Flora Tristán: El 40 % de feminicidios pudo evitarse

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Cuatro de cada diez mujeres asesinadas en el 2014, denunciaron ser víctimas de violencia, es decir, el 40 % de feminicidios pudo ser evitado, reflejando la debilidad del Estado para atacar este problema tan grave.

Esta cifra, revelada por el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP), ha sido recogida por el Centro de la Mujer Peruana ‘Flora Tristán’ que expresa su indignación ante este y otros datos más que evidencian el terrible maltrato al que es sometido la mujer peruana.

Sin embargo, la directora de esta organización, Liz Meléndez López, resalta en entrevista a CRÓNICA VIVA, que más mujeres hayan comenzado a denunciar la violencia de la que son víctimas; pues el centro de atención de Flora Tristán recibe aproximadamente 6 casos diarios de violencia tanto de tipo físico-sexual y psicológico.

Asimismo, se opone que algunos integrantes de la vida política traten las terribles esterilizaciones forzadas cometidas en la década de los 90 como un tema aislado cuando en realidad fue una política de Estado.

Flora Tristán también rechaza contundentemente que el Congreso haya blindado al parlamentario Wilder Ruiz luego de despedir arbitrariamente a una trabajadora de su despacho por salir embarazada.

Igualmente, saluda que el último lunes 23 publicaran la ley que condena la violencia contra la mujer, pero rechaza que hayan archivado el proyecto legislativo que plantea legalizar el aborto en casos de violación sexual.

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CRÓNICA VIVA tuvo ocasión de conversar con Liz Meléndez López, directora del Centro de la Mujer Peruana ‘Flora Tristán’. Aquí la entrevista:

¿Cuántos años de vida institucional tiene ‘Flora Tristán’?

36 años

Y en todo este tiempo. ¿Cuántos casos, en promedio, han tenido de violencia contra la mujer?

Nosotros tenemos un servicio de atención a la violencia desde hace 27 años y atiende aproximadamente 6 casos diarios de violencia. Eso es una pequeña muestra de lo que realmente sucede.

Para mayor referencia sobre cuál es la magnitud de la violencia, no necesariamente las denuncias son un buen indicador, porque no todas las mujeres lo hacen. Pero sí la ENDES (Encuesta Demográfica y de Salud Familiar), que tiene un capítulo entero sobre violencia contra las mujeres, reporta que el 72 por ciento de mujeres en el país en algún momento ha sufrido violencia de parte de su pareja, ya sea física, sexual o psicológica.

Y saber qué porcentaje no denuncia es un limbo porque no lo dicen.

La ENDES señala qué porcentaje denuncia. Del 100 por ciento de mujeres violentadas, el 25 por ciento lo hace; es decir, tenemos una cuarta parte de personas que denuncian los hechos de violencia, entonces hay un 75 por ciento de casos sin denunciar, por lo que estas cifras  son apenas un indicador.

Si bien es cierto las denuncias han incrementado, eso no quiere decir que incremente la violencia, sino que incrementa el número de mujeres que conocen sus derechos y a dónde pueden ir por ayuda.

Entonces hay más mujeres que dicen: “Ya no quiero que me maltrates y voy a denunciarte”.

Hay muchas mujeres que llegan a nuestro servicio de atención, que no es de denuncia sino de asesoría, algunas de ellas quieren denunciar otras no quieren, es decir, no todas las que sufren violencia quieren denunciar, ni lo hacen. Lo cierto es que si uno quiere saber prevalencia de la violencia, es decir, la magnitud, hay que referirse a la ENDES.

Y de las cifras que conocen del total de denuncias. ¿Qué porcentaje es violencia física, psicológica…?

Según la ENDES, el 37 por ciento de mujeres en el Perú en algún momento ha sufrido algún tipo de violencia físico-sexual. Evidentemente este porcentaje incrementa en las zonas rurales o indígenas o en la población con menos recursos; eso porqué, no porque las personas con menos recursos sufran más violencia, sino porque tienen menos acceso a la información, menos posibilidades de acceder a la justicia por “N” motivos. Es importante reflejar eso.

Al haber un 37 por ciento de violencia física-sexual, estamos viendo que hay un gran porcentaje de violencia psicológica.

Hay un gran porcentaje, hay más del 60 por ciento de violencia psicológica. Es más, conforme las denuncias sobre violencia física disminuyen, incrementan más las cifras de violencia psicológica, porque es una estrategia de los agresores.

La violencia física es una forma explícita de violencia. Hay muchos agresores que ya no usan la violencia física, sino que usan la violencia psicológica para maltratar a las mujeres.

Sabemos que como violencia física-sexual son considerados los golpes, violaciones…

Como violencia física son considerados, fundamentalmente golpes, empujones, patadas, cualquier tipo de golpes. Como violencia sexual consideramos la violación propiamente dicha, los tocamientos indebidos, el acoso sexual, etcétera.

¿El acoso sexual callejero dónde está considerado?

Dentro de la violencia sexual. Es una forma de violencia sexual, pero no entraría dentro de las estadísticas que estoy dando, porque el acoso sexual callejero es una forma de violencia en las calles, no es en el entorno de pareja, sino en las calles fundamentalmente.

Un estudio que hiso la Universidad Católica señala que 9 de cada 10 mujeres en Lima alguna vez ha sufrido acoso sexual en las calles y yo, sinceramente, le pondría 10 de cada 10. La gran mayoría de mujeres, si no es que todas las mujeres, en algún momento en nuestras vidas hemos sufrido alguna forma de acoso.

¿Qué es considerado como violencia psicológica?

En violencia psicológica es considerado el maltrato emocional, los insultos, el señalar que las mujeres no valen nada, la burla sobre las mujeres, la minimización de las mujeres, el control de los recursos de las mujeres -aunque eso es considerado violencia económica, un punto que la nueva ley destaca-, es decir, todo aquello que esté orientado a medrar el desarrollo emocional y disminuir las capacidades de defensa de las mujeres, porque todos tenemos capacidades para defendernos, pero la violencia psicológica lo que hace es disminuir esa capacidad.

Las publicidades que muestran estereotipos de mujeres, que muchas veces las denigran. ¿Es considerada en los estándares de violencia?

No, porque no está dirigida contra alguien específico. La violencia tiene que ser dirigida contra alguien. La publicidad sexista -como le dicen- evidencia la situación de discriminación, no hay alguien para imputar violencia.

Evidentemente es una forma discriminadora de colocar a las mujeres, una forma estereotipada. Lo que sí tenemos que decir es que esa publicidad contribuye a que los estereotipos de género se mantengan y eso genera más violencia.

¿Cuándo y dónde hay mayor incidencia de violencia? ¿En el hogar, en el trabajo…?

En todas las esferas puede haber situaciones de violencia. Es cierto que en el entorno de pareja es donde hay más, porque es uno de los espacios donde la relación es más cercana, más íntima, y el ejercicio de poder es más recurrente. Y este sentido de propiedad de las mujeres, que está en el fondo de la violencia suele manifestarse con toda su fuerza. Eso no significa que no hay otros espacios, por ejemplo, las violaciones callejeras son una forma de violencia contra la mujer recurrente, pero no tienen nada que ver con las relaciones de pareja, y es verdad, la gran mayoría de feminicidios ocurren en este entorno.

De la cantidad de mujeres que en un momento denunciaron violencia. ¿Cuántas llegaron a feminicidio?

Según las cifras del Ministerio de la Mujer hemos terminado el 2014 con 8 casos mensuales de feminicidio y 16 tentativas de feminicidio. El 46 por ciento de mujeres en el 2014 realizó alguna acción antes de ser asesinada. Un 36 por ciento formuló una denuncia policial y un 4 por ciento denuncia fiscal. Es decir, un 40 por ciento había pedido ayuda a las autoridades.

Entonces, del total de mujeres que fueron asesinadas en el 2014, el 40 por ciento de ellas había tomado alguna acción frente al Estado, ya sea una denuncia policial, una denuncia fiscal o había pedido medidas de protección.

Eso quiere decir que un 40 por ciento de casos de feminicidio pudo ser evitado.

Sí.

Eso es grave…

Gravísimo.

Porque demostraría que el Estado no tiene una actividad formal o frontal frente a este escenario.

Esto evidencia la debilidad del Estado para prevenir los casos de feminicidio. Evidencia las debilidades para enfrentar la violencia de forma integral, porque el feminicidio no es un caso aislado, no está tirado por un lado y por otro los demás casos de violencia.

El feminicidio es la consecuencia de la permanencia de la violencia en la vida de las mujeres. Por eso es un feminicidio, porque no es que pasas por la calle, a un señor se le ocurrió tirar un balazo y por eso es feminicidio, no. Es la permanencia de la violencia en la vida de las mujeres y como consecuencia llega el feminicidio, que es además una forma de violencia de género.

Hay mucha impunidad respecto a estos casos. Pero hay casos que requieren un trato especial como las esterilizaciones forzadas que está de ‘moda’ últimamente.

No es moda, es un caso que está pendiente de justicia.

Pero las declaraciones de algunos políticos lo hace el tema ‘del momento’, por decirlo de alguna forma.

Es uno de los temas del momento por la impunidad que hay frente a estos casos que ya tienen más de 18 años. Más de 18 años en la impunidad, más de 18 años de que siguen apareciendo víctimas que se atreven a dar sus testimonios.

Nosotras rechazamos que haya una utilización política de estos casos por personas o agrupaciones como -se tiene que decir con nombre- el partido fujimorista, que los coloca como situaciones aisladas cuando en realidad fueron una política de Estado, fue así, es así y es parte de un pasado que tenemos que enfrentar.

¿Qué tiene que hacer el Estado con estas personas?

Han creado un registro de víctimas y ahora tienen que implementarlo. Pero lo que principalmente tienen que hacer es justicia, eso es, dejar de usar este tema como si hubiera sido culpa de los médicos, o que fueron dos o tres casos. ¡No! Fueron miles de casos que siguen pendientes. Tienen que terminar la investigación y sancionar a los responsables, y entre esos responsables está el que fuera el presidente de este país en ese momento.

Esa decisión (del registro de víctimas) ha sido saludada por la Corte Interamericana, la misma ONU y el Gobierno de este momento ya quedó bien, pero cuando esta emoción pase. ¿Qué va a suceder? ¿La gente lo olvidará otra vez?

No creo. Hay organizaciones de mujeres que han sido esterilizadas que denuncian y reclaman, hay organizaciones defensoras de los Derechos Humanos de las mujeres como nosotras, y otras organizaciones que levantamos la deuda de justicia y la impunidad en que están quedando los agresores y un Estado que agredió a las mujeres. Esto tiene que enfrentarse, y tiene que quedar inscrito en nuestra historia para que no se repita.

¿Con qué acciones hay que hacer la reparación hacia estas víctimas?

En el acuerdo de solución amistosa de Mamerita Mestanza -que fue una de las víctimas mortales- establecen una serie de reparaciones, en este caso para ella y sus deudos, pero también tienen que haber reparaciones a nivel simbólico, sobre todo, una de las que más cuesta, es visibilizar que esto fue una política de Estado y establecer que el Estado en su conjunto tiene una deuda de justicia con las mujeres.

El problema es que muchos han olvidado y hay un problema mayor porque una persona, que con su silencio es cómplice, está postulando a la presidencia.

Nosotras lo que rechazamos es que la lideresa de Fuerza Popular, que es el fujimorismo, a la vez que se solidariza con las mujeres coloca estos hechos como casos aislados, cuando en realidad se sabe que no fueron hechos aislados sino una política de Estado.

Por supuesto que rechazamos esa actitud que lo único que busca es que no se visibilice esto en un contexto electoral.

Ya que tocamos un poco el tema político, y creo que tiene que ver un poco con la violencia económica que mencionabas antes, el caso de la exempleada del parlamentario Wilder Ruiz que fue despedida y él fue blindado. ¿De qué forma sería la reparación civil a esta mujer? ¿Le devuelven el trabajo, la reubican?

Nosotras hemos rechazado públicamente que no hayan sancionado al congresista Wilder Ruiz. Consideramos que una forma de discriminación hacia las mujeres es justamente impedir que puedan conciliar la vida familiar con la vida laboral y de hecho muchas mujeres que salen embarazadas tienen temor en sus trabajos frente a que les renueven el contrato, a que les respeten el periodo de lactancia y muchas mujeres no hablan de esta situación. Lo peor es que, si pierden ese trabajo, y quieren ponerlo en su curriculum y tener referencias, para que no las señalen en otras empresas como personas problemáticas no denuncian estos casos.

¿Eso sería considerado violencia económica?

No. Sería una forma de discriminación contra las mujeres.

¿Qué es propiamente la violencia económica?

Según lo que indica la nueva norma, son las acciones que se dirigen a menoscabar los recursos económicos y patrimoniales de las mujeres, por ejemplo el control de los recursos de la mujer. Muchas mujeres trabajan y son las parejas las que manejan el dinero de ellas o ellos son los que manejan sus tarjetas de débito, no por un acuerdo entre los dos del manejo del presupuesto común, sino como una forma de controlar los recursos.

También está considerada la evasión de la pensión alimenticia. Este tema es más complejo, porque va más allá que los padres cumplan o no la pensión de alimentos a los hijos, sino que muchas veces es usada como un chantaje  -muchas mujeres sufren un chantaje sexual por parte de sus exparejas para que cumplan la pensión alimenticia- o cuando no les dan, les hacen sufrir o demoran.

La afectación sobre los hijos es también una afectación sobre ellas y esto también es considerado como una forma de violencia económica que afecta la salud emocional de las personas.

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Un tema que no quiero dejar de tocar es el archivamiento del proyecto de ley para despenalizar el aborto. ¿Cuál es su postura al respecto?

Nosotras rechazamos y nos indignamos ante el archivamiento de este proyecto legislativo que además ha tenido varios años en la agenda nacional y contaba con el respaldo de miles de ciudadanas y ciudadanos.

Lo que muestra es un Congreso débil, un Congreso que no legisla a favor de los derechos de las mujeres en todas sus dimensiones, nos muestra un Congreso tradicional, un Congreso conservador, un Congreso que va a orillar a las mujeres, sobre todo a las niñas y adolescentes, a continuar con maternidades forzadas.

La violación sexual es una realidad en el país. La mayoría de mujeres violentadas sexualmente son niñas o adolescentes y muchos de esos embarazos son producto de un incesto.

Lo que esta ley plantea es que las mujeres puedan tomar una decisión sobre sus propias vidas; es decir, las que quieren continuar con un embarazo, producto de una violación sexual, lo continúen y que el Estado les brinde las garantías necesarias, pero las que no quieren no se vean criminalizadas.

Era así, simplemente un acto justo, de humanidad, más por respeto a la vida, pero a la vida digna de las personas, a la vida de las mujeres, a la salud de las mujeres y lo que ha sucedido con los argumentos en la Comisión de Constitución solo nos muestran un Congreso que va a orillar a las mujeres a maternidades forzadas.

Las posturas opositoras dicen que este feto recién concebido ya es una vida que hay que respetar.

No negamos que sea una vida en formación, no negamos que haya un conflicto de derechos, pero tampoco negamos que ante un conflicto de derechos se tienen privilegiar también los derechos de la persona que está ejerciendo esos derechos, que es la mujer embarazada.

Es absolutamente injusto que el resto de personas pretenda legislar sobre el cuerpo de las mujeres, no sucede así con los hombres, jamás van a estar en esa disyuntiva, nunca van a tener ese problema, a ellos no los van a violar y van a salir embarazados. Eso solo le va a pasar a las mujeres, de hecho le pasa a miles de mujeres.

¿Cuál es la visión que tienen de igualdad de género e igualdad de derechos?

Igualdad de derechos es eso; la igualdad es un principio, un derecho. La igualdad es un derecho, es el derecho a tener iguales oportunidades, a no sufrir discriminación, a que las barreras para el ejercicio de nuestros derechos se rompan.

No es solamente ‘yo tengo dos lapiceros iguales, uno para ti y otro para mi’ y eso es igualdad. No. Porque partimos de un piso desigual de oportunidades. Hay una discriminación histórica hacia las mujeres, y esta discriminación genera una desigualdad de oportunidades, genera limitación en el ejercicio de los derechos, genera violencia.

Cuando hablamos de igualdad, hablamos de una sociedad en la que hombres y mujeres puedan ejercer sus derechos sin temor, sin violencia y que puedan alcanzar un desarrollo pleno.

Donde hay mayores escenarios de violencia, de todos los tipos, son los ámbitos rurales.

Son los ámbitos rurales por una razón. Primero por la falta de presencia del Estado en todas las zonas rurales de este país, por el alejamiento porque en muchas de estas zonas las condiciones de pobreza son altas, eso quiere decir que hay menos información, hay menos educación, hay menos Estado, hay menos posibilidades de defenderse.

Hay una serie de factores que constituyen el ámbito rural como un espacio que el Estado debe tratar de manera diferenciada, sobre todo en el ámbito indígena, amazónico y campesino.

¿Qué acciones tomar con ellos? Ya que el Estado está tan apartado.

Sobre todo las poblaciones, no rurales todas, pero sobre todo la población indígena amazónica, hay que escucharlos, hay que tenerlos en cuenta, hay que respetarlos, hay que respetar su lengua, sus costumbres y llegar a un punto de encuentro con las leyes nacionales y los Derechos Humanos.

¿Cuál es el mensaje de Flora Tristán en el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres?

Nuestro mensaje es que nos indignamos, porque en el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer el Congreso haya archivado un proyecto legislativo que buscaba proteger a las mujeres violentadas, este proyecto buscaba que esas mujeres ya violentadas no sufrieran una doble vulneración a sus derechos.

Por su puesto, saludamos los avances que se dan en materia de violencia de pareja o violencia contra las mujeres, pero resaltamos que es un avance a medias. Y que hayan archivado esta ley pone al Congreso, como una institución que violenta a las mujeres.

Entrevista y fotos: Renzo Chávez – Crónica Viva

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