El “glamour″ futbolístico de Cueva no está en discusión OPINIÓN

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Christian Cueva sufrió el ataque que se veía venir tras el penal fallado en el Mundial de Rusia 2018 ante Dinamarca. Un rastrero individuo vestido de hincha aprovechó los cinco minutos que dispuso para increpar, de la peor manera, el error de Aladino en el penal ante los daneses y la posibilidad de un mejor resultado en el debut del Grupo C.

Cueva no erró el penal con deliberado propósito. La responsabilidad de ser certero le jugó en contra. Fue devorado ante el encargo de descomprimir ese momento en que el VAR daba por válido el penal a favor de Perú.

Cueva no pudo ser efectivo pero tendrá más adelante tiempo para su redención. En un futuro cercano podrá desquitarse aunque le costará remover los escombros de su fallido anhelo. Tendrá su revancha y cuando ese instante llegue, el penal errado ante Dinamarca quedará como un hecho anecdótico.

Además Cueva es un jugador de selección y será convocado para los compromisos amistosos pactados contra Alemania, Holanda y Chile, luego la Copa América en Brasil y las eliminatorias para Qatar 2022.

Ahí tendrá terreno fértil para recuperar su glamour futbolístico y abandonar el agujero negro en que por ahora se encuentra. De un penal errado nadie se murió y no será el primero.

Estos oscuros personajes como Renzo Quiroz que se atreven a tomar la bandera del reclamo y se cree con todo derecho ser el portavoz que nadie eligió para increpar al exjugador del Sao Paulo por el penal fallado.

Por lo demás la parroquia futbolera salió para arropar a Cueva. Se esperaba la reacción de sus compañeros y de otras latitudes para solidarizarse con un jugador que fue pilar y valioso en la gesta clasificatoria para el Mundial de Rusia.

Cueva está cuajado y con recorrido suficiente para levantar la frente y levantarse de un despropósito de alguien que encontró cámaras para asociar su estupidez con fama mal entendida. (Hugo Laredo Medina).