que Innova Sports compraba el 100% de las acciones del club, un golpe de nocaut que nadie esperaba.
Es que Sporting Cristal, de cuna rimense, del barrio bajopontino, tiene en crecimiento una hinchada que se apasiona y la llamada ‘fuerza celeste’ pinta de esperanza los atisbos de ser cada vez más fortalecido y acaso superar lo hecho en 1977 en que se coronó subcampeón de la Copa Libertadores.
Sporting Cristal que según escribe FIFA en su portal nació campeón en referencia a que en su primer año en el profesionalismo del fútbol peruano, logró el título en 1956. Un año antes el Sporting Tabaco que nunca ganó nada, le dejaba el camino para que hiciera historia.
En los recovecos de los mejores recuerdos de Sporting Cristal encontramos que el mundialista uruguayo, Oscar Omar Míguez en los inicios de 1960 fue una contratación de ruidosa trascendencia, así como la llegada del Alberto ‘Toto’ Terry, conocido como la ‘Saeta Rubia’.
Míguez estuvo solo seis meses en La Florida, anotó 10 goles y recaló posteriormente en Rampa Juniors al lado de Angel Labruna, el portentoso jugador de la época dorada del River Plate. De hecho Míguez estaba al final de su carrera y falleció a los 78 años, el 19 de agosto del 2006 en Montevideo.
Si Míguez fue campeón mundial con Uruguay en 1950, otro mundialista que dejó huella en Sporting Cristal fue Waldir Pereyra, ‘Didí’. El creador de la Folha seca no jugó por el equipo pero con el buzo marcó un hito trazado en fuego.
Didí fue el entrenador de la selección peruana que clasificó al Mundial de México 70 del brazo con jugadores de las canteras rimenses como Luis Rubiños, Orlando La Torres, Eloy Campos, Alberto Gallardo y Pepe del Castillo.
Hubo otra década de esplendor con la llegada de Héctor Chumpitaz y Juan Carlos Oblitas para hilvanar nuevas porciones de grandeza para completar los 19 títulos que posee frente a los 26 que tiene Universitario y 23 de Alianza Lima.
No se puede escribir de Sporting Cristal si es que no hacemos alusión a Julio César Uribe, talentoso y creador de la elástica de los mejores del fútbol bonito que acompaña a los genios del balompié.
Lo mismo puede decirse de Roberto ‘Chorrillano’ Palacios, menudo en talla pero de enorme talento para regar calidad y fútbol en un año en que no se puede dejar de mencionar a Nolberto Solano, Julinho, Pedro Garay, Julio César Balerio, Marcelo Asteggiano y Manuel Marengo, entre otros tantos que desfilaron por La Florida.
Don Ricardo Bentín y doña Esther Grande pusieron los primeros escarceos para que Sporting Cristal se convirtiera en una institución modelo, querida y arropada por una hinchada de un sentimiento diferente, distinto, para una querencia que va más allá del simple aliento.
Ahora Sporting Cristal tiene un nuevo reto, un manejo institucional de uso moderno, un cambio que todos los hinchas cerveceros esperan que no sea cierto aquello de que todo tiempo pasado fue mejor. Un intento que dejó de tener validez.