Yo Soy Simón: La película de “salida del clóset” para ser vista por todos

 

Vamos a ser francos y directos, un sector todavía amplio de peruanos se resiste a la idea de aceptar a los homosexuales porque existe mucha ignorancia al respecto. La ignorancia, según el diccionario se describe como “falta general de conocimientos e instrucción sobre un determinado aspecto”, no es una ofensa más bien una realidad que se puede diagnosticar tras una revisión de los comentarios en redes sociales. Los motivos de esa falencia, que nos aleja de países más desarrollados incluso dentro de esta parte del continente, son muchos y variados, y es ocioso profundizar en ellos, mejor encontrar vías de solución.

El estreno de el muy popular filme Yo Soy Simón (Love, Simon en su título original en inglés) es una gran oportunidad de dejar nuestra zona de confort para ir conociendo más de la realidad que vive una buena porción de la humanidad: la comunidad LGBT (aunque salvo honrosas excepciones se trabaje más con homosexuales hombres que con lesbianas, transexuales o bisexuales). El cine es uno de los instrumentos más a mano para promover conocimientos en la población, dado su gran apego a las masas.

Aunque, la excusa heterosexual (no hablo de totalidades, sino de segmentos) es que cintas como Secreto de la Montaña (Brokeback Mountain/2005) tienen muchas escenas homosexuales. Otros dirán que Moonligth (2016) o Llámame por tu Nombre (2017) son demasiado densas y pesadas. Con Yo Soy Simón eso no pasa, es un filme ligero, fácil de ver, y que se hace corto. No tiene escenas intimas, más allá de algún inocente beso gay, incluso está catalogada para mayores de 14 años (en otros países es seguro que sería apta para todo público).

¿Tienes un hijo, un hermano, un amigo gay y quieres entenderlo un poco mejor? Love, Simon fue realizada justamente para ayudarte a comprender lo que vive un homosexual en el siempre difícil proceso de salir del clóset (o del armario como dicen en otras latitudes). El único “peligro” que puedes enfrentar al ver esta película es lograr un poco más de empatía (percibir, compartir y comprender lo que otro ser puede sentir) y ser más tolerantes. No te vas a volver gay por ver esta cinta (en realidad por ver cualquier otra).

Más allá de lo que este periodista de opinión comenta, hay estadísticas muy positivas en los Estados Unidos con taquillas superiores a los 20 millones de dólares, cifra más que aceptable para un filme que no es de ciencia ficción. El libro en que se basa, Yo, Simon, Homo Sapiens (Simon vs. the Homo Sapiens Agenda de Becky Albertalli) es un súper ventas y ya es parte de la cultura popular. Algo muy similar sucedió con Extraordinario (Wonder) que contaba la historia de un niño con deformidades faciales, cuya película en 2017 fue un boom.

Las actuaciones de Yo Soy Simón son bastante buenas, pero el reflector apunta a una caracterización bastante eficaz de Nick Robinson (el muchacho de Jurassic World) que ya había demostrado saber actuar en el drama The Kings of Summer (2013). Esta vez da vida a un adolescente cuya revelación de su sexualidad es el tema central de una película bien trabajada. Más que perfil de Oscar, Love, Simon tiene un atractivo familiar, de un público amplio, y una lección para la vida.

Vaya a verla, es tiempo bien invertido.

 

Leave a Reply