EEUU.- La jueza de la Corte Suprema, Ruth Bader Ginsburg, calificó de “farsante” al controvertido candidato republicano, Donald Trump, de quien dijo “no está bien de la cabeza” y señaló que la prensa es “suave” con sus polémicos planteamientos.
Con inusual dureza, la magistrada abanderada del ala progresista, descargó sus baterías contra el magnate republicano quien de inmediato respondió con su habitual estilo que la jueza ha “hecho avergonzar a todos al emitir valoraciones políticas muy estúpidas” sobre su persona, dijo que la cabeza de Ginsburg “no funciona bien” y le pidió que renuncie al puesto.
Ruth Ginsburg, de 82 años, no sólo se reafirmó en los comentarios que el fin de semana realizó en The New York Times, cuando dijo que no podía imaginar qué sería de EEUU bajo una presidencia de Donald Trump, sino que fue más allá.
“Es un farsante. No tiene consistencia. Dice lo primero que le viene a la cabeza en cada momento. Tiene mucho ego. ¿Cómo ha salido adelante sin hacer públicas sus declaraciones de la renta? La prensa parece haber sido muy suave en eso”, declaró la magistrada a la cadena de televisión.
En su cuenta de Twitter, Donald Trump aseguró que la magistrada ha “hecho avergonzar a todos al emitir valoraciones políticas muy estúpidas” sobre su persona, aseguró que la cabeza de Ginsburg “no funciona bien” y le pidió que renuncie al puesto.
Horas antes de pedir su dimisión en Twitter, Trump había apuntado, en declaraciones a The New York Times, que veía muy “poco apropiado que una jueza del Tribunal Supremo de EEUU se involucre en una campaña política”, que ello supone una “deshonra para la corte” y que Ginsburg debería pedir perdón a sus colegas.
Ginsburg no sólo podría tener que juzgar políticas y medidas de Trump en caso de que éste llegue a presidente, algo que tras sus comentarios presentaría serias dudas sobre su imparcialidad, sino que incluso podría tener que decidir si éste llega o no a presidente en caso de que se produzca alguna anomalía en las elecciones.
La jueza fue nominada para el Supremo por el expresidente de EEUU Bill Clinton (marido de la virtual candidata demócrata, Hillary Clinton) en 1993, y durante los últimos años se ha erigido en la mayor defensora de las causas consideradas progresistas en el alto tribunal. (ECHA – Agencias)