EEUU: Donó su hígado a la desconocida que sería su esposa

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WASHINGTON.- En una historia de amor que conmueve a millones de estadounidenses, Chris Dempsey donó una porción de su hígado a Heather Krueger, quien después del exitoso trasplante se recuperó y marchó al altar  con su enamorado donante.

La historia se inicia en marzo de 2004 cuando Heather Krueger fue diagnosticada de una enfermedad terminal al hígado y los médicos le señalaron que solo mediante un trasplante podría salvarse.

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Luego, en junio, la joven mujer padeció una falla en su hígado. Sin un donante, la muerte era inminente, y ella lo sabía, podría verdaderamente sentirlo.

 “Me dijeron que tenía menos de un 50 por ciento de posibilidades de vivir más de dos meses”, contó Krueger a la cadena ABC. “Fue traumático”, añadió.

Al poco tiempo de comenzar a trabajar, Dempsey conoció al primo de la mujer a la que donaría su hígado… y compartiría su vida.

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En esta sala de descanso, Dempsey escuchó el drama de Krueger. Se ofreció como donante, fue compatible y le salvó la vida. Luego ambos se enamorarían

“Para ese entonces podía sentir mi cuerpo apagándose”,  comentó Krueger quien  no tenía idea sobre qué hacer porque pese a “tanta gente que se ofreció “, no parecía haber ningún donante. “Es extremadamente difícil encontrar un donante vivo”, recordó.

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Mientras Krueger estaba luchando con las imposibles preguntas sobre su propia existencia, Chris Dempsey era puesto en funciones como oficial de Justicia en Frankfort, Illinois.

Una mañana, mientras deambulaba por la sala de recreación de su oficina, escuchó una historia triste. La sobrina de uno de sus compañeros de trabajo estaba muriéndose. Necesitaba un trasplante de hígado pero no podía hallar un donante vivo, y ella estaba muy abajo en la lista de trasplantes del Estado.

Probablemente moriría antes de que llegara el donante. Y no dudó en ofrecerse como donante a la mujer que se convertiría en su esposa.

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La operación duró ocho horas y no presentó complicaciones el Hospital de la Universidad de Illinois.

“Pasé cuatro años en el Cuerpo de Marines y aprendí que nunca había que huir de nada. Así que me dije ‘Hey, si puedo ayudar, voy a ayudar'”, explicó a Chris a la cadena CBS.

“Cuando escuché sobre su situación, me puse en su lugar, pensando que podía ser un miembro de mi familia o yo mismo, hubiera querido que alguien me ayudara”, dijo Dempsey.

“Al principio, mi madre estaba nerviosa por mí. Algunas personas no entendían por qué haría eso por un extraño, pero cuando pasaba el tiempo, la gente cambió de parecer y coincidió en que era algo bueno lo que hacía”.

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Así que fue a realizarse el test, aún sin haber conocido a Krueger. Ella, mientras tanto, ya había experimentado este tipo de desilusión antes, así que “no quería emocionarse”.

Después de todo, él necesitaba el mismo tipo de sangre, estar en buena condición física y tener un hígado de un tamaño similar. La mayoría no coincide en las tres categorías, así que son descalificados de inmediato.

“Tiré el teléfono, bajé a la galería, y mi madre y yo comenzamos a llorar de la incredulidad”, señaló Krueger. “Nunca antes había conocido a este hombre”.

Unos pocos días después, él la invitó a almorzar para explicar el proceso. Además de donarle la mitad de su hígado, le contó que él, con su club de motociclistas, iban a realizar una colecta para que pudiera comprar los medicamentos.

A medida que la cirugía se acercaba, ambos se volvieron amigos. De hecho, comenzaron a tener sentimientos, pero no lo admitieron en ese entonces, dado lo extraño de la situación.

“Me dijo al principio de todo: ‘Tú no me debes absolutamente nada por esto. Podemos recorrer nuestros caminos por separado si así lo quieres'”, le contó Krueger a Today. Estaba confundida: “¿Siento esto porque estoy enferma?”, pensaba la mujer.

Una noche de diciembre, Dempsey llevó a Krueger a lo más alto del Edificio Hancock para mirar Chicago y el Lago Michigan. Luego tuvieron una velada romántica y Dempsey se arrodilló para pedirle matrimonio.

“Eres el hombre más increíble que haya conocido”, leyó entre lágrimas sus votos Krueger ante la congregación a la que pertenecía. “Crees en mí y me haces sentir sensacional cada día de mi vida. Por ti, río, sonrío y tengo un sueño nuevamente”. “Tengo un ángel mirándome”, le dijo la mujer a Today. (ECHA- Agencias)